Debajo de la plaza de San Pedro, Martí y Leza levitan antes de apoyar sus pies sobre los escombros. Los alrededores quedan irreconocibles después de la explosiva cantidad de energía que expulsó el argentino cuando recupero todo su poder de la marca.
Un mar de sangre, cuerpos descompuestos y rocas desparramadas, así como un peligro de derrumbe se cierna sobre las catacumbas. Los homúnculos no aguantaron la explosión y su existencia quedó, literalmente, erosionada. Además, los cazadores y hombres de fe que se afiliaron a los ex candidatos a emperadores yacen en el suelo aplastados por las columnas que sostenían las paredes y techo además de pedazos de enormes rocas inmovilizaron a muchos otros.
De entre los escombros se escabulle un vapor oscuro y frente ellos gira sobre si mismo hasta dar forma a una hermosa mujer de piel gris, cabello negro y largo, vestimenta ligera y varias tiras que recorren su cuerpo. Al abrir los ojos se siente como el ambiente vuelve a ser un lugar frio y hostil. Inmediatamente al verla, Leza se tensiona, hambrienta de venganza y odio. El cuerpo de la ex emperatriz salvaje aumenta de tamaño, así como la propia musculatura. Los colmillos sobresalen y su cabello se ondula en un tono grisáceo. El suelo debajo de sus pies tiembla.
Martín intenta mantenerla calmada, pero es como un animal apunto de desatarse y si no la controla para evitar un movimiento innecesario, las cosas podrían ir de mal en peor:
Martín: “Leza, cálmate por favor”
Leza: “Si supieras todo lo que he pasado…lo que mi gente ha sufrido por ella…voy a destrozarla en miles de pedazos y dárselas a las bestias más salvajes”
Martín: “Lo entiendo, pero si no jugamos bien nuestras cartas podríamos incluso perder esta batalla”
Leza: “Por favor…no me pidas que espere más tiempo…yo…”
Saloma: “¿Qué pasa Leza? ¿sigues sin afrontar la realidad de que soy la nueva emperatriz de las bestias?”
Leza hace vibrar la tierra y libera de su cuerpo una onda expansiva de puro poder mágico que se hace sentir en toda la capital italiana. Martín la toma del brazo y agita para llamarle la atención. En el momento en que chocan miradas, Martín la hace retroceder con su poder que tiene sobre ella como familiar del argentino.
La poderosa guerrera salvaje mueve su cabeza de un lado hacia el otro para calmarse. De manera sorpresiva para Saloma, también pudo sentir esa incomoda sensación de la marca imperial actuando. Esa sensación la hace sonreír y luego señala al argentino con uno de sus abanicos de batalla:
Saloma: “Recuperaste todo tu poder mágico y sin duda que eres muy poderoso, pero ¿crees que eso es todo para terminar con el plan de Astapoh?”
Martín: “¿Cómo debo llamarte?”
Saloma: “¿Qué?”
Martín: “¿Cómo debo llamarte”
Saloma: “Si bien mi clase es Banshee y muchos adoptan ese nombre al dirigirse hacia a mí, soy Saloma” —responde casi de manera inconsciente— “¿a qué viene eso?”
Martín: “Saloma, no quiero hacer esto”
Saloma: “¡Jajaja, no puedes ser más extraño y tonto! ¡claro que vamos hacer esto porque está en nuestra naturaleza! ¡¿verdad Leza?!”
Leza: “¡Bastarda!” —se enfurece al sentirse atacada verbalmente— “¡dime que hiciste con mi gente!”
Martín: “¡Leza, cálmate!”
Martín la intenta calmar una vez más y aunque lo logra, siente que está en el límite de la paciencia por lo que trata de sacar toda la información posible mientras que atrás nota la silueta de Astapoh, entre la oscuridad, y un portal poco más grande que él activo:
Martín: “¿Qué pretende Astapoh con este portal?”
Saloma: “Ya lo sabes”
Martín: “Se muy bien que quiere con todo esto, pero ese portal…no parece uno que este completo…no, más bien es algo más. No han completado del todo lo que quieren”
Saloma: “Te diste cuenta. Vaya que no eres un humano cualquiera” —se sorprende de que haya notado ese algo extraño en el plan de los ex candidatos— “no solo queremos crear una mazmorra en este mundo para vencer a Dramonzuk y luego a esa entidad también queremos erradicar a todo el universo del maná. Lastimosamente no pudimos obtener el maná necesario”
Martín: “¿No te parece demasiado el querer destruir todos los mundos por pura ambición?
Leza: “No Martín”
Martín: “¿Huh?”
Leza: “Nunca estuvo en los planes destruir al universo de maná. Ellos averiguaron algo que nosotros, los emperadores dejamos pasar por alto”
Saloma: “Veo que tienes buena intuición. Así es humano, por fin encontramos lo que estábamos buscando. La raíz de todos los problemas y el origen de tanto que no aceptamos”
Antes de que pudiera continuar revelando más cosas, el portal detrás de ella se tiñe de color negro con llameante poder mágico saliendo de los bordes y voces dentro que dan una idea de lo que se oculta allí:
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Editado: 20.04.2025