Líneas de color azul

Sinopsis

—Cariño, por favor ten cuidado. La ciudad de México es muy grande y peligrosa. ¿Estás segura de esto? —Pregunta mi padre, él es un hombre de edad mayor. Junto a mi madre me han apoyado en todas mis decisiones. Excepto esta, que es mudarme a la capital para conseguir trabajar en el ámbito artístico.

 

—Sí, papá, estoy segurísima de que quiero esto para mí. Sé que no va ser fácil, nada lo es. Pero, ¿qué pasa si solo me quedó aquí estancada sin lograr mis sueños? —Ni mi madre ni mi padre dijeron nada, ellos querían lo mejor para mí. Y sí eso implicaba viajar por más de veinte horas por carretera hasta la capital, eso haría.

 

Mamá me ayudo a empacar mi ropa en una pequeña maleta, si bien no llevaba tantas cosas, era suficiente. Tenía suficientes ahorros en mi cuenta bancaria para vivir algunos meses en un departamento pequeño. No me iba a arriesgar a llevar una cantidad enorme de dinero en efectivo, porque sabía que los viajes en carretera son peligrosos. En las noticias siempre se escuchan reportajes sobre asaltos y secuestros de transporte de viaje. El miedo estaba ahí, pero debía de hacerlo a un lado para no quedar paralizada.

 

—Elena, escucha. Si las cosas no salen como creías, sabes que siempre puedes volver a casa. No importa cuando, tu papá y yo te recibimos con los brazos abiertos. —Esas fueron las últimas palabras que me dio mamá antes de que subiera al autobús, no sin antes darme su bendición. Yo no lo veía necesario, aunque sí ella cree que lo es, no iba a quejarme.

 

A través de la carretera todo es desierto y montañas. En Coahuila no es típico que haya tanta vegetación, así que cuando empecé a ver montañas con más árboles y arbustos supe que no había vuelta atrás.

 

 




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