Limits ❃ Hyunin

♡ : CAPÍTULO XX

 

“No puedo creer que esté haciendo esto”, pensó Hyunjin mientras se colaba en la habitación de Jeongin a través de su ventana.

Llevaba dos horas dentro del coche, aparcado a pocos metros del hogar de los Yang, con la esperanza de que, en algún momento de la noche, el chico saliera de casa. Al final había acabado con los nervios destrozados por culpa de la impaciencia, incómodo por las miradas que algunos vecinos comenzaban a lanzarle, y desesperado porque sabía que una vez que se le metía algo en la cabeza, no paraba hasta llevarlo a cabo costara lo que costara.

La habitación estaba iluminada por una lamparita de lava que emitía una tenue luz, y no había nadie a la vista. En el baño se oía el agua de la ducha. Se sentó en la cama y contempló el dormitorio. Las paredes estaban llenas de cosas como: fotos, pósters de películas y figuras… Había un escritorio perfectamente ordenado, una librería, un par de armarios y una cómoda.

Se puso de pie, incapaz de permanecer quieto. Cruzó el cuarto y fisgoneó los libros que había sobre la mesa. Después se acercó a la cómoda y se asomó al primer cajón entreabierto. Silbó por lo bajo y cogió con el dedo una prenda. Estuvo a punto de guardárselo en el bolsillo, pero en el último momento le hizo caso a su conciencia. Una sonrisa se dibujó en su cara. Se lo imaginó con solo aquello puesto… o quitándoselo. Ahora sí que era un acosador en toda regla.

¡Mierda, aquel chico le estaba dejando frito el cerebro! Jamás en su vida había hecho nada parecido, ni remotamente parecido. Ir así detrás de un chico en contra sus propios principios y normas; porque tenía normas, eran necesarias. Se le estaba yendo la olla.

La puerta se abrió de golpe. Hyunjin se giró y sus ojos se encontraron con los de Jeongin. Apenas iba cubierto con una toalla, y durante un instante se quedó embobado con la aparición. Jeongin solo acertó a ver un cuerpo enorme en medio de la penumbra de su habitación. Gritó aferrándose a la toalla en su cintura.

El cuerpo se abalanzó sobre él y le tapó la boca mientras siseaba para que se callara. —¡Joder, soy yo, Hyunjin! Shhhh… No grites —susurró con urgencia.

Jeongin se quedó de piedra. Parpadeó y enfocó sus ojos en aquel rostro que se encontraba a solo unos milímetros del suyo. —¿Hyunjin? —Movió los labios bajo la mano que le cerraba la boca.

—Sí.

De repente, Jeongin le dio un empujón que lo estampó contra el dosel de la cama. —Pero ¿qué demonios haces en mi cuarto? Me has dado un susto de muerte.

—Lo siento —se disculpó Hyunjin.

—¿Que lo sientes? —Empezó a pegarle en el hombro y en el pecho con la mano libre—. Eres idiota. ¿Quién te crees que eres para colarte así en mi habitación? Casi me matas de un infarto. Se me va a salir el corazón por la boca.

Hyunjin alzó los brazos para protegerse, mientras una risa ahogada brotaba de su garganta. Logró sujetarlo y lo inmovilizó contra una de las columnas del dosel. —Lo siento, ¿bien? —musitó—. Voy a soltarte, pero prométeme que no vas a pegarme.

—No voy a pegarte —le aseguró—. ¡Voy a matarte! —juró entre dientes, intentando plantarle un bofetón en la cara. Hyunjin le detuvo el brazo y apretó los dientes para no reír a carcajadas.

—¡Innie! ¡Innie, cielo! ¿Qué ocurre? —gritó su padre en el pasillo. La puerta se abrió de golpe y Hyunjin apenas tuvo tiempo de echarse al suelo y girar sobre su espalda para ocultarse bajo la cama.

El señor Yang se precipitó dentro de la habitación con un palo de golf en la mano. Con los ojos a punto de salírsele de las cuencas escudriñó el cuarto; al no encontrar a nadie los clavó en su hijo, que se encontraba paralizado sujetando una toalla contra su parte baja. Entonces se dio cuenta de que iba medio desnudo y le dio la espalda.

—Perdona, cielo, pero te oí gritar.

—Sí… Bueno… Lo siento. Creí haber visto una araña —dijo Jeongin—. Lo siento, papá.

Su padre relajó el cuerpo y suspiró. —Innie, tienes que controlar ese miedo absurdo a las arañas. Te he visto jugando con las serpientes de la tienda de mascotas, y te pones histérico por un bichito de ocho patas. ¿Entiendes que es de lo más ilógico?

—Lo sé, papá. Lo siento.

—Bueno, no pasa nada. Iré con tu madre antes de que llame a los S.W.A.T.

—Bien. No volverá a pasar —aseguró Jeongin con tono de disculpa. En cuanto su padre salió por la puerta, él corrió a cerrarla con el pestillo. Durante un instante apoyó la frente contra la madera y suspiró. Hyunjin iba a volverlo loco de remate. Por la mañana ni siquiera le hablaba y ahora lo tenía escondido bajo la cama. Se dio la vuelta. —Ya puedes salir —le dijo, aún enfadado.

—¿Vas a pegarme? —preguntó Hyunjin con tono travieso.

—No.

Hyunjin se arrastró con la habilidad de un contorsionista y un segundo después estaba de pie en medio de la habitación. Lo observó sin parpadear y se le dibujó una sonrisita juguetona en la cara.

—¿Vas a decirme qué quieres o solo has venido para quedarte ahí como un pasmarote?

—¿Estás enfadado?

—¿Tú qué crees, chico listo? Jisoo ya me advirtió de que me volverías loco con tus paranoias, pero creí que exageraba.

Con la toalla aun apretada se acercó hasta la cama. Le temblaban las rodillas y necesitaba sentarse. Cambió de opinión en cuanto Hyunjin se le acercó por la espalda. La cama no era un buen lugar si ibas medio desnudo y todas las articulaciones se te aflojaban con solo captar su olor.

—¿Qué te dijo Jisoo exactamente? —preguntó Hyunjin.

No le gustaba la idea de que Jisoo y Jeongin hubieran estado hablando sobre él. Lo hizo girar, agarrándolo por la muñeca. Jeongin clavó su mirada en los ojos entornados del chico.

—¿Qué quieres, Hwang?

Hyunjin se pellizcó el puente de la nariz y después se pasó la mano por la mandíbula. Se le había olvidado todo el discursito que tenía preparado. Le resultaba difícil concentrarse cuando la presencia de Innie le enturbiaba el cerebro de aquella manera y solo podía pensar en una cosa. Estaba completamente trastornado, ya no tenía dudas. Al menos podría alegar enajenación mental si acababa haciendo alguna estupidez a partir de ese momento.



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En el texto hay: hyunjin, jeongin, hyunin

Editado: 29.07.2023

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