La cafetería del campus tenía un ambiente cálido y relajado. El aroma del café recién hecho flotaba en el aire, mezclándose con el murmullo de conversaciones y el sonido de cucharillas removiendo azúcar en las tazas. Alex y Elena se acomodaron en una mesa junto a una ventana después de que él cumpliera con su promesa de invitarle el café que le debía.
—¿Así que realmente recuerdas que vivo sola? —preguntó Elena mientras removía su café con una cucharilla.
—No fue difícil notarlo —respondió Alex con tranquilidad—. Tu edificio parece uno de esos lugares diseñados para estudiantes foráneos. Y por la ubicación... bueno, no es precisamente barato, así que pensé que tal vez compartías el departamento con alguien para dividir gastos.
Elena lo miró sorprendida.
—Vaya, no pensé que prestaras tanta atención.
—Me gusta observar —respondió él con una leve sonrisa.
Elena dejó la cucharilla sobre el plato y tomó su taza entre las manos, soplando suavemente el vapor antes de dar un sorbo.
—No tengo roomie —dijo finalmente—. Mi padre quería que viviera en uno de esos complejos privados, pero... no es mi estilo. Prefiero estar en un lugar donde pueda manejarme sola.
—¿Y tu familia? —preguntó Alex con curiosidad—. ¿No les preocupa que vivas así?
Elena hizo una mueca, como si no le agradara demasiado la dirección que tomaba la conversación.
—Mi madre murió hace años —dijo en voz baja—. Mi padre... es un hombre ocupado. Viene a la ciudad de vez en cuando, pero no estamos muy cerca que digamos.
—Lo siento —dijo Alex con sinceridad.
—No te preocupes —respondió ella con un tono que intentaba sonar despreocupado—. Supongo que me acostumbré.
Hubo un breve silencio incómodo, que Alex decidió romper.
—Bueno, al menos no estás completamente sola. Tienes amigos... ¿y Chris?
Elena bufó suavemente.
—Chris no es precisamente lo que llamaría un "amigo".
—¿Y qué hay de ti? —preguntó de pronto Elena, apoyando el codo sobre la mesa y mirándolo con interés—. ¿Qué hay de tu familia?
Alex se quedó en silencio por un instante. Sus pensamientos viajaron a un pasado que ya no podía reclamar como suyo: su antiguo hogar, sus amigos... y su padre. Pero esa vida terminó la noche en que fue convertido en vampiro. Ahora era otra persona, con otra historia.
—Vivo con mis padres —dijo finalmente, recordando que Cassandra y Viktor ahora eran su "familia"—. Mi madre se llama Cassandra... es algo estricta, pero buena persona. Mi padre es Viktor, el típico tipo serio que en realidad tiene su lado blando si sabes cómo encontrarlo.
—¿Y ellos qué hacen? —preguntó Elena, tomando otro sorbo de café.
—Negocios, supongo —improvisó Alex—. Aunque no se meten demasiado en mi vida... lo cual agradezco.
—Suena... cómodo —comentó Elena, aunque en su voz había cierta duda.
—Supongo que sí —dijo Alex, encogiéndose de hombros.
Elena lo miró durante unos segundos, como si intentara leer algo detrás de sus palabras.
—Eres un poco difícil de descifrar —dijo finalmente.
—¿Eso es malo?
—No necesariamente —respondió Elena, esbozando una leve sonrisa—. Pero tendré que estar pendiente de ti.
Alex sonrió, tomando un sorbo de su propio café.
—Buena suerte con eso.
#3407 en Fantasía
#1382 en Personajes sobrenaturales
vampiros, vampiros cazadores humanos hbridos, vampiros drama
Editado: 29.03.2025