Luna
"A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es solo dolor, y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad."
-Patrick Rothfuss
«¿En dónde nos habíamos quedado?» Ah, sí, en la piedra sirena alienígena borra memoria, chupa sangre y come...
Hey, stop a tus insultos locos. Vamos a ponerle “Sirena” a esa cosa porque todavía no sabemos a lo que nos enfrentamos, solo sabemos poco.
«Tú, si eres aburrida, cómo le vas a poner “Sirena”, siendo eso una roca... Mejor le ponemos Lucecita de la muerte.»
—Realidad llamando a Luna. — Rous me pellizco para que me centrara en ella cuando volví de nuevo a perderme en mi disputa con mi conciencia.
Ya estoy empezando a creer que tienes mente propia.
«No sea boba que más bien soy como tu guía espiritual, así que como tu guía espiritual calificado, le pondremos como nombre a la Lucecita de la muerte, LIGHT.»
—Nah. — Sacudí esa idea de mi mente y me concentré en la realidad y no en las payasadas que a veces pienso. Miré por última vez el lugar donde había provenido la luz y miré a las chicas y a Cole, por supuesto. — Deberíamos irnos.
Cole arrugó su odiosa y perfecta nariz, y sin previo aviso agarró la mano de Rous y la jaló con él como si fuera a perderse o algo así.
— Nosotros vamos adelante y ustedes nos siguen. —demandó como si alguien lo nombrara jefe del grupo.
Resoplé indignada, pero aun así no lo refuté. Los vi marcando el camino y Star los siguió también, yo solo me quedé un rato más mirando el lugar donde había provenido la luz.
Lo que me llama mucho la atención en ese mismo instante es que la piedra rara emanaba algo de ella como si las dos fuéramos una especie de imán que no puede estar separado.
Por lo que no me di cuenta era que me estaba acercando poco a poco a ella para tocarla, cuando de repente la voz de Star me trajo de nuevo a la realidad y tuve que apartarme como si eso fuera la peste.
— ¿Luna que haces?
—Nada, vámonos.
Cuando las dos volvimos al camino, de repente se escuchó un fuerte estruendo donde Star y yo nos vimos la cara asustada y solo podía pensar una sola cosa.
<<¡El Apocalipsis!>>
Y cuando estaba a punto de preguntarle a Star si también lo había escuchado y no fuera una mala jugada de mis oídos por estar pensando cosas que no son. Comienza a caer el pájaro del cielo.
¡Sí, cómo lo leíste! ¡Pájaros del cielo!
— ¡Aaaaaaaah! —gritamos las dos al mismo tiempo, aterradas porque no medimos bien el lugar a donde teníamos que correr.
Ni siquiera quería verlo y, mucho menos que me cayeran a mí encima, estaba muerta del miedo. Esto estaba oscuro, pájaros caían del cielo como si fuera una mala serie de Dark y solo se escuchaban gritos como si fueran del otro mundo.
«¡Dios soy yo otra vez!»
En medio de mi desespero solo vi que Star sale corriendo igual que Cole y Rous, y yo me he quedado sola en el bosque prácticamente a lado de una roca que no sé qué rayos es.
«Sí, a la pendeja que se la trague la lucecita de la muerte».
Y cuando recapacité de lo que hacía, me detuve en seco como si me fueran puestos en stop.
«¿Por qué rayos no me puedo mover?»
Me lo repito una y otra vez. Ni siquiera he movido un dedo para volver a correr, por lo que mi vista de repente se enfocó mucho en los pájaros que estaban en el suelo. Soy de esa persona que no tocarían un pájaro muerto ni por error, pero es de noche y me imagino que cuando estaban volando chocaron con las hojas de los árboles.
<<¡Reacciona Luna!>> << A estas horas los pájaros están durmiendo. >>
¿Qué es lo que está pasado? Me acercó poco a poco al pájaro más cercano, sus ojos estaban en blanco. Esto está muy raro, ¿qué es lo que está pasando? no paro de decirlo una y otra vez...
Saqué mi móvil del bolsillo del pantalón para ver la hora: son las 12:00. Veo si puedo llamar a alguien, pero no hay señal de lo que me indica la varita de arriba del móvil, así que lo vuelvo a meter en mi bolsillo de atrás del pantalón.
¿Qué hago parada aquí todavía?
«Es la misma pregunta que llevo haciéndome hace media hora, y eso que soy tu guía.»
—Debería salir de aquí antes que otra cosa rara aparezca. — me lo digo a mí misma, sé que estoy sola pero me ayuda a pensar mejor.
Entonces me dije a mí misma: Luna, piensa que, por algo, está parada aquí sola.
«¿Y para qué piensa?» si tienes un guía espiritual, más bien me está quitando el trabajo.
Cierro mis ojos por un momento, ignorando todo el ruido o lo que queda de ruido a mi alrededor y decido escuchar lo sonido del bosque, pero no escucho nada, ni un sonido, ni las ramas de los árboles chocando, ni el agua de la cascada cayendo, ni siquiera los grillos, todo está en silencio.
Cuando abro los ojos, veo una luz no muy fuerte, sino más bien como un lucero pequeño que emana de la piedra rara que está al frente de mí. Su luz me da ganas de curiosear. Decido grabar la luz con mi móvil y la vuelvo a sacar. Cuando estoy a punto de grabarlo, escucho pasos y gritos, y la luz desaparece.
— ¡Luna!— me llaman en grito, pero me parece que son la voz de Rous y Cole.
— ¡Estoy aquí!— doto por gritar y caminar a donde se encuentran ellos.
Opto por echar una última vista a la piedra y a mi alrededor, pero todo volvió a hacer igual: el sonido de las ramas chocando, los grillos sonando, y hasta el agua de la cascada suena. ¡ Qué raro es todo esto! Pasó por encima sin tocar los cadáveres de los pájaros.