Espero verte esta tarde, Linda…
Espero verte mientras te pintas los labios rojos. Espero verte mientras te pones los tacones, espero verte impactante en ese vestido.
Espero verte disfrutando la vida, Linda. Lo espero porque te lo mereces.
Te lo mereces más que nadie.
Espero ver que no se te corra el rímel, que no tiembles al caminar. Espero que no te sientas cuarentona, fuera de lugar, incapaz de arriesgarte a ser distinta. Espero que no tengas miedo a tratar algo nuevo, espero que no te cierres al amor…
Sé que fui muy culpable de que te hubieses aislado. Mi cariño fue egoísta, te absorbí como un parásito. Quité de ti tu alegría, te robé las noches que merecías estar bailando, disfrutando, viviendo.
Te até, y te confiné a mí, Linda. Hice de ti una persona llena de aprehensiones y remordimientos. Sin embargo, mientras te dejo atrás sólo me queda desear que descubras todo lo que no pudiste descubrir a mi lado.
Espero que no te dejes engañar, espero que disfrutes y seas consciente, espero que te enamores de nuevo.
Espero que seas feliz, Linda.
Mírate, con tus ojos verdes, tu pelo rojo. ¿Habrá alguna mujer más hermosa que tú? ¿Hubo alguna vez alguien más afortunado que yo? Yo quien recibí todo tu amor, yo quien recibí todo de ti. Yo quien también te amé, yo quien te amo, y que siempre te voy a amar. ¿Existe alguien que haya sido más feliz que yo?
Lo nuestro fue amor a primera vista. Lo nuestro fue luchar hasta el final. Lo nuestro fue pelear y volver a pelear.
Por eso, cada vez que te veo llorar, yo también lloro. Por eso, celebro que te maquilles y te pintes el pelo de rojo. Celebro tus tatuajes, los que no te hiciste cuando eras joven por miedo. Celebro que salgas y persigas el trabajo de tus sueños. Celebro que viajes, celebro que ames. Celebro que hayas aprendido a vivir.
Porque si has aprendido a vivir, es tiempo de que me vaya. Lamento haberte hecho llorar, Linda. Lamento haberte hecho pelear más de lo que debías. Lamento haberte hecho sentir lamentable con mi ausencia. Lamento no poderte hablar de manera en la que me escuches.
Pero, sobre todo, lamento no poder abrazarte antes de irme. Perdóname si mi despedida es muy silenciosa. Quiero que sepas que el amor que me diste jamás podrá nadie igualarlo. Eres hermosa tal y como eres.
Eres el único ser que puede irradiar luz y amor, tal y como los árboles son capaces de irradiar oxígeno. Eres todo para mí.
Eres mi alma, mi ser, y todo el optimismo y sabiduría que el mundo pudo encapsular en una persona. Eres todo el amor que jamás recibiré y yo te amo con todo lo que soy, y con todo lo que alguna vez fui. Todo lo que fui fue ser amado por ti, y hoy quiero te que ames. Amate, Linda. Amate tanto como puedas. Espero que alguna vez logres alcanzar la plenitud de la felicidad, perdóname por haberme ido sin verte hacerlo. Si tuviera que repetirlo mil veces, te lo repetiría mil veces más.
Te amo, Linda. Decirte que te amo, es el mantra religioso de mi vida. Te amo, y lo repito todos los días. Estoy seguro de qué jamás dejaré de amarte, así como sé que no dejarás de amarme a mí. Somos el uno para el otro.
Mi amada, mi compañera en el crimen de la vida, la esencia de mi existencia, el motivo de mi cursilería.
Te adoro, hermosa Linda.
Te amo, amor de mi vida.
Mamá.