Lincoln || Una batalla contra el corazón || Disolutos I

SOLO PUEDE HABER UN REY DE PRUSIA

HOLA MIS AMORES.

SOLO FALTA EL CAPITULO FINAL, Y EL EPILOGO.

EL SABADO YA TERMINAMOS ESTA AVENTURA, Y POR ESO MISMO QUIERO AGRADECERLES POR LLEGAR HASTA AQUI CONMIGO Y ESPERAR A QUE LA INSPIRACION FLUYA AL SER ESTE AÑO UNO BASTANTE COMPLEJO EN TODOS LOS SENTIDOS.

VUELVO CON EL GRUPO EN EL QUE ME GUSTARIA QUE ESTUVIESEMOS PARA QUE COMPARTAMOS NUESTRAS OPINIONES, PERO ESTA VEZ ES DE TELEGRAM.

EN MI IG VOY A DEJAR EL ENLACE PARA LOS QUE QUIERAN UNIIRSE.

RECUERDEN QUE ME PUEDEN ENCONTRAR COMO @JENGIRBOOKS.

TAMBIEN ME ENCANTARIA SABER QUE HISTORIA LES GUSTARIA LEER DESPUES DE ESTA, PORQUE TENGO UN PAR EN MENTE, PERO NO SE POR CUAL DECIDIRME.

SIN MAS QUE AÑADIR DISFRUTEN DEL CAP.

ESPERO SUS REACCIONES.

LES AMA.

JEN <3

---

¿QUÉ HAY DETRÁS DE UN TÍTULO TAN CODICIADO?

FEDERICO

No tenía que pensar cuales eran las razones de su padre para actuar de aquella manera.

Las sabia.

Probablemente si no estuviese su pellejo en riesgo las avalara, puesto que, no actuaria diferente, y hasta reforzaría algunos puntos que la hacían algo débil, sin embargo, la situación le estaba desfavoreciendo, y habia pasado el límite de ponerle una mano encima cuando nunca se atrevió a tanto, cosa que el indicaba que si sabía jugar lo tendría en su poder con un par de palabras bien estructuradas.

Atacando esos puntos débiles que pudo ver sin mayor esfuerzo.

El asunto ahí, es que la idea principal no era fastidiarlo si no presionarlo hasta el punto de hacerlo caer, aunque la situación se habia complicado con más enemigos en la sala de los que podia lidiar con nulas ayudas, porque el emperador se hallaba en ese lugar por su hija, el Duque de New Castle Upon-Tyne por su heredero, y el resto por sus propios intereses, quedando solo en medio del juego cruzado cuando era carne de cañón al ser el que aparentemente no debería de estar respirando en esa sala.

No obstante, seguía sin importarle, y arriesgaría todo hasta las últimas consecuencias.

¿Tenía algo que perder?

Se sentó en una de las sillas, mientras era desatado al percibir que no suponía una amenaza física, tragándose un quejido de placer.

Le dolía cada maldita articulación, le ardía la cara, odiaba el sabor de la sangre, y detestaba ser humillado, pero de igual manera contuvo su humor y prestó atención a la escena que se estaba llevando a cabo frente a sus ojos.

Admirando no precisamente a su padre, si no al emperador, y su respetado hermano José Benedicto, el cual portaba una sonrisa fastidiosa, mientras se narraba como habían comenzado alianzas con el sonado a la par de temido ajedrecista, siendo el hombre más buscado de Europa, por su negocio de tráfico de esclavos en el que claramente estaba implicado, al igual que la corona.

Cruzó las piernas mortalmente aburrido con el monologo, ganándose la atención de esos mismos hombres que sin dejar de parlamentar mantenían pendientes de todos sus movimientos.

Como si no entendieran que no podia ir demasiado lejos en su estado actual.

De igual manera, sin pretender hacer cuando quería acabar con aquello de una vez por todas.

—¿No se te nota preocupado por lo que te espera cuando se conozca tu sorpresiva resurrección? —al parecer ahora recordaban su presencia, siendo recalcada por Benedicto, que observó su rostro a conciencia oscureciéndosele los ojos en el proceso, mientras le regalaba una sonrisa amarga.

Ahora la atención estaba centrada en él.

—No sabía que tenía la oportunidad de hablar —soltó en un tono de sorpresa fingido —¿Se me son permitidas unas palabras antes de mi planeado deceso? —estaba más muerto que vivo, asi que sus palabras subidas de tono no podían afectarle más a su estado —¿Padre? —le supo amargo llamarlo de esa manera.

Le ardió la herida como si la tuviese a carne viva.

Punzándole el área afectada, pese a que solo quedaba una fea cicatriz de color rosado brillante.

Su progenitor en respuesta lo observó con ira contenida, con dolor, y algo más que no quiso descifrar, pero también sabia por dónde iba la situación.

—El permiso de él es insignificante cuando en estos momentos no es el que controla la situación —no era el único humillado en la sala, y Benedicto estaba disfrutando pisotear su rango cuando por su personalidad y actuar, aparentemente no lo consideraba alguien si quiera de tener en cuenta —. Haznos los honores —indicó.

Se encogió de hombros tras una carcajada, observando en el proceso a los invitados a esa reunión, que tenía como testigo del veredicto que le daría el jurado a cargo de un juzgamiento que se estaba poniendo interesante.

El conde de Lincoln para esos momentos estaba con Berit abrazados en un mueble de dos plazas, al lado de estos, sentado en una silla individual se hallaba el Duque de New castle Upon-Tyne, en el otro el emperador con su hermano, y el heredero de este se ubicaba en una de las ventanas admirando el intercambio en silencio. Y era imperdonable que no notase a su padre, el cual volvió a ocupar su puesto como si nada en esa silla lo pudiese tocar, pareciendo uno solo, sin poder negar que era hecha para un hombre de su porte, pero que se la merecía alguien con más carácter y cerebro.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.