Light [1]

34. Perdiendo una apuesta

Rous

No sé qué le pasaba a Luna, me había dicho cosa muy fuerte en su casa. Quería que nosotras nos alejáramos de ella, por lo que respete su decisión y no quise preguntar. Me fui esa madrugada de su casa muy triste, llegue llorando a mi casa y no quería que Star me viera.

Tuvo una noche muy complicada, murió y luego Luna la resucito.

Aaah que vida de loco, ya estaba comenzando a creer que mi vida era una historia de ficción.

Con tantos dramas y apariciones de todos lados, quien no. Primero Ángeles, demonios, bestia rara, lo que falta es que la llorona y el elenco de Crepúsculo se una para así hacer mi vida más llamativa.

Solo deje que durmiera con John en nuestra habitación y me quede en el sofá llorando, pensando en todas las palabras crueles que Luna me había dicho y todo lo que nos había pasado en esta semana.

Estaba buscando una manera para alejarse de nosotras y lo consiguió.

Star y John cuando me consiguieron llorando esta mañana, tuve que fingir que era por lo que ellos me habían contado y que casi perdí a una hermana. Pero Star no me creyó.

—Voy hablar con Luna.—dijo Star, sacándome de mi sueños.

—Aaaah... Ni lo piense, tengo algo que contarte.—le hice señal para que se sentara conmigo en el sofá grande.

Yo ya había parado de llorar, pero todavía los ojos me dolían.

—¿Qué paso?—pregunto ella mirándome con ojos de cordero. Solté todo, lo que Luna me había dicho y lo que hizo. Ella no podía creerlo.—No puede ser verdad, solo tiene miedo.—dijo ella levantándose del sofá, la agarre del brazo.

—Es su decisión y tenemos que respetarla.—ella se volvió a sentar en el sofá.

—Tú y yo sabemos que Luna es terca y nunca va a cambiar de opinión.

—Algún día lo hará.—dije y volví a llorar.

No podía respetar su decisión, quería volver a su casa y gritarle que esa decisión no solo le correspondía a ella sola.

Si no a las tres, pero ya el daño estaba hecho.

***
 


Ya era casi de noche, en todo el día no me levante del sofá, estaba muy triste y dolida por las palabras de Luna. No tenía fuerza para levantarme, hasta Cole vino a ver como seguía Star y lo que se encontró fue a una Rous destrozada y hecha un lío, se quedó. A cada rato estaba buscando una forma de subirme el ánimo.

Pero mi ánimo, ya estaba por el suelo.

Star estaba con John en la cocina y mi hermano llego temprano hoy, se sentó a mi lado a ver un maratón de películas triste.

Eso sí es subirle a uno el ánimo ¿verdad?

Los worthy tienen esa mala mañana que si estamos tristes pero muy tristes, vemos puras películas de tristeza, amores que no pueden estar juntos, amigos que jamás llegan hasta reunirse, hasta algunas cristianas de esa que son testimonio que te tocan.

Si, negativo más negativo da positivo.

Solo por eso, lo hacemos.

Bueno ya nosotros dos no teníamos más ojos ni lágrimas que llorar, estábamos deshidratados de tanto llorar.

Si es que se le podía decir.

—Ustedes me van a producir melancolía, con la tristeza que cargan encima.—dice John entrando a la sala agarrado de la mano de Star.

—Rous tiene chance de salir de esto, pero a Hero eso viene desde nacimiento.—dice Cole burlándose, John y Star se echan a reír.

—Ja, ja y ja... Espero verte un día así cuando mi hermana te deje. —dice Hero molestándose.

Me quita el control de la mano y cambia de canal. Cole siguió burlándose de mi hermano y estaban en una sola pelea. Yo solo me levante del sofá a ver por la ventana, me pare frente de ella alzando las cortinas. Todo afuera estaba solo y oscuro, lo único que alumbra la calle eran los bombillos de las casas. Me aleje de la ventana, necesitaba aire fresco todo el día no había salido, estuve llorando y llorando en el sofá tragándome mi bendito orgullo para no ir a la casa de Luna a reclamarle.

—Voy a tomar aire fresco.—dije pero nadie me escucho.

Ahora todos estaban contra Hero y él no podía defenderse. Agarre mis zapatillas que estaban cerca de la puerta y me las coloque, agarre fuerte la sabana que tenía. Afuera, a lo mejor debía hacer mucho frio. Abrí la puerta y salí.

La noche se encontraba fría, la luna brillaba hermosamente. Camine hasta los escalones de la escalera y me senté para seguir mirando el cielo. Hoy el cielo estaba estrellado esta noche y al parecer vi una estrella fugaz. Estaba agarrando fuerte mi sabana por el frio que hacia cuando vi a Luna pasar por el frente, parecía estar corriendo. Ella no se fijó que yo estaba ahí, parecía agitada.

—¡Te he dicho que no!—grito ella a alguien.

Siguió corriendo, cuando vi a un chico pasar. Parecía que la estuviera persiguiendo.

¿No era ese tal nathan? ¿Qué hacía persiguiéndola?

—¡Te voy alcanzar y lo vas a tener que hacer!—grito él.

Ninguno de los dos me vio. ¿Qué estaba pasando? me levante de las escalera y los seguí sin que ellos se dieran de cuenta.

¿Era él, el acosador? ¿Luna estaba huyendo de él? o ¿estaba Luna en peligro?

Ellos corrían muy rápido y no podía seguirle el paso, pero cuando llegaron a la esquina de la tienda de la señora Carmen. Sabían a donde se dirigían. Mantuve una gran distancia, que ellos seguían corriendo hasta que Nathan se detuvo pero Luna no.

— ¡Ya me canse de correr! —le grito él y en un abrí y cerrar de ojos, Nathan dio un gran salto y lo vi caer encima de Luna.

No me lo podía creer, Luna estaba más de cinco metros de distancia de él ¿cómo rayos salto tan alto y caer encima de ella?

Camine otro paso más para ver mejor la escena escondiéndome tras de un bote de basura grande, vi a Luna en el suelo y él estaba encima de ella.

Ok, lo llaman Spider-Man por lo que veo.

—¡Suéltame! Te dije que no voy hacerlo.—dijo ella intentando zafarse de él.

Él estaba agarrándola por las manos, impidiéndole el paso.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.