Star
¿Que si tengo unas tremenda ganas de echarme dormí como la bella durmiente? Pues, sí.
Es lo que anhelaba en esto momento sobre todo.
Toda la noche perseguimos a la hermana gemela de Luna, la perdimos de vista a llegar a la cascada. Estaba saliendo del cine con John, cuando ella se nos apareció en el aparcamiento. Pensé que era Luna, la llamamos pero ella no respondió. Sentía algo dentro de mí que ella no era Luna, así que se me ocurrió llamarla por su nombre que era lux y ella respondió.
— ¡Dile a mi hermana que me devuelva lo que es mío!— me impacto mucho lo que dijo que se le veía molesta, no.
Furiosa, sí. Estaba furiosa.
Yo mire a John y al parecer estaba como yo asustado. Saque mi celular rápido del bolsillo y llame a Cristians, me dijo que estaba cerca. Que llegaba en quince minutos, que no la perdiéramos de vista.
No la perdimos de vista, hasta que se dirigió al bosque.
Sí, yo y mis ganas de morir en ese bendito bosque.
La vimos desaparecer al llegar la cascada. Esperamos horas y horas, al ver si volvía a salir pero nada paso.
Era como si se hubiera esfumado. Obvio, porque es un fantasma o ¿no?
Ya ni siquiera sabía que cosa era esa cosa.
Ya estaba comenzando a salir el sol, cuando todos decidimos regresar a casa. John recibió una llama de su amigo ángel, sonaba asustado y le dije a Cristians que nos acompañara.
Media hora después estábamos en la casa del amigo de John. Su casa parecía un chiquero, la sal que ellos habían colocado en la puerta ya no estaba.
— ¡Brother los padres de los gemelos, no paran de llamarme!— dispara ángel asustado al ver a John
— ¿Qué le has dicho?—pregunta John agarrándome de la mano.
—¡Nada!—grita el moviéndose de un lado para el otro muy nervioso, se lleva sus manos a su cabeza en un acto de desesperación.—Le dije que no sabía nada.
— ¿Dónde está José?
Debe ser el otro chico.
—No sé, llevó días intento hablar con él pero tampoco se nada. Oí que aparecieron cinco desaparecidos, dos eran gemelos y los otros tres morochos. —dice el asustado.
Cristians me mira un poco preocupado y sé que necesita ir a donde esta Luna. Me separo de John y lo dejo hablar con ángel, me acerco a donde esta Cristians.
—Necesitamos irnos ya. —dice el en susurro. Yo asiento.
—John, deberíamos irnos. —lo llamó para que el me escuche y cuando él está apunto de levantarse de la silla donde se había sentado, su amigo lo agarra por el brazo bruscamente.
—Oye ángel cálmate. —John intenta tranquilizándolo, poniendo sus manos en el brazo derecho para tranquilizarlo.
— ¡No!—le grita. — Tú puedes estar por ahí feliz de la vida. ¿Pero yo que? ah. José ha desaparecido y los padres de los gemelos no dejan de llamarme. —contesta el asustado.
Cristians da unos pasos a donde este ángel, le toca el brazo haciendo presión. Y veo a ángel desplomarse en el suelo.
—Tenemos quince minutos antes de que se despierte.
Que rayos acaba de pasar ¿lo hipnotizo?
No hice pregunta, todo salimos de la casa de ángel. Media hora después llegamos a mi casa.
John y Cristians se quedaron afuera hablando de algo, yo camine hacia la puerta de mi casa y cuando la abrí no me podía creer lo que estaba viendo.
Los sillones revueltos, los cuadros de las paredes estaban roto en el suelo, había vidrio por donde quiera que caminares, el televisor de la sala estaba roto como si alguien lo fuera estrellado contra la pared. Salí corriendo del miedo adentro a buscar Rous o Luna. Esperando que estuvieran bien, pero algo me freno antes de subir las escaleras, Rous apareció por la cocina con una bolsa negra y no me lo puede creer cuando la mire, tiene un ojo morado.
¡Un ojo morado! De eso que te dan un golpe muy fuerte y te queda el ojo con ese recuerdo. Sus brazos tenían rasguños como si un gato la fuera arrullado por completo.
— ¡Oh por Dios!, Rous ¿qué te paso?—corrí hacia ella.
Coloque mi mano en su cara apartando su pelo para ver mejor el ojo morado. Ella se apartar y se le ve molesta.
— ¿Qué demonios paso aquí?—dice John entrando asombrando recorriendo toda la sala con su mirada, hasta que su ojos se posan en el ojo morado de Rous— ¡Rous ¿qué te paso?!
— ¿Quieren saber lo que nos pasó?—su tono sonaba moleta y me da la bolsa de basura de un solo golpe. —Bueno, siéntese porque se van a caer para atrás. —dice con un tono sarcástico acomodando el sillón grande.
John la ayudada y yo comienzo mover los vidrios rotos con mis pies.
—Oye Star, si quiere…—dice Cristians entrando por la puerta, se caya cuando ve el desastres. — ¿Que paso aquí? Parece que paso un huracán. —se queda parado en la puerta.
— ¡Yo le diré que paso!—grita Rous furiosa levantando los brazos hasta su nivel de la cintura. Se acomoda el pelo en una Coleta. — La lunática de la muerte paso por aquí.
—¡¿Qué?!—gritamos todos sorprendido.
—Sí, así como lo escuchan. Yo estaba viendo una película con Cole, no sé si eran las dos o tres de la madrugada cuando ella se apareció por aquí y no vino sola, no... Vino acompañada. —Dice un poco molesta.—¡Vino con esa cosa que nos salió en el bosque!
— ¿Y luna está bien?—pregunta Cristians antes que yo.
—Déjame explicarte ante de llegar a ese punto. —Le contesta Rous un poco conteniendo la rabia. —Nosotros pensábamos que la casa estaba embrujada, que se yo, los muebles comenzaron a moverse. Los cuadros a caerse y comenzaron a tirarnos los mueble encima. Intente corre pero ella ya nos tenía. Ella me lanzo contra la pared y no me podía mover, a Cole lo tenía en el aire, lo estaba ¡ahorcando!—dice ella empezando a llorar, me acerco para que se siente y ella se limpia las lágrimas. —Me lanzo a su mascota y use mis brazos para defenderme. Ella me pregunto qué en donde estaba Luna y yo le dije que no sabía. Pero la muy sucia vino y me golpeo muy fuerte en la cara y me dejo esto. —se señala el ojo morado. —Me dijo que Luna tenía algo que era de ella, que si no se lo devolvía nos iba a matar uno por uno, aunque así destrozara a Luna por completo.