Un doble homicidio, con
verdades y mentiras.
Ethan
4 de diciembre de 1999
Su recuerdo me asaltaba al cerrar los ojos, su cuerpo sin vida, la causa de muerte un misterio y una certeza.
Dedicaba todos mis días a investigar, creí que podía darle un buen final al libro, a sabiendas de que siempre quedarían páginas en blanco para que otros continuaran la maldita cadena de muertes y desapariciones.
Danna, leí su nombre resaltado en negritas, era hermoso, lástima que ella ya no lo fuera, la muerte seguía siendo un misterio y la vida dejaba mucho que desear.
Dos homicidios en una noche podía ser casualidad, ¿un mismo asesino? ¿O dos diferentes? ¿Víctimas relacionadas?
6 de diciembre de 1999
El sol iluminaba la cálida mañana, salí a la terraza, observé las montañas a lo lejos, pasó solo un mes, y parecía una eternidad, no tenía tiempo para deprimirme, trataba de ser fuerte, de que no me importara, de parecer indiferente, era inútil.
Tomé camino al instituto, al llegar vi a Madisson, hablando con Emily, quise acercarme, pero esperé hasta que estuvo sola.
—Necesito hablar contigo —pronuncié desesperado.
—¿Qué está pasando?
—Zoé —Noté una ligera expresión de miedo en sus ojos, me ocultaba algo.
Entré a un salón vacío con Madisson detrás de mí, cerré la puerta asegurándome de que nadie nos siguiera y comencé a hablar.
—Descubrí un doble homicidio —observé su reacción en busca de algo extraño, su indiferencia era peor que cualquier otra cosa.
—¿Qué tiene que ver con Zoé?
—No fue la única que murió —Pasé las manos por mi cabello frustrado.
—¿Qué quieres lograr?
—Los homicidios pueden estar conectados, si descubro quién mató a esta otra chica puedo tener al responsable de asesinar a Zoé —intenté sonar relajado, su reacción me dejó saber que no lo logré.
—No pudieron matar a alguien más sin que nadie se enterara —pronunció desafiante.
—El cuerpo acaba de ser encontrado, por la descomposición que mostró se puede suponer que murió el mismo día que Zoé.
—¿Y sus padres? No la reportaron como desaparecida, no intentaron buscarla, Ethan, sé que quieres encontrar un culpable, pero no puedes basar tu investigación en suposiciones.
—Madisson… —susurré
En sus ojos brilló un destello de compasión, ella también sufrió su pérdida, y yo no hacía más que empeorar el dolor.
No logré recordar en qué momento Madisson se acercó a mí, hasta que noté sus brazos alrededor de mi cuerpo, necesitaba su abrazo.
El día continuó su curso, no entré a la última hora y fui a la pequeña cafetería que estaba a unas cuadras de mi casa, la cabeza me daba vueltas, y el dolor era insoportable.
Pasó un rato, el dolor bajó, mas no cesó, aun así, me dirigí a la oficina, no dejaba de pensar en Zoé, en su muerte, abrí mi mochila, saqué un folder que contenía imágenes, busqué una pared vacía y comencé a pegar las fotos.
Acomodé las nuevas pistas en la pared, al terminar uní los hilos con las demás, analicé todo lo que acababa de formar. Escuché un ruido a mi espalda, di la vuelta y… Jonathan.
Estaba recargado en la pared, posó su mirada en mí, siempre se trató de él, no dejaba de repetírmelo, algo dentro de mí, el lado más débil, creía que él la quería de verdad, la amaba tanto como yo jamás podría hacer.
—¿Por qué haces esto más difícil? —dijo con un deje de tristeza en su voz.
—Ni se te ocurra decir que te importa —le di la espalda, violento.
—Siempre me ha importado, me importó desde el momento en el que la vi, desde ese día en el que nos dijimos hola y comenzamos una aventura juntos que, si bien no tuvo el final que esperaba, no me arrepiento de nada de lo que vivimos durante nuestra relación y antes de ella, la amé como a nadie había amado, sé que la llegué a lastimar, pero desearía poder borrar cada una de las cicatrices que dejé, no vuelvas a decir que no me importó, porque llegó un momento en el que la amé más que a mí, y eso para mí es nuevo.
—Tus juegos no sirven conmigo. ¿Crees que no sé lo que vivió a tu lado? ¿A quién corría cuando ustedes tenían problemas? Siempre era yo, siempre fui yo el que estuvo con ella cada vez que peleaban.
—Estuviste en sus peores momentos, ¿ella estuvo en los tuyos? Solo te buscaba cuando estaba mal. ¿Estuvo en tus mejores momentos? Nunca estuvo para ti, te usaba, y cuando encontró a alguien que la hacía feliz te dejó de lado. Seguiste ahí, a pesar de los maltratos. Dime, Ethan, ¿quién era más importante para ella? —su voz cortó cualquier pensamiento que creciera en mi interior y la respuesta la dio el silencio.
Jonathan se dio la vuelta y salió dando un portazo.
Mi mente era un lugar sin salida y, entre todo lo que me preocupaba, desenterré un nombre olvidado que era el peligro del que huimos en primer lugar.
Zexthra…