Light.

Capítulo 13: El plan.

Recordando lo sucedido anoche no puedo evitar llevarme la mano al cuello para asegurar la presencia de la fina cadena que lo rodea y de la que cuelga mi llamador. Al instante una sonrisa orgullosa ilumina mi expresión al revivir la forme en que Ethan explicó con sumo detalle su uso, siendo fascinante como algo tan pequeño puede llegar a ser tan increíblemente poderoso. Dejo bien claro que he de usarlo so1lo en casos de emergencia y siempre donde ningún humano pueda verme, pues mientras tu cuerpo es transportado al lugar que hayas escogido, la esfera emite un poderoso haz de luz que para ellos resultaría inexplicable.
Así mismo advirtió la importancia de visualizar a la perfección el destino que deseo tomar o de lo contrario podría acabar perdida en cualquier extraño rincón de los mundos. Pero tras sus advertencias y consejos, dimos paso a la parte práctica donde me mostró que debo agitarlo siempre con suavidad y con la mente centrada en el rumbo que he escogido, a medida que era consumida por un peculiar hormigueo. A pesar de mis súplicas Ethan solo permitió que me moviera alrededor de la habitación, apareciendo y desapareciendo en varias ocasiones, pero jamás a una larga distancia pues aseguró que son más complejas.
No obstante ese primer contacto resultó maravilloso, al igual que el trato por parte del joven, dejando de lado cualquier diferencia y concentrándose solo en mi aprendizaje. Al final de la clase aclaró que los progresos eran buenos, pero quedaba mucho camino y tras sus intentos fallidos porque aplazarála fecha del plan, avisó resignado que está noche me enseñaría a usar mi poder. Solo imaginarlo me genera una inmensa incertidumbre, pero trato de esconderla sabiendo que si deseo robar el libro de las sombras, es hora de enfrentar esa parte de mí que se ha mantenido en completo silencio durante años.
En cierto modo el saber que Ethan estará allí calma mucho mis nervios, aunque ya apenas puedo distinguir entre mi confianza real hacia él y la que procede de nuestra unión como destinados. Esa atracción en ocasiones parece llevarme a tapar el sol con un dedo y me pregunto si sentiría lo mismo si fuéramos tan solo dos jóvenes humanos. Dicho pensamiento resulta incómodo, como si le estuviera traicionando, así que escojo olvidarlo y continuar mi avance por los pasillos del instituto.
—Me alegra verte y veo que tu tío es un gran médico —dice una voz que me hace alzar la vista del suelo, para encontrar unos irresistibles ojos grises en los que me pierdo. Incapaz de reaccionar cuando aparta mi cabello queriendo comprobar el estado de la herida, la cual ya prácticamente ha desaparecido.
—En realidad no era tan grave, creo que los dos nos asustamos un poco —respondo buscando restarle importancia al asunto, mientras cojo su mano para detener la búsqueda de una cicatriz que no existe.
Por suerte deja a un lado sus intenciones, tomando mayor consciencia al igual que yo de la poderosa energía que circula entre nosotros. Es cuando me roza la mejilla en una suave caricia, que advierto sus deseos de besarme y de inmediato la coherencia sale a relucir.
—Aquí no —me excuso tímida al contemplar su expresión confusa, temeroso de haber hecho algo mal.
—¿Qué problema hay? —pregunta respetando la distancia que he impuesto y dejando claro que su inconformidad no se debe al beso, si no al rechazo que le acompaña. Durante mis noches en vela no solo reafirmé que no volveré a hacer promesas falsas a Mark, sino que tampoco me las haré a mí. Por lo que si de verdad deseo estar con Brian, he de ser lo suficientemente responsable para protegernos a ambos—. Me gustas y pienso que yo a ti, ¿Qué hay de malo en que nos besemos?
—Es solo que no me siento cómoda aquí en medio —respondo esperando poder convencerle de que las razones se reducen a simple pudor, no al temor de que los esbirros de Dominik puedan tener un ojo sobre mí y por ende conducirles hasta él.
—Es por Ethan ¿Verdad? —cuestiona con cierta irritación al ver como el nombre del joven parece relucir demasiado a menudo entre nosotros, incluso a pesar de que no habita el instituto.
—Él solo me protege —sentenció, incapaz de mentirle alegando que no significa nada para mí o que es únicamente un amigo.
—Solo eso —añade con cierta incredulidad en su tono, luciendo incómodo por tener que discutir sobre el centro de mis atenciones, pero al mismo tiempo incapaz de contenerse.
—Brian tienes que olvidarte de Ethan, tú me importas, sin embargo hay cosas de mi vida que no puedo controlar y lo mejor para los dos es mantener las apariencias —pido esperando que comprenda que está es una de las cosas que ha de asumir, a pesar de la injusticia que representa. Ya que lo último que deseo es a Brian enfrentándose con Ethan y su fuerza sobrenatural.
—De acuerdo, pero si te importo, sal de nuevo conmigo. Recuerda que tienes que devolverme la cazadora —ofrece un poco más relajado, buscando disipar el deje de tensión que comienza a rodearnos.
—Me encantaría, pero salgo en unos días de viaje con mi familia, incluso voy a tener que faltar a clase —alegó orgullosa de mi excusa, aunque cayendo en la posibilidad de que nuestro plan falle y está sea la última vez que nos veamos. No obstante si eso sucediera, él sería finalmente libre del peligro que le aguarda junto a mí.
—Entonces, no te puedes ir sin despedirte —asegura aprovechando que los pasillos están vacíos tras el sonido del timbre para acercarme a él y unir nuestros labios en un profundo beso repleto de emociones. Disfruto del momento, sabiendo que es de las pocas cosas a las que podré aferrarme cuando la situación se torne difícil.
—Ten cuidado en el viaje, cuídate y nos vemos a la vuelta —dice con un tono serio, tras apartarnos jadeantes—. No sé que voy a hacer todo ese tiempo sin ti —expresa de manera inconsciente, avivando el deseo de dejarme llevar por la pasión que siento, pero lo sustituyo por un inocente abrazo.




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