Linaje de Sangre -0

Capítulo 13 : El Regreso a la Universidad

El auto avanzaba por las calles de la ciudad, mientras Alex miraba a través de la ventana, observando cómo el mundo seguía su curso sin que él pudiera hacer mucho para cambiarlo. Su mente estaba llena de dudas, pero también de curiosidad. ¿Qué le deparaba la vida ahora que se reintegraba al mundo? Todo parecía tan normal, tan ajeno a lo que él había llegado a ser. Sin embargo, el ambiente a su alrededor no hacía más que recordarle que, aunque su mundo había cambiado, él seguiría siendo el mismo de alguna manera.

Viktor conducía con la misma calma que siempre lo hacía, sus ojos fijos en el camino, mientras Cassandra, sentada en el asiento trasero junto a Alex, miraba hacia la ciudad con una sonrisa enigmática. La ciudad era más grande de lo que Alex había recordado, pero algo dentro de él sentía que no importaba cuán grande fuera; él era diferente ahora. De alguna forma, ya no pertenecía por completo a este mundo.

—Entonces, ¿qué es lo que vamos a hacer para inscribirme? —preguntó Alex, rompiendo el silencio con su voz tranquila, pero llena de esa curiosidad que nunca parecía abandonarlo.

Cassandra giró su cabeza para mirarlo, su expresión relajada pero con un toque de diversión.

—Ya lo hicimos. —respondió sin perder su sonrisa. —Estás inscrito como si fueras uno de nosotros. Solo tienes que recordar una cosa: tu nuevo nombre.

Alex la miró confundido.

—¿Nuevo nombre? —preguntó, algo sorprendido por la idea. A pesar de la seriedad de la situación, algo en su interior no podía evitar sentirse un poco divertido por la idea de tener una nueva identidad.

Cassandra sonrió más ampliamente.

—Tu nuevo nombre es Alex Youngblood. —dijo, como si fuera lo más natural del mundo.

Alex se quedó en silencio por un momento, procesando lo que acababa de escuchar. Luego, dejó escapar una risa suave.

—¿Es una broma, verdad? —preguntó con un tono divertido, pero también incrédulo. —Youngblood, ¿en serio? ¡Eso ni siquiera es un apellido! Es una frase.

Cassandra lo miró fijamente, sus ojos brillando con una mezcla de diversión y algo de molestia juguetona.

—¿Y qué tiene de malo ese apellido? —preguntó, actuando sorprendida, como si fuera un asunto personal. —Hay gente muy importante y muy bella con ese apellido, ¿sabías?

Alex la miró, captando el matiz en sus palabras, y frunció el ceño mientras pensaba un poco más en la situación. La manera en que Cassandra había hablado le dio una pista sobre lo que podía estar pasando.

—Ah… —dijo, su tono de voz ahora algo más tranquilo, mientras una leve sonrisa apareció en su rostro. —Entonces, Youngblood es tu apellido, ¿verdad?

Cassandra se quedó en silencio por un momento, antes de reírse suavemente.

—Bueno, no me lo tomes a mal, Alex, pero parece que te has dado cuenta. —dijo, sonriendo con una expresión traviesa. —Sí, es mi apellido. Pero, ¿qué pasa? No hay nada de malo en él. Es bastante elegante, ¿no?

Alex levantó las cejas, sonriendo con algo de ironía.

—Digo, no es que esté mal, solo que es bastante… obvio, ¿no crees? —comentó mientras se recostaba en el asiento del auto, observando por la ventana.

Viktor, que hasta ese momento no había dicho ni una palabra, soltó una ligera risa desde el asiento delantero.

—Deja a Cassandra, Alex. Cada quien tiene su estilo. Además, el apellido no define a una persona, aunque… puede abrir algunas puertas, si sabes cómo usarlo.

Cassandra, que no pudo evitar la leve burla de Viktor, volvió a sonreír y miró a Alex con una expresión divertida.

—Lo que importa ahora es que estás listo. —dijo, cambiando el tema rápidamente. —Recuerda tu nombre, Alex Youngblood. Ahora tendrás que actuar como uno de nosotros, al menos en esta parte del mundo. Nadie sospechará nada. La vida universitaria te espera.

Alex se quedó pensativo, asimilando las palabras de Cassandra y Viktor. Era un nuevo comienzo, y aunque el apellido pudiera parecer algo trivial, lo importante era lo que representaba: un nuevo capítulo en su vida. Quizás no era tan malo después de todo.

El auto se detuvo frente a un gran edificio que parecía sacado directamente de un sueño universitario. Grandes ventanas, columnas que daban la bienvenida, y un ambiente que respiraba juventud y nuevas oportunidades. Alex podía sentir la tensión en su interior. Ya no era un simple estudiante. Ahora, tenía una misión que cumplir, y debía ser astuto para navegar por este nuevo mundo.

—Aquí estamos. —dijo Viktor, deteniendo el auto frente a la entrada de la universidad. —Bienvenido al primer día de tu nueva vida, Alex Youngblood.

Alex asintió lentamente, mirando el edificio con determinación en sus ojos. Sin embargo, dentro de él, algo más se encendió: el deseo de entender realmente quién era y cómo podría controlar todo lo que había aprendido en este tiempo. Aunque este mundo parecía normal, sabía que todo podía cambiar con un solo movimiento.

—Vamos. —dijo Cassandra con una sonrisa. —Es hora de hacer tu primera entrada como el nuevo Alex Youngblood.

Con esos últimos comentarios, los tres salieron del auto, y Alex dio un paso hacia la universidad, sin saber exactamente lo que le esperaba. Pero estaba listo para enfrentarlo.

Alex no pudo evitar notar cómo los estudiantes lo observaban a medida que avanzaba hacia la entrada de la universidad. Al principio, pensó que era solo por el hecho de ser nuevo, pero al ver que algunos se detenían y comentaban entre ellos, comenzó a sentir una especie de presión sobre sus hombros. Su presencia, quizás más allá de su apariencia, llamaba la atención de una manera inesperada. A pesar de ello, se mantuvo tranquilo, caminando con paso firme y sin prestarles demasiada atención, concentrándose en lo que tenía por delante.

Mientras caminaba, recordó lo que Elena le había explicado sobre los grupos sociales que dominaban el campus. Había los típicos grupos de estudiantes: los populares, los miembros del equipo de fútbol, las animadoras, los geeks, los chicos malos y, por supuesto, los solitarios que simplemente no encajaban en ningún lugar específico. Pudo ver algunos de estos grupos ya dispersados en el campus, algunos riendo y otros conversando intensamente sobre el partido de fútbol o los exámenes de la próxima semana.




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