Luna
Horas antes estaba en el hospital con Hero, acompañando a Santiago. Salió muy herido por la explosión de la bomba que tuvieron que pasarlo a emergencia rápido. Estaba molesta con lux, con Erik, con Rafael por hacer esta cosa. Y con Nathan por desaparecerse después de la explosión, no lo volví a ver y el único que estaba conmigo era mi catire.
Llevábamos horas hablando de nosotros, el en serio quería que yo le diera una oportunidad, pero yo no quería que el saliera herido por todo esto.
Mi vida es un caos y un misterio a la vez, ni siquiera tenía en claro lo que yo era en verdad.
Sin olvida que no soy de este mundo.
A las horas llego mi prima y se quedó a cuidarlo, le comente que iba a volver en la mañana necesitaba descansar y fue cuando mi catire me habló diciendo que me acompañaba.
Dure horas para que se fuera de mi casa, pero no funciono, y tampoco lo iba a hipnotizar. Ya esa forma me estaba hastiando como Zendaya con la aplicación que descargo en la película esa de Zapped.
Nadie estaba en mi casa, le dije que se pusiera cómodo que yo si me iba a costar, a los pocos segundos que yo me estaba cambiando entro como un loco a mi habitación.
—Lo siento Luna, pero en verdad no puedo seguir negando lo que siento.—no me dio tiempo para responder, porque ya lo tenía encima dándome un beso.
Cosa que me dejó fuera de base por unos segundo de aturdimiento, el movió su boca y la mia le respondió a su beso dejándome hechizada de más, se sentía tan bien, tan fresco, sentí su manos envolverme la cintura. No me despegue y me pego más a él.
Sus labios sabían a menta y no sé por qué pasamos a un beso dulce, a uno salvaje como si nos necesitábamos desde antes.
Esto si estar en el cielo.
Pero no quería que parara, algo en mí se estaba encendiendo como una llama y no quería que se apartara. Me guio hasta mi cama a trompicones y caímos juntos, enrolle mis pierna en su cadera, paseando mi mano por su pelo revolviéndolo todo por completo.
—Hero.—le susurre en los labios separándome un poco, su respiración estaba agitada a igual que la mía.
Su frente chocaba con la mía y no dejaba de besarme, como rectificando que era yo y no otra persona.
—¿Mmm?—pude ver que sus ojos se posaban en mis labios, me volvió a besar.
—¿A dónde va esto?
—A donde tu quiera, pero por favor no me digas que me aparte de ti otra vez.—su tono sonaba a desesperación.
Como si yo me fuera y nunca lo volvería a ver. Escuche un golpe en la habitación de John y me separe de Hero muy rápido. Lo mire, él estaba confundido.
¡A la mierda con todo esto!
Si era Lux le iba a dar pelea, hoy mando a Santiago al hospital y ahora me quiere, bueno así será.
—Cierra la cortina de las ventanas.—le susurre.
—Pero la habitación va a quedar a oscura.
—No importa.
Él lo hizo lo más rápido, sin hacer ruido cerro las cortinas, minutos después la puerta de mi habitación se abrió mandado poco de claridad. Casi me muero del miedo cuando veo a entrar es a Star y no a Lux.
Ah, era ella.
Tuve que agarrar a Hero de la mano para que no se moviera de la cama. Ella tiro la puerta de mi habitación muy fuerte y prefería que fuera Lux en vez de Star.
—¿Lucero podemos hablar?—sonó la voz de mi hermano afuera de ella.
¿Otra vez estaban peleando? Qué onda con esto dos.
Yo pensaba ser la única que se peleaba con Hero.
—¡No! Tengo sueño.—contesto ella, encendiendo la luz. Casi se muere cuando nos vez a Hero y a mi aguantando la risa por su escena. Se puso furiosa y me regaño.
Sí, yo siempre soy la que terminó pagando los platos rotos en esta relación.
***
Sé que dije que me iba a separar de mi catire, pero no pude.
Después de probar eso labios carnosos que me llamaban cada día y noche no podía alejarme de él.
Toda la noche discutí con él por trata así a Star, ella no merecía que le dieran esa respuesta. Cuando fui hablar con ella, ya era tarde. Se había encerrado en la habitación de mi hermano, intente llamar varias veces pero no salió. Volví a mi habitación para formarle su lío a Hero por tratar así a Star, pero cuando lo vi revisando mis dibujos no pude.
Se encontraba sentado en la esquina de mi cama con todos mis dibujos en su regazo, él estaba sonriendo y me pareció muy lindo. Vi que se detuvo en unos de ellos, su expresión parecía confundido. Me acerque para ver, cual de tanto de mis dibujos le había llamado tanto la atención. Casi me da algo al ver el dibujo, era uno cuando el tenia quince.
Él estaba sentado bajo de un árbol de manzana en casa de su abuela. Yo en ese entonces no sabía dibujar pero la imagen se me había quedado plasmada en mi memoria, no podía borrarla aunque quisiera. Ese día cargaba puesto un pescadero y una camiseta negra, a simple vista pareciera que él estaba recostado del árbol refrescándose, pero no.
Tuve que acércame y recostarme a su lado, vi lo que él estaba viendo. A la punta de la copa del árbol se encontraba unas lindas ardillas peleando por una semilla, él no paraba de reír y su risa me llenaba por completo. Ese día fue cuando supe que lo amaba, cuando él sin querer agarro mi mano y la sostuvo por un rato.
Sabía en ese momento que el recuerdo solo quedaría para nosotros, pero más para mí que para él.
Que tuve que memorizarlo por completo. Porque cuando uno ama tanto una persona y vive lo mejores recuerdo con ellos, nos aferramos tanto a ese recuerdo que hasta nos hace difícil soltarlo.
Eso hice, me aferre aquel día.
Llego el día de estudiar diseño gráfico y lo primero que me mandaron hacer fue “Un bello recuerdo de la infancia” ese fue el primero que llegó a mi mente por completo.
Otros podían haber dibujado una cena, un paisaje, su familia entre otras cosa.