Light [1]

19. ¡Ayuda!

Star

¿En dónde era que nos habíamos quedado? 

Ah sí, yo pidiéndole al de allá arriba que nos protegiera porque no quería morir hoy. 

Llevábamos horas caminando que prácticamente pensé en un punto que era que estábamos dando vuelta en el mismo lugar, ya que cada vez que dábamos cinco paso sentía que ya habíamos pasado por ese lugar. 

Solo sé que la voz se hacía más fuerte, y John a igual que todos pensábamos lo mismo.

Esta cerca

Era un canto muy hermoso y era la canción de Luna, ella ensayaba mucho esa canción en el verano pasado. Queríamos gritar pero no podíamos, porque ninguno tenía ganas de morir hoy, así que solo seguíamos la voz de ella. 

Ya había anochecido y la policía se había ido horas antes, solo estamos nosotros cinco buscando a Luna a ciega con la luz de la luna. Al final de todo Cristians nos siguió y dijo que nos vendría bien su ayuda. 

Creo que quería presumir, por si conseguía a Luna el solo y poderle decir:
<<Todavía te amo y haría lo que fuera para encontraste>> 

Ah, solo quería golpearlo por ser tan creído; pero no podía porque yo no soy así, era mejor que se lo dejara a Luna y ella resolvería el problema con él.

Pero si ameritaba, en caso de emergencia yo misma lo lanzaría hacia el monstruo. 

Llegamos varias veces al lugar donde estaba la luz reflejada pero no había nadie, ni siquiera huellas en el suelo, decidimos rodear la cascada y volver a la piedra donde fue la última vez que la vimos. La voz se silenció y no la escuchamos más. Estábamos descansando porque a Rous y a mí nos dolían los pies de tanto caminar. En algunas ocasiones Rous estaba furiosa y decía:

— Si llego a conseguir a Luna viva y sana como si nada hubiera pasado, te lo aseguró que yo misma la matare con mis propias manos... Porque la conozco tanto como mi propia mano que después de esto nos saldrá con “Necesito ir al bosque, es urgente". Urgente es lo que nos está haciendo ella a nosotros, matándonos de un susto. —Sí, ya nadie está en su cinco sentido para este punto. 

Yo comprendía a Rous porque estaba furiosa, pero no era para al tanto todo esto de discutir con ella. 

Algo me llamo mucho la atención, en el suelo había un círculo de piedras blanca, que mantenía a una distancia bien lejana de la piedra. Me fui acercando poco a poco mientras que los chicos descansaban un poco. Había algo ahí que no podía diferenciar, quería averiguar que era, y pase mis manos sobre una de las piedras liza. 

—Estas piedras ya la había visto antes. —Alce una y la comencé a ver más de cerca— ¿Rous esta piedra no se te hace conocida?—le lance una sobre su regazo, ella la agarra y comienza a verla, su expresión de asombro me dijo que ella también sabia de donde eran.

—Son de luna. —se levantó de un salto.— ¿Dónde la conseguiste?— se viene acercando a donde estoy de rodillas viendo la demás piedras.

—Aquí. —Le señalo el lugar.— Están como un círculo... Mira. —digo señalándolas a todas.

—Qué raro. —dijo Rous rascándose la cabeza por lo sorprendida. —Ella nunca sacarías sus piedras de su casa. —yo asentí sabiendo la verdad, Luna nunca sacarías sus piedras de su casa porque eran un obsequio de navidad de su tía de Australia. 

La dos dimo un paso atravesando las piedras para ver mejor del otro lado. Cuando de repente la vimos tirada en el suelo en posición vertical, tenía los ojos cerrados. No podíamos creerlo, como era esto posible si estaba a tan solo dos metros de nosotras y no la podíamos ver. Rous y yo salimos corriendo a donde estaba Luna en el suelo tirada, comenzamos a llamar pero ella no respondía.

—Tómale el pulso. —le dije a Rous muy asustada.

—Está bien, creo que solo duerme. ¿Cómo rayos no podíamos verla?—se preguntó Rous tratando de despertar a Luna. — Solo estaba frente de nuestras narices.

— ¡Rous! ¡Star!—escuchamos los gritos de los chicos.

— ¡Estamos aquí!—gritamos. —Encontramos a luna.

— ¡Rous! ¡Star!—volvieron ellos a gritar.

— ¿Será que no nos escucha? Si estamos frente a ellos. —pensamos la dos en voz alta mirándonos la cara. 

Vimos a Lu moverse, como despertándose. Comenzó abrir los ojos, pero al vernos estaba asustada y se apartó de nosotras lo más rápido que pudo. Gateando a espalda, choco con la piedra que tenía atrás, sus ojos comenzaron a ponerse en blanco y comenzó a temblar. 

Rous y yo nos miramos con terror.

— ¡Convulsión! —gritamos y salimos corriendo a agarrarla.

—Agárrala de aquel lado, hay que ponerla de lado.—dijo Rous, yo la voltee y ella comenzó a temblar y a votar espuma por la boca. 

Escuchamos a los chicos gritar de nuevo, Rous me mira y yo solo comienzo a llorar. Me odiaba por ser la débil de la familia en esto momento. Rous en esto momento siempre se mantiene calmada, pero al verle la cara estaba asustada. Ella y yo sabíamos que otra convulsión la mandarían en estado de coma.

—Ayúdame a levantarla, hay que sacarla de aquí. Tengo que parar la convulsión.

—Esta es más fuerte. —miro a Luna que se revolcaba más y más en el suelo votando espumas por la boca y sus ojos seguían en blanco.  

—¡Solo ayúdame a levantarla y métele la mano en la boca, no deje que se muerda la lengua!—me grito. 

Yo ni lo pensé dos veces cuando capte sus órdenes, pero a la hora de sentir en dolor recorrer de mi mano hasta el brazo me lo planteo tarde. 

Mierda esto si dolía. 

La levantamos como pudimos sacándola de ahí, cuando ya estábamos afuera los chicos nos miraron y después a Luna. Cole salió corriendo a donde estábamos paradas y nos quitó a Luna, cargándola él y pude respirar cuando quité mi mano y fue la de John la que la remplazo en esto momento. 

— ¿Qué paso?—pregunta John mirándola, estaba muy asustado.

—Tenemos que ir un hospital está teniendo otra convulsión. —contesta Rous asustada agarrándola de la mano. 




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