Lineage Chronicle: First Hunt

capitulo 9 : Pasado

Jake regresó del patio sacudiéndose la tierra de las manos y anunció, con un gesto sombrío, que ya había terminado de enterrar el cuerpo del señor Dwight. Chase lo observó en silencio antes de soltar la duda que le carcomía:

—¿No habrá problema con la policía? —preguntó con cautela.

—Ya me voy a encargar de eso, yo sé cómo hacerlo —le cortó Jake, queriendo cerrar el tema.

El ambiente entre ambos seguía cargado de una tensión eléctrica por lo que había pasado anteriormente. Sin embargo, al notar la mirada perdida de su amigo, Jake suavizó un poco el tono:

—Chase, ¿estás bien?

—Sí —respondió Chase con un hilo de voz—. Solo que todo esto se está volviendo mucho para mí.

Sin esperar respuesta, Chase se alejó buscando aire mientras los demás seguían en el patio. Casey, por su parte, ya estaba dentro de la casa, recorriendo los pasillos en busca de la habitación que ocultara el secreto de la llave que le dio Dwight.

Se detuvo en seco al notar algo: en medio del silencio absoluto, se percibía una ligera corriente de aire. Rastreó el origen hasta un estante pesado y gritó de inmediato:

—¡Chase, Jake! ¡Encontré la puerta!

Los chicos entraron corriendo a la habitación. Casey, con el rostro enrojecido por el esfuerzo, intentaba empujar el mueble sin moverlo ni un centímetro. Jake se detuvo a observarla con una sonrisa burlona:

—¿Qué estás haciendo, Casey? —soltó con ironía—. La puerta está ahí atrás, solo necesita un empujoncito.

Casey lo intentó una vez más, pero le fue imposible. Jake y Chase intercambiaron una risa discreta antes de que el mayor se adelantara.

—Mejor descansa, Cassie. Yo me encargo —le dijo Jake con confianza.

Con un empuje seco, el estante cedió con un chirrido, revelando una puerta vieja y polvorienta que había estado escondida por años. Chase dio un paso al frente y los miró a ambos:

—Bueno... ¿Están listos para encontrar lo que hay atrás?

—Espero que no tenga más monstruos —murmuró Casey con un escalofrío mientras encajaba la llave.

Al destrabarse el mecanismo, la puerta se abrió de par en par, mostrando una pequeña biblioteca oculta. El lugar estaba repleto de estantes organizados meticulosamente; sin perder tiempo, se dividieron para rastrear cualquier información que pudiera guiarlos hacia Abraham.

Casey hojeó varios tomos hasta que uno le heló la sangre. El título rezaba: “Corazón Primigenio”. La curiosidad la dominó y, al abrirlo, sus ojos se abrieron de par en par al ver un dibujo detallado de una pieza del artefacto.

—Chicos, tengo algo... vengan —llamó con voz agitada.

Se amontonaron a su alrededor y Casey les señaló el hallazgo. Chase tomó el libro entre sus manos mientras Jake fruncía el ceño:

—¿Qué diablos es un "corazón primigenio"? —preguntó extrañado.

Chase pasó las páginas con rapidez, tratando de absorber cada palabra.

—Estamos de suerte —exclamó Chase con entusiasmo—. Estamos ante la fuente de información de lo que sea esa cosa que tenía mi abuelo. Escuchen lo que dice:

Anotaciones de Fergus Van Helsing (1930, Irlanda):

"A todo Van Helsing que lea esto: Me encuentro en la poderosa necesidad de transmitir mis descubrimientos sobre un artefacto de tal poder que debería estar bajo un resguardo absoluto, ya que amenazaría a toda la humanidad y a la propia comunidad sobrenatural.

He logrado traducir parcialmente una carta en alemán de procedencia incierta. Habla de un antepasado nuestro del Imperio Alemán, Heinrich Van Helsing, quien en plena Revolución Industrial creó un artefacto que, según sus palabras, permitiría entender mejor a las bestias sobrenaturales y domarlas. Pero el experimento salió muy mal y el artefacto fue ocultado. Es de suma necesidad encontrarlo y evitar una nueva catástrofe.

—Y eso es todo lo que dice —concluyó Chase, cerrando el libro con un gesto de pesadez.

Casey se quedó inmóvil, procesando la información.

—Guau, eso fue sorprendente —soltó ella, rompiendo el silencio que se había apoderado de la pequeña biblioteca.

Jake, apoyado contra uno de los estantes, acotó con un deje de ironía:

—La familia del viejo Dwight parece que se tomaba en serio la idea de ser salvadores del mundo.

Chase desvió la mirada hacia Casey y le preguntó con curiosidad:

—¿Dónde encontraste esto, Casey?

—Solo miré en los nombres de los estantes —respondió ella simplemente, encogiéndose de hombros.

—Bien —decidió Chase, recobrando el liderazgo—. Entonces nos llevaremos todo lo que tenga que ver con lo sobrenatural. La familia del señor Dwight seguro nos ayudará; nos vendrá bien escuchar a verdaderos cazadores.

Los chicos terminaron de cargar los libros en el auto, despidiéndose en silencio de la vieja casa de Dwight. Casey mantenía el libro del "Corazón Primigenio" apretado entre sus manos.

Al terminar, todos entraron al vehículo. Pero al encender el motor, Casey notó un silencio que no existía antes; una pesadez que la empujó a buscar distracción en el libro.

Mientras ojeaba las páginas, algo le llamó poderosamente la atención. Había una pequeña red que guardaba algunos textos sueltos; entre ellos, un manuscrito con una hoja pequeña. La primera estaba en alemán y la más chica en inglés.

Casey recordó mentalmente: “Esta debe ser la carta del antepasado alemán”.

Rápidamente sacó su teléfono, le tomó una foto y abrió el traductor para completar toda la carta. Allí leyó la historia de Heinrich, un hombre de ciencia que buscaba cumplir su legado Van Helsing domando a las bestias para su beneficio.

Pero lo más inquietante fue descubrir que la carta no fue escrita por el científico, sino por un hombre de nombre Leopold.

(Imperio Alemán, 1880)

"La historia que me llevó a escribir esto sucedió hace unos años, cuando decidí mudarme a la capital del reino donde vivía mi primo Heinrich, un hombre apasionado por la ciencia y alejado de las tradiciones de nuestra familia. Al llegar, me recibió con un buen saludo: 'Bienvenido, Leopold', dijo estrechando mi mano, 'vamos a instalarte'.




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