Llama de Incertidumbre

¿El final?

Emily comprendía muy poco lo que pasaba, pero estaba dispuesta a quemar el mundo si eso era lo necesario para salvarlo.

—Creyeron que no descubriría que se alearon en mi contra —dijo Jonathan con ironía —Ethan, solo te daré un tiro si lo fallas me darás ese mismo tiro a mí, ¿Estas dentro? —siseo Jonathan sin observar a alguien en concreto.

Jonathan dejo que Ethan pensara y se dirigió a Emily, se acercó lo suficiente como para ponerla nerviosa.

—Jamás pude satisfacer el deseo que te tengo —susurro.

—Mis labios están sedientos —jadeo Emily.

Jonathan la tomo de la cadera acercándola más a él, Emily tomo su rostro y finalizo.

—Hazlo —suplico.

Jonathan hundió sus labios en un beso desesperado que gritaba deseo, intento satisfacerse, pero era imposible satisfacerlo si cada beso era mejor que el anterior.

Emily sentía como su corazón se desbordaba ante ese último beso lleno de pasión y necesidad, era el beso que los dos habían estado esperando durante años.

––Volveré ––prometió Jonathan, sin saber si podría cumplir con eso.

Los pasos de Jonathan se dirigieron a Ethan al llegar a su altura pronuncio:

—Y bien? —No necesitaba respuesta, en menos de un minuto la bala se dirigía a su pecho.

Emily corría en dirección a Jonathan mientras este se quedaba parado sin mostrar ninguna expresión.

Él fue aturdido por el ruido del disparo, pero aun así no se movió había aceptado lo que pasaría, moriría, la miró de reojo correr hacia su dirección.

El ruido del corazón de Jonathan al romperse resonaba en todo su cuerpo, Emily lo salvaría. Intento detenerla, mas no fue lo suficiente rápido.

Ella se detuvo y la bala impactó en su pecho. Su espalda chocó con el piso.

Unas manos levantaron su cuello, y sintió una lágrima caer en su mejilla.

—El que se enamora pierde ¿Recuerdas? —pronunció Jonathan en un susurro.

—¿Te enamoraste? ––fueron las últimas palabras de Emily

Jonathan quería gritar lo que fuera, en su lugar solo pudo seguir con el juego que se negaba a perder.

––No. Pero tú sí.

Sirenas, ruido por todas partes, la luz se apagaba a su alrededor. Intentó no cerrar los ojos, pero cedió. Oscuridad, era todo. Emily estaba muerta.

Jonathan

¿Te enamoraste? era lo último que me dijo. Las sirenas cada vez se escuchaban más cerca. Ethan la mató, lo hizo de verdad. Seguía sin poder aceptarlo. No. Ella no murió.

Observé su cuerpo sin vida en mi regazo. Gané un juego que no me importaba, mas no quería dejar de jugarlo.

Podría sonar masoquista, aun así, el sufrimiento que mi victoria dejo lo necesitaba más que el amor que algún día sentí por Emily… Emily Rose murió salvándome.

Era mi turno de disparar. Tomé la pistola, dejé su cuerpo en el suelo y avancé unos pasos hacia Ethan. Lo observé unos segundos y disparé. La bala impactó en su pierna izquierda.

Me quedé paralizado, no di un paso más, tampoco retrocedí. Veía cómo se retorcía de dolor. Me impuse regresar, al ver cómo se arrastraba en busca de su arma.

La mano le temblaba, todavía muy lejos de llegar a su arma. La desesperación le inundaba la cara, entonces quise jugar una última vez. Si ganaría lo haría a mi manera.

La poca iluminación me daba un aspecto amenazante. Cuando entré en su campo de visión, hizo un último esfuerzo por encontrar su arma.

Me puse en cuclillas, coloqué la mano en su herida y presioné con fuerza, bastó para que emitiera un grito de dolor. Una sonrisa fría se dibujó en mis labios, y acabé con esto.

—Intentabas estar por delante de mí, estabas tan lejos que jamás logré verte. Creíste que los errores me hundirían, recuerda, yo no cometí ningún error —dije amenazante.

Antes de irme, subí más la presión que ejercía en su pierna. Me enderecé, ajusté mi chaqueta con un movimiento rápido y despreocupado, limpié su sangre de mi mano y di media vuelta.

Mis pasos resonaron en el pavimento. Regresé al cuerpo inmóvil de Emily. El sonido de las sirenas aumentó, pero no me moví.

Escuché sus voces, preguntándo qué había pasado. No tuve el valor para pronunciar alguna palabra. Me agarraron por los hombros, colocaron mis manos en mi espalda, iban a arrestarme.

Subí a la patrulla esposado, sin poner resistencia. Ethan estaba arrestado, no por matar a Emily, no, su muerte era mi culpa.

A Ethan lo habían arrestado, por arrebatarle la vida a un inocente, por disfrutar el momento en el que acciono el gatillo.

Ethan

29 de febrero de 2000

La luz me cegó al abrir los ojos. Estaba en una habitación con paredes blancas. Un hospital. No podía recordar qué había pasado ni cómo llegué ahí. Una mujer vestida por completo de azul claro se acercó a mí.

Bajé la vista hacia mis piernas y observé el vendaje manchado de sangre en mi pierna izquierda. Mi mente viajó a la noche anterior. Una amenaza. El recuerdo del rostro era borroso, tenía claro quién las pronunció.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.