Star 🌟
"La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas"
-Proverbio budista
A veces creo que tengo una vida que no me pertenece, que viene por equivocación o que todo fue un error. Pero después lo pienso mucho y llego a la conclusión de que me gusta mi vida, me gusta quien soy, quien puedo ser. No dejo que nadie me intimide y mucho menos dejo que me hagan daños. Soy de esas personas que no se consiguen así porque sí, que la busca y no las encuentra y eso que está ahí.
Más bien, tienes que llamar la atención para que pueda llegar a tu vida. Esa persona cariñosa, compasiva, amigable, leal, se preocupa por todo y que tiene miedo de perder a lo que más quiere, así soy yo. Soy esa persona que todos buscan pero no encuentran, no porque ellos quieran sino porque no me dejó, ¿saben? Porque mi nombre significa estrella, y las estrellas llaman la atención, brillan adonde quiera que ella vaya, deja su marca y no se deja apagar por otra, por eso me llamo así, no dejo que nadie me encuentre, más bien quiero ser una nueva versión de mí y poder hacer que otros brillen, pues las estrellas hacen eso.
No suelo levantarme temprano, pero escuché un ruido en la madrugada y vi que Luna entraba muy deprisa a la habitación acostándose en la cama. No quise hacer ningún ruido ni nada, pero lo único que pude distinguir fue la cara de Lu, que parecía estar pálida. A lo mejor tuvo otra de sus visiones por la forma como agarraba la pulsera de la mano.
«Qué mala maña tiene ella».
Es mejor dejarla que duerma, tuvo una noche de loco. Además, me preocupé feo por ella cuando vi que no salió con nosotros del bosque, y más cuando pasaban las horas y nadie aparecía, tanto así que me atacaron los nervios que tuve que llamar a Hero que nos fuera ayudar. Me gané un gran regaño porque le arruiné su cita con Anna Will.
¿Una cita a las doce de la noche? Si, aja, esa mujer no merece el amor de mi hermano, se cree porque es popular y la más linda de Treverlin que puede ganarse el cariño de mi hermano, pero no, las cosas no son así.
Pasan las horas y me vuelvo a acostar...
—Star — me llama Lu con una voz dulce y quitándome la sabana. No quiero levantarme, así que me sigo enrollando más. —Vamos, chica, es hora de levantarse. — Me jala la sabana de un tirón.
—Solo déjame dormir. — le chilló volteándome boca abajo.
— Está bien, le voy a decir a Hero que se coma tu panqueca de chocolate. — me dice saliendo de la habitación.
Oigo risita y ya sé lo que planea, sobórname con mi comida favorita, de toda forma fue un golpe bajo.
— ¡Ya, ya estoy levantada! ¿Quién dijo que tenía sueño?— dije levantándome rápido de la cama, estirando los brazos hacia arriba.
No confió en mi hermano, todo se lo come y más si es Lu que hizo las panquecas. Aunque él diga que no le gusta, se muere por sus panquecas.
Eso me recuerda que el año pasado me obligó a que fuera para la casa de Lu para que me hiciera panquecas de chocolate, pero eran para él, y si no lo hacía, todo fue obligado. Yo quería ir mucho a ese viaje escolar. Eran a Canadá, y como soy una soñadora apasionada, siempre sueño en viajar a muchos lados y poder salir de este pueblo, me emocioné mucho en ir. Después de todo me gustó comer panquecas ese día.
Me di una corta y deliciosa ducha. Mientras pensaba lo que pasó en la noche, fue muy raro que a Lu tuviera dos veces en una misma noche visiones. Nos es parte de ella tener dos en una noche, más bien suele estar a pie con una y no sé cómo logró estar firme con dos.
Porque primero cuando estaba en el bosques y segundo cuando la vi entrar toda pálida en la madrugada a la habitación, no quise preguntarle por qué no me lo iba a contar. Ella siempre es así, nunca le gusta contarle nada a uno.
Desde que la conocí siempre fue así, misteriosa y con secreto.
Terminé mi ducha, dirigiéndome al closet. Me llamó mucho más la atención y son los jeans de color negros que compré el verano pasado pero no puedo utilizar porque se me había olvidado. Me los coloco con una franelilla blanca que me llega por los muslos con mi chaqueta negra de cuero preferida. Me pongo mis Nike negras y no le busco más vuelta al asunto, no me gusta peinarme.
Así que no me hace falta, tengo el pelo liso y en realidad es muy fácil. Cuando llego a la cocina, ya Hero estaba a punto de comerse mi desayuno, por lo que corro rápido para quitarle mi plato. A Rous no la veo por ningún lado igual que a lu.
— ¿Luna y Rous?—le pregunto a mi hermano que se está comiendo una gran porción de panqueca con miel.
—Rous salió con la tía Marbe y Luna... solo salió, dijo que necesitaba aire —dice llevándose otro bocado.
—No sea glotón, y ¿cuándo llego, tía Marbe?—pregunté tomando una taza de café.
Le doy un gran mordisco a mi panqueca, es que están demasiado deliciosas y no entiendo por qué son tan ricas. Ya lo he intentado muchas veces pero no lo logró. Debe ser que usa una fórmula secreta para que le queden más sabrosas porque...
«¿Ya va qué dijo que de luna?»
— ¿Qué fue lo que dijiste de luna?—lo interrogó con el tenedor.