Lizäri

Capítulo: Te protegeré, siempre lo haré.

Lizari corre sin parar, se tropieza una vez, y se levanta para seguir su camino, ve una cueva a unos 50 metros a la derecha y se apresura a entrar en ella. En la cueva se sienta en una roca, y comienza a mirar sus manos, su ropa, se siente confundida por lo que paso, y triste por haber lastimado a Denathal sin querer.

—Que... que me pasó, porque lo ataqué. 

Llorando, e inquieta, no se da cuenta de que un oso frontino crespo esta a punto de atacarla, al escuchar el respirar de una bestia, desesperada intenta buscar su arco y flechas, pero las había dejado en la plaza. 

—Este es mi fin —susurra para sí mientras camina hacia atrás, choca con la pared de la cueva.

Denathal había visto a Lizari, entrar a una cueva por lo que se adentró también en ella, apartando al oso de la joven, ella estaba traumada con el oso sabia que iba a devorarla, en ese instante escucha una voz conocida.

Descarga eléctrica —dice Denathal, descargando su poder en el oso y muriendo al instante con un corto circuito realizado por el joven...

//Descarga eléctrica es una habilidad del origen eléctrico donde el usuario manipula su esencia arcana azul, concentrándola en sus dedos y al tocar cualquier cosa descarga una fuerte corriente, capaz de adormecer una extremidad o matar al instante si este toca el corazón.//

Luego camina apresurado hacia la joven de ojos verdes, inquieto por saber si ella está bien.

—Hermosa, ¿te encuentras bien? 

Toma sus manos, comienza a inspeccionar si no tiene herida o rasguño, pero ella se aparta rápidamente.

—Aléjate, mira lo que hice, lo que te hice... Como, yo... —Se deja caer sentándose en el suelo, con las manos en el rostro. 

—Como pude hacer eso, yo no quería...

—Hermosa, no paso nada... 

Se coloca al nivel de Lizari, señalando su brazo y pecho pues ya había sanado por ser un vampiro. 

—Estoy bien, solo mírame —dice esto mientras sutilmente tomaba con sus manos, las manos del rostro de Lizari. 

—Todo está bien...

Lizari lo mira y se comienza a tranquilizar, hay algo en Denathal que hace que ella se sienta cómoda y seguridad a su lado.

—Lo... lo siento Denathal, no fue mi intención, solo sentí de repente una descarga proveniente de mi pecho o más bien de mi colgante —señala el péndulo en su cuello

—Y comencé a sentirme extraña como absorbiendo una gran cantidad de... poder inconmensurable. Cuando te toqué, sentí esa reacción.

Denathal se preocupa y pregunta 

—Desde cuando tienes ese péndulo, ¿antes había sucedido algo parecido?

—Ehh... lo tengo desde que tengo uso de razón, pues ha estado conmigo desde que nací, supongo —dice, tomando el péndulo con su mano derecha—. Y no, no había sucedido nada extraño, hasta ahora.

—Debemos averiguar que sucede con eso, Lizari, para que no ocurra más nada como lo de hoy, puede ser peligroso para ti —dice con determinación a Lizari, por un segundo la contempla, pues algo en ella le atrae con mucha fuerza.

Lizari voltea mirando hacia donde está el cuerpo del oso que intento atacarla, "si no fuese sido por Denathal, tal vez no lo cuento". 

—Gracias Dena... Ya me has salvado, dos veces —menciona, mientras contempla al oso y recuerda lo de las abejas venenosas.

—Te protegeré, siempre lo haré... —reafirma, mientras mira hacia el cuerpo del oso.

Renfaz y Jena están por llegar cerca al lugar donde Lizari y Denathal se dirigieron, les perdieron el rastro por lo que no saben dónde están, debido que Denathal es rápido, no pudieron seguirle el paso. Pero gracias a Won, pudieron encontrar su rastro con su super olfato.

Jena ve una cueva por lo que dice. 

—Busquemos allí, Ren —señala hacia una cueva a su derecha y caminando apresurada hacia ella. Renfaz la sigue y efectivamente la encontraron allí, junto a Denathal, quienes están ambos en cuclillas.

Won se quedó mas atrás, esperando que los demás saliesen de la cueva.

—Liza, ¿estas bien? —pregunta Jena, con preocupación, mirando a su amiga y luego de reojo a Denathal y el oso que estaba a pocos metros de ellos. 

Lizari que esta agachada, se levanta con la ayuda de Renfaz quien se acerca a su amiga para ayudarla.

—Si, gracias a Denathal estoy bien, gracias chicos...

—Porque saliste corriendo de esa manera —pregunta el enano.

—Y porque este vampiro andaba todo herido —cuestiona con intriga la joven elfo.

—Este vampiro, tiene su nombre... Denathal. —reitera el joven mago, pues sabe que no le agrada a Jena.

—¿Ustedes podrían llevarse bien? —implora Lizari—. Pues... —duda por un momento en contar lo que había sucedido.

—Vamos Liza, que fue lo que pasó. —insiste Jena quien se muestra preocupada por lo acaecido.

Lizari toma una bocanada de aire, para proceder a contar. 

—Fui yo quien sin querer lastimé a... Denathal. 

Se siente fatal al mencionarlo, no comprende porque lo atacó.

—¿Qué?, no puedo creer, y porque harías tal cosa, no será que... —Jena es interrumpida por Lizari.

—El no hizo nada, no lo culpes. Yo... —mira sus manos y aun no sale de la confusión en su cabeza.

—No se que sucede conmigo, pero sentí una extraña corriente proveniente del péndulo —señala el colgante rojo en su cuello.

Renfaz voltea a ver a Denathal, y estaba intacto, las marcas y heridas habían desaparecido.  

—Pero, ¿Cómo es que tú ya no tienes las heridas? —inquiere el joven enano.

Jena también observa al vampiro, pues este ya no presenta las cicatrices que tenía al salir del palacio del Rey Peters Bryan.

—Pues, los vampiros, en especial mi clan, tenemos la habilidad regenerativa, las heridas que nos hagan, se curarán en unos pocos minutos. —responde el joven Lóbrego.

—Y, ¿Cómo es que los vampiros no nos atacan? —interroga la joven elfo.




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