Lincoln || Una batalla contra el corazón || Disolutos I

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HOLAMIS AMORES.

HEMOS COMENZADO UNA ESPECIE DE MARATON.

SE VIENE LO CHIDO.

LAMENTO LA DEMORA.

ESPERO SUS COMENTARIOS.

NOS LEEMOS MAÑANA.

LES AMA.

JEN <3

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“Saludos, estimados vive del prójimo, que me otorgan un sustento para subsistir que justifica mi vena cotilla.

Aunque en esta ocasión vengo a recalcar lo que vio casi todo Londres en medio del salón de cierto club de prestigio, y no lo digo porque la gente no tenga nada más que hacer con su existencia, pero si lo presenció la señorita Thomson, corre el riesgo de que medio Europa ya esté enterado.

Y espero no se lo tome a mal la dama, pero es mi mayor competencia en este negocio, asi que, es bueno recalcarlo para saber cuáles son mis seguidores.

Retomando el tema, porque no solo vengo hacerlos perder el tiempo y su dinero, todos sabemos lo que ocurrió entre el Conde de Lincoln y la princesa alemana.

Dando por fin como ganadora a una de las rubias en una lucha de poderes que se llevó en la manete de todos, en donde hasta apuestas corrieron, no siendo precisamente la que a todas luces se veía como la potencial candidata.

Lady Danai Fitzgerald dejó de ser un encanto con piernas ante los ojos de Lord Lincoln, agradeciendo que por fin hubiese abierto los ojos, antes de que la arpía se lo engullera sin masticarlo.

Aunque la cuestión aquí es el saber que se resolvió al respecto, porque los directos implicados siguen apareciéndose en las veladas sin siquiera dirigirse la palabra, pero el Duque de New Castle Upon- Tyne ha sorprendido con el anuncio de una velada que se llevará a cabo en su residencia.

Se especula que ahí dará a conocer la decisión tomada sobre el futuro de su vástago y la princesa alemana, aunque se especula que el evento se realiza con el fin de que los Duques de Beaumont den cara en la sociedad y se dejen de misterios, teniendo en cuenta el tiempo que se le ha mentido sínicamente a Europa entera.

En caso tal, sigo resentida por haberme arrebatado a mis dos prospectos de marido, pese a que ninguno toma en cuenta mi chispeante existencia.

Ellos son los que se pierden este espectáculo de dama.

Tengo mucho más por añadir, pero será para una próxima oportunidad, porque quiero que mi bolsillo engorde, estimando que seré declarada solterona, y nadie velará por mí en un futuro próximo.

Una muy solterona Lady Chatty se despide.

Hasta el próximo cotilleo, porque seré la primera en darlo a conocer, y aunque digan que merezco la hoguera, sé que me aman por eso”.

Gaceta informativa de Lady Chatty.

 

•◦•◦ 

BERWIN

Newcastle House…

 

Le encantaría decir que la revelación de Lady Chatty con respecto a que es una dama de edad casadera, aun activa en sociedad, y que está siendo buscada, al no ser por más tiempo soportada la incógnita de su identidad está distrayendo su mente, y de paso a Londres entera alojada en el salón de la residencia de sus padres a la espera de la llegada de los Duques de Beaumont, que debería haber opacado el anuncio de su compromiso, pero no siendo tan aparatoso a su escandalo estar tan caliente como el pan recién salido del fogón.

Joder.

Necesitaba dejar de pensar, pero eso era lo que menos hacia últimamente.

Dormir estaba sobrevalorado cuando sus sueños se hallaban plagados de la alemana que le sonreirá con cariño, mientras le clavaba el puñal por la espalda.

Mientras le hacía creer en la farsa de que realmente le interesaba, siendo un imbécil, que ni bien despertaba se tapaba la cara con la almohada con intenciones de ahogarse cuando su mente y corazón le dejaban claro, que sin importar el nido de mentiras y traiciones que se pudiese estar tejiendo no sería capaz de condenarle, porque de alguna manera la quería con persistencia ciega.

Por eso mismo quería huir, no enfrentar a su familia, que para esa ocasión se habían reunido hasta sus hermanas mayores ya casadas, con sus estirados maridos, y ahora pululaban por todo el salón prodigando saludos, mientras averiguaban que tan comprometido estaba su trasero.

Porque lo cierto es que Irma no era la menos insensata de sus hermanas, cuando Maeve llevaban acechándolo desde la noche anterior.

 Si Irma le resultaba entrometida, en extremo comunicativa, y sin filtros, su hermana mayor con respecto al lado femenino, por mucho era una mujer exasperante, que con una sonrisa angelical se echaba a todos en el bolsillo sin imaginar lo insufrible que podia a llegar a ser cuando se le metía algo en la cabeza.

En este caso su compromiso con la alemana.

Lo peor de todo, es que, según pudo ver temprano en la mañana mientras se dirigía a casa de los Duques de Beaumont en Londres, que la susodicha y su pariente paseaban con los brazos entrelazados mientras hablaban sin notar el mundo que las rodeaba.




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