Star
Estaba en la casa de John, pasando el rato lejos de Rous y Luna, ya que está madrugada fue todo un terror, la impostora de Lux había fingido ser Luna manteniéndola secuestrada en el bosque. John se percató una noche que Lux no era Luna por su forma de ser y me obligo a pasármela con él todo el tiempo.
No confiaba en ella.
Mi miedo comenzó cuando Rous le grito en la madrugada que saliera de nuestra habitación y ella dijo que tenía medio. Luna jamás tenía miedo de nada, era la más valiente de nosotras tres y por eso yo la admiraba. Fue cuando Rous le lanzo una indirecta en el aire y fue cuando ella cayó. Baje a preparar té y le eche tranquilizante, espere hasta que se quedara dormida y poder salir de la casa.
—¿Que piensa si ya te doy mi regalo de cumpleaños?—pregunta John acurrucándose conmigo.
Estábamos viendo una película, pero él no paraba de hablar y decir que al final todos mueres.
Tan bello el novio que me gastó.
—¿Ya no me habías regalado esto?—pregunte alzando una pulsera de charms, era plateada.
Los colgantes parecían ser hecho de porcelana y tenía tres figura, una era la nota musical de Do, la segunda era un infinito y la tercera un corazón.
—Sí, pero tengo otro mejor. —me jalo contra él besándome lentamente.
Me agarre de su camiseta de algodón y me fui pegado más a él, sintiendo su boca que jugaba con la mía me hacía vulnerable más a su tacto. Me aparte, su labios rozaban con los míos y podía sentir un calor corriendo por encima de mí.
—Me encantas tu regalos inesperado. —le susurre y le di otro beso en los labios
—Todavía no he comenzado. —me agarro por la cintura sentándome en su regazo.
Apoye las rodillas junto a sus muslos, coloco mis manos sobre su cuello y le di un pequeño beso en su clavícula. Él pasa sus manos por debajo de mi camisa, recorriendo con su mano mi espalda por completo. Lo besos subían de tono, y el al instante desbrochando mi sostén. Algo en mi me decía que lo que estaba haciendo era mal, pero no quería que parara.
Quería que siguiera.
Hasta que escuchamos el cerrojo de la puerta abrirse y tuvimos que separarnos al instante.
—Te he dicho que no, solo déjame revisar si todavía lo tengo. —se escucha la voz de Luna.
Paso de como cortarle a uno el rollo: paso número uno, tener una mejor amiga llamada Luna Hill
Ella entro corriendo escalera arriba hablando por teléfono, olvidándose que nosotros estábamos más que caliente en la sala. Gracias a Dios no se percató de lo que estaba intentado hacer, arquee mi espalda para abrocharme el sostén, con pena de que Luna bajara y se diera de cuenta. Vi a John reírse, tanto así que le golpee el brazo por esta estupidez.
—¿Cuándo será el día, que los dos podamos estar a solas?— inquiere dándome un beso cuando ya he terminado de a brocharme el sostén.—La próxima vez, en mi cuarto.
¿Sola en su cuarto? Eso significaba tentación, peligro y más peligro.
Por eso nunca sabíamos a su cuarto más a menudo, era vulnerable a sus caricia. Y si volvía a su habitación eso significaba una sola cosa.
—Olvídalo. —lo mire.
Él sabía que yo no iba a subir a su cuarto.
Escuche paso, mire en dirección a la escalera donde vi a Luna bajar con una caja mediana. La coloco en la mesa y se tiro en el sofá frente de nosotros, saco su teléfono y marco un número.
—Ya lo conseguí, puedes morir en paz. —dice ella hablando por teléfono con alguien. La vi voltear los ojos, como si la respuesta del otro lado no le gustara. — ¿Y no puedes venir a buscarlo?... Ok está bien le quitare la camioneta al novio de mi amiga... Ya voy solo déjame resolver algo. —dijo ella y colgó.
Se golpeó con la mano en la frente y dejo caer un fuerte suspiro.
— ¿Qué tienes?—pregunte, no se le veía bien.
—Que Roger Matos, va hacer una revista natural y quiere mis dibujos. Los que hice en la escuela y quiere publicarlos, esto es tan frustrante.
Roger matos es un compañero de nosotras y tiene una revista muy famosa en el pueblo. Se llama The wonders of creation, todo el mundo ama esa revista, es muy natural y muestras las maravillas que hay en nuestro mundo.
—¿Te va a pagar?—pregunto John.
Vi a Luna dudar y sabía que le iban a pagar, ella nunca regalaría sus dibujos.
—Pues...—comenzó a decir ella.
— ¿Cuánto?—pregunto John sabiendo lo que todos ya nos imaginábamos. Ella se levantó del sofá rápido y agarro la caja. — ¡Rubí! ¿Cuánto?—insistió John.
—50$ por cada dibujo. —contesto ella intentando salir rápido de la casa, pero John la agarro por el brazo.
—Eso es mucho, por cada dibujo tuyo. —Dije enarcando una ceja. —Tú tienes más de treinta dibujos ahí guardado. —señale la caja.
—¡Lo siento, sí!—dijo ella con pena.— Quiero una camisa nueva que vi en el centro comercial, es de color verde celeste y tiene una luna adelante hecha con lentejuela. Y también poder compras nuevos creyones, tiza, block para mis dibujos y también poder comprar un aparato de eso cuando alguien te está vigilando o acosando. —ella estaba molesta, la habían secuestrado más de dos veces y ella no podía hacer nada para defenderse. John abrió sus brazo para darle un abrazo, ella descanso su cabeza en su hombre.
—Sé que está furiosa porque todavía no sabes quién es el acosador, pero lo vamos a descubrir... ¿Hablaste con mamá?
—Eso es otro problema, lux la llamo y la insulto. Ahora mamá piensa que soy yo. —dice ella apartándose de él.
—Solo llámala, esta noche te quedas a dormir conmigo.
Ella le dio las gracias y salió por la puerta. Al rato John camino hacia mí y me alzo hasta la altura de su hombro, sofoque un grito.
Y ya sabía a donde iba.
—¡No, bájame!—le grite nerviosa, por el atrevimiento. Pero el subió las escalera conmigo en su hombro, abrió la puerta de su habitación con solo una patada y me lanzo contra la cama.—Ni lo pienses.—dije mirándolo, él se quitó su camisa de una sola jalada. Y me regalo una sonrisa picarona.