Lamento la demora.
Espero lo disfruten.
Nos leemos mañana porque en Colombia aun es martes.
Espero sus reacciones.
Les ama.
Jen <3
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HANS
(Berlín-Alemania)
Palacio de Bellevue…
Toda su vida habia interpretado el papel de recadero.
El que hace el trabajo sucio, pese a que le llenaba de asco ensuciarse las manos.
Sin embargo, todo lo hacía por conveniencia.
Para llegar a un punto determinante, y ese también era el caso, no obstante, poseía una ligera variación, que lo tenía con los nervios destrozados sin poder pensar con cabeza fría a un suspiro de cargarse al emperador de Alemania tras haber matado a parte de su guardia real, y ahora tener un cuchillo en su cuello, a punto de rebanárselo si no le decía en los próximos segundos algo lo bastante atractivo como para hacerlo recapacitar.
Y se estaba aproximando su muerte, porque solo lo observaba con la misma expresión con la que él lo hacía.
Tan vacía como imposible de leer.
Hasta el momento no habían cruzado palabras, pero no lo necesitaba cuando pretendía una explicación.
Deseando una salida que no estaba presto a pedir, cuando toda la vida se las habia arreglado por sus propios medios para salir adelante e ileso de cualquier situación.
No obstante, ese asunto no trataba de él, sino de Nour.
La única mujer que en su vida habia considerado una especie de madre.
La que lo alimentó y curó sus heridas antes de ser recogido por el antiguo conde de Warrington.
Ese que ayudó a descuartizar en América, siendo testigo la princesa alemana, hija del que próximamente se quedaría sin cabeza.
Nour siendo la única que apreció algo positivo en él, pese a que nunca sería nada bueno.
Esa que estaba muerta porque Edmund Harris no dejaba cabos sueltos, y se habia embarcado en ese viaje, no por recuperar lo imposible, si no por honrar su memoria, demostrándole que no sería precisamente alguien de bien como quería, pero si importante, enalteciendo su nombre, y la gratitud que tenía para con ella.
Rememoró el pañuelo que cargaba en uno de sus bolsillos, consiguiendo que tensase la mandíbula y le pusiese más empeño a su agarre.
—Esto debería ser civilizado, teniendo en cuenta que estamos persiguiendo el mismo objetivo —le mostró una sonrisa de medio lado en respuesta, tan plagada de rencor que lo sintió envararse pese a que no lo demostró, siendo su único movimiento el reacomodarse en su silla al estar a sus espaldas, pues lo habia tomado por sorpresa al entrar por uno de los pasadizos que portaba el castillo, no siendo difícil de encontrar para una rata como él.
—En teoría, su Majestad, pero el viaje fue la bastante largo para irritarme. El destino, uno diferente, teniendo en cuenta que debería estar en Prusia matando a un príncipe que no tuvieron los cojones de eliminar cuando no era un peligro contundente, y ahora se encuentra en Inglaterra reencontrándose con su esposa —sintió como aquello si lo tomó por sorpresa, provocando que su sonrisa de medio lado se agrandara, mientras fijaba la mirada en un punto en concreto en la estancia, enfocando a una persona que estaba siendo espectadora del encuentro, y seguía sin intentar defender a su pariente —. Causándome curiosidad que no fuese de su entendimiento, cuando el Rey de Prusia le puso sobre aviso a su hermano desde el mismo momento en que esto ocurrió —hasta en las mejores familias existían secretos —. Una cuestión que no me atañe —porque era lo que menos le importaba —. Pero lo que si me interesa, es que sigo sin escuchar algo lo suficientemente tentador como me fue prometido, para ser el que se continúa ensuciando las manos por seres que no merecen ni una mirada de este bastardo —porque no le afectaba que el mundo supiese que su madre no tuvo los ovarios de protegerlo de un padre loco de celos, cuando creyó que le había salido con un nuevo premio al haber adquirido una esposa con un bebé en camino que le tocó aceptar, por eso con el si no tuvo compasión.
Cosa que habia superado hace demasiado tiempo, teniendo en cuenta que su procedencia era lo que menos le habia importado, cuando lo único que le interesaba lo portaba claro en su cabeza, hasta hace poco.
Con nombre y apellido, y ese seguía respirando por tiempo indefinido.
Definitivamente no iría de nuevo por ese camino.
Mejor se enfocaría que le asqueaba siquiera pensar en eliminar a un moribundo, que en todo caso vio llegar a Inglaterra el mismo día que él se marchó, porque él se enteró de ese pequeño obsequio del mismísimo infierno con sus propios ojos, haciéndole la tarea sencilla, pero decidió dejarlo pasar por el momento, pues le convenia sentarse a recapacitar el ofrecimiento que en su momento le hizo al Conde de Lincoln, cuando este le habia planteado una idea diferente a lo que presupuestaba antes de subir al buque, y por eso es por lo que estaba a nada de matar a un emperador.
» Lo que me hace preguntarme ¿De qué lado está hablando cuando es la primera vez que lo veo en mi vida, Majestad? —una tos que no era del aludido se extendió por el lugar, la cual estaba ocultando malamente una carcajada.
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Editado: 08.07.2024