-He visto y sentido cosas realmente hermosas, créeme. Un padre llorar al escuchar el grito guerrero de su hijo recién nacido; la risa de los bebes a los pocos meses; la unión de dos personas, de dos almas; el primer beso de un adolescente; la calidez del amanecer; el reencuentro de dos amados; la pequeña brisa primaveral; la calidez del atardecer; la ilusión de un adolescente ante su primer amor; el fuego ardiente de la pasión; la excitación de dos personas; las noches de cielo estrellado; el desenlace de dos amados; el sentimiento de libertad. Pero…
-¿Pero?-la miro y veo la belleza que la caracteriza a pesar de toda la desdicha que conlleva ser ella.
-Soy La Vida, se supone que ya debería haberlo visto y sentido todo en este mundo.
-¿Cuál es el problema?-me pregunta ella con su voz suave, como un soplido en primavera.
-Te veo a ti, El Dolor. Veo que, cada vez que te sonrojas y me sonríes con timidez siento como mi propio corazón, lleno de esperanzas, se ilumina como una Estrella. Cada vez que te veo, mis pensamientos giran en la forma de unir mis labios con los tuyos. Cada vez que estas cerca de mí, deseo algo más que un simple roce amistoso. Te deseo, Dolor. Te deseo y mucho.-veo como sus ojos brillan.-Quiero que, junto a mí, veas también lo hermoso que es el mundo y no lo cruel que es. Quiero enseñarte mis lugares favoritos. Adorarte. Besarte. Abrazarte. Quiero que sientas lo bello que es este sentimiento que siento por ti, Dolor.
Su primera lágrima cae mientras ella se acerca despacio, con miedo, hacia mí. Coge mi rostro y lo acerca al suyo, uniendo nuestras frentes. Nuestros labios están casi en una unión.
-Yo quiero enseñarte lo bellamente doloroso que se siente este momento.
Une sus labios con los míos.
Siento como, por primera vez, mi propio mundo temblar. Siento e intento transmitirle todo: la brisa de la primavera; el roce de dos personas por la calle; dos desconocidos se hablan con amabilidad; el roce de dos amados; la calidez del amor; la euforia al estar en la cima de la montaña rusa; el frío de invierno; el soplido del caluroso viento en verano; las tardes de hoguera en la playa; el sonido de las olas; el grito de felicidad de una adolescente; el amor de madre e hija; el sonido del despertar de un bosque; y mi amor.