Light [1]

40. Desastre Final

Luna (Un mes antes del desastre final) 

¿Morí?

Estaba a nada de creerlo.

Creí que ya estaba muerta, que ya me encontraba en el más allá y podía volver a repetir el maldito ciclo de nuevo.

Si, maldito porque así me había maldecido aquella bruja.

Pero no, me encontraba en el hospital intentando luchar por mi vida una y otra vez. Parecía a Stella de A dos metros de ti, odiaba este hospital porque pareciera que yo vivía más aquí que en mi casa y lo conocía igual que ella. Ya el personal me conocía de pies a cabeza igual que yo de ellos, pero todo cambio después que recibí ese milagro.

Me encontraba luchando para volver a respirar con calma porque así me lo repetía Nathan y mi mamá, horas antes estaba hablando con mi mamá y sentí que se me estaba cortando la respiración.

—Solo respira, tranquilamente cariño— la voz de mi mamá me daba ánimo alado. Me costaba mucho respirar y ella estaba conmigo haciendo los mismos benditos ejercicios de respiración.— Uno... Dos... Tres...

—Solo sigue sus movimientos Luna.—me decía Nathan agarrándome una mano, porque la otra, yo misma me estaba agarrando el pecho.

Porque sentía que mi pequeño corazón iba salirse por sí solo, traspasando mi corto pecho.

Después de unas cuantas horas pude recuperar bien el respirar, mi mamá se rehusaba a que me colocaran un respirador para que me ayudara. Ella me decía que yo era fuerte aunque por fuera no me viera, yo sentía que no y volvía a llorar. Mi papá en ese momento se encontraba acompañando a mi prima Jane y quería contarle que ya me encontraba mejor. John a veces es que se aparecía por aquí con un animo a millón a verme, claro; yo sabía que se sentía muy mal porque yo era su responsabilidad y en un descuido ya yo me encontraba en el hospital como niños otra vez.

No lo culpo, siempre me cuido desde que estaba en el vientre de mamá, hasta que nací y estuvo siempre a mi lado dándome ánimos y esperanza para seguir.

Él llego cuando yo me estaba ahogando con mi propia respiración que tuvo que salir a los pasillos para no verme morir. Yo sabía que se sentía muy mal y hasta estaba llorando porque cuando mi mamá le dijo que pasara el corrió abrazar muy fuerte.

—Amor no la apreste muy fuerte, todavía sigue débil.—le dijo mi mamá a John con una dulzura.

Él al escuchar la palabra débil se volvió rígido y se apartó de mi rápido.

—L-Lo siento...— me dijo ocultado su mirada de mí.

Yo lo agarre de la mano y lo acerque a mí. Lo abrace pero el no quiso apretarme, sabía que esto le incomodaba.

—Voy afuera, si quiere te traigo algo de comer.— dice Nathan caminando hacia la puerta pero se detiene al verme.

Negué y el frunció el ceño, sabía que desde que llego mi mamá yo me rehúsa a comer y era porque no tenía apetito como antes. Solo quería morir y ya.

Era mucho pedir, perdí mis fuerzas, perdí todo.

— Luna ti....

—No tengo hambre.—dije interrumpiéndolo.—Sé que tengo que comer, pero si no tengo hambre no me pueden obligar.— el miro a mi mamá buscando ayuda pero ella también oculto la mirada.

—¡Está bien! Pero si me vuelves a buscar no voy a estar a tu lado.— dijo irritándose.

Yo sabía que era mentira, solo me estaba sobornando. Estaba en todo ese bendito plan todo esto días. "Si no comes, me voy", "Si no comes, no voy a estar a tu lado", "Si no comes, te vas a morir" todo era un "Si no comes" ya me estaba hartando, ni siquiera tenía las fuerza suficiente para mandarlo al caño para que me dejara tranquila de una vez por todas.

—No hace falta buscarte porque siempre te tengo ahí, aunque no te lo pida.— dije sarcásticamente.

Él salió rápido de la habitación y pude ver que mi mamá ya me estaba mirando mal.

—Solo está siendo lindo contigo Luna, le importas— ya iba a comenzar con el bendito discurso de nuevo.

"Que gracias a él, ella y mi papá estaban aquí conmigo. Que gracias a él, yo todavía sigo con vida y que él se preocupa mucho por mí". Ya estaba comenzando a creer que los dos se pusieron de acuerdo para fastidiarme lo poco que me queda de vida.

Me levante con mucho cuidado de la camilla, apartando a John para no escuchar su bendito discurso. Ella me ayudo y me dirige al baño. Ella se quedó parada en la puerta y yo se la cerré en la cara, claro no con aquella intensión. Mire al frente y un paño azul tapaba el espejo. Mi mamá lo hizo mientras yo me encontraba durmiendo, claro porque no recuerdo cuando ella lo coloco. Me afinque al lavaba mano y dudaba en quitar el paño para mirarme y en otras quería salta de la ventana y suicidarme por toda.

Era fácil, estábamos en el sexto piso del hospital.

No sabía porque me encontraba en esto momento que ya no quería mi vida, si cuando era niña tenía episodio más fuerte y nunca paso por mi cabeza morir.

Abrí la llave de agua y deje que el lavaba mano se llenara hasta el tope, la cerré y hundí mi cabeza en posición de aguantar la respiración. Quería nadar, quería ir al lago, quería sumergirme en una fresca y dulce agua y dejar que todo mis problemas se fueran con ellos. Y no podía, porque no me dejaban salir de este maldito hospital hasta que me recuperara.

Estaba en este plan todos los días y aunque sea me relajaba un poco aguantar la respiración bajo del agua del lavaba mano. Porque aquí no había bañera si no ducha y eso me fastidiaba. Mi mamá no sabía nada, siempre cerraba la puerta con seguro para que no se mortificara.

Si, mortificación.

Su hija pasa de episodio sin poder respirar por casi unos cuantos minutos a punto de morir y cuando ella se recuperaba, se encerraba en el baño aguantar la respiración bajo del agua. Era de loco, ¿no?

Claro que no, si se enterraba me interna por años, bueno los poco meses que me queda, porque así lo sentí; meses, días y horas. Solo esperaba que la muerte llamara a mi puerta.

No sabía cuánto tiempo dure así, porque no tenía un celular a la mano. El que tenía lo estrelle contra el piso horas antes de entrar en shock por la visión que tuve con la enfermera Flor. Todavía tenía esa imagen en mi cabeza, ese recuerdo vivo clavado en mi piel y no quería hablar con ella. Porque a lo mejor me iba a decir que estaba alucinando antes de entra en shock cardiaco. Creo que eso le pasa a las personas antes de morir, ven su vida pasar a través de su ojos. Pero aquello no eran mis ojos eran lo de su madre o bueno supuesta madre.




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