Llamada al amor

Capítulo 9: Jake

No sé que pretende el tal Dean, pero no me agrada. Muy simpático y cuando son muy simpáticos y parecen perfectos, ocultan algo.

Gideon dice que parece ser un buen tipo, sin embargo, apenas lo conoce.

Me arrimo a Naila que está recogiendo las cosas con Regina y decido ayudarlas. Regina me entrega de buena gana lo que lleva en la mano. Naila le dice que ayude a su madre con los regalos.

—Si quieres puedo quedarme un rato y ayudarte. Te escuché decirle a Nika y a Gideon que se fueran antes de que se les hiciera tarde y tú te ocuparías.

—No me molesta. Assia y Trey recogieron bastante antes de irse. A Natasha prefiero que esté lejos porque no puedo con su obsesión por el orden y la limpieza y Luke se va con Gideon y Nika al aeropuerto porque tiene que viajar, aunque él no lava platos. —ríe.

—No se diga más.

Ella sonríe y asiente.

No tengo muchas ganas de regresar a mi solitaria casa. Desde que mudé aquí he tenido más tiempo libre, pues en Nueva York era casi imposible. Y no me di cuenta de que no sabría que hacer con el tiempo libre. El gimnasio ayuda, el sexo con Naila también y quedar con Gideon sin dudas, pues antes él y yo nos veíamos si no era relacionado con la venganza. Los dos estábamos demasiado ocupados para pensar en una amistad. Y me apena decir que él es mi único amigo. Me aparté de todos y de todo después de la muerte de mi hermana.

Aun así, no deseo salir a bares porque no me gusta y suelo preferir estar solo y tranquilo en casa leyendo un libro o viendo algo del trabajo.

Justo en este momento, me apetece pasar un poco de tiempo con Naila porque es fácil hablar con ella y me agrada bastante, lo que es una novedad porque no suelo sentirme cómodo con las personas, son pocas con quienes puedo congeniar y eso ha sido así toda mi vida.

Cuando me mudé a Victoria me prometí a mí mismo que cambiaría algunas cosas y no me encerraría tanto en el trabajo y en mí mismo.

A Naila la considero algo parecido a una amiga. Se podría decir. Nunca tuve una amiga con quien tuviera sexo también, pero siempre hay una primera vez para todo.

—Tío Jake, ¿vas a jugar conmigo?

—Sí, ¿a qué quieres jugar?

Sonríe.

—La tía Naila me trajo ropa para mis muñecas y tenemos que cambiarle la ropa. ¿Puedes ayudarme?

—¿No prefieres jugar con la pelota?

Arruga el ceño y niega con la cabeza.

—No, hoy no.

—Bueno, cambiemos muñecas.

—¡Fabu! —junta las manos como si estuviera orando y sale corriendo, imagino que va a su cuarto a buscar las muñecas.

Dejo los últimos platos en el lavamanos cuando el tal Dean aparece en la cocina pidiendo permiso y se acerca a Naila.

—Ya me voy, pero quería saludarte.

—¿Todo en orden con Gideon?

—Sí, queríamos ver unas cosas antes de que se fuera de viaje. Está desarrollando un sistema para la casa de mis abuelos y ellos me dejaron a cargo.

—Entonces, que descanses.

—¿Vas a seguir diciéndome que no a la cita? No voy a desistir.

¿Este tipo no entiende cuando le dicen que no? Naila no quiere salir con él y no veo que lo entienda.

No paso por alto que ella está nerviosa, así que agarro un vaso con agua y, haciéndome el distraído, se lo vuelco encima.

—Oye…

—Lo siento, soy algo despistado. Deberías ir a cambiarte de ropa antes de que la mancha se acentúe más y no salga.

—Está bien, igual ya me iba.

—Amigo, lo lamento.

—No te preocupes, los accidentes pasan—se dirige a Naila—. No me daré por vencido.

Dicho eso, se da la vuelta y abandona la cocina. Idiota.

—¿No sabe el significado del no?

—No sé. No me disgusta que insista. Tal vez al final le diga que sí…

—¿Quieres salir con él?

—No, pero puedo cambiar de opinión. No me quería acostar contigo y cambié de opinión. No te preocupes, te avisaré—seca el desastre que yo provoqué con el falso accidente—. Vamos a despedir a Nika y a Gideon.

¿Por qué me molesta que quiera salir con ese tal Dean? Tal vez porque me gusta lo que hay entre nosotros, sexo sin drama y amistad sin complicaciones. Naila es la primera mujer con quien tengo algo así y no quiero perderlo tan pronto por causa de un aparecido con traje que no entiende un no como respuesta.

«Calma, Jake, no puedes controlar esa situación y tampoco decirle nada a ella porque no tienes derecho».

Hablar conmigo no funciona muy bien, así que dejo de pensar en el tal Dean, recordando que él se fue y yo estoy aquí. Busco a los demás en la sala para despedirlos.

A Nika y a Gideon les cuesta más irse sin su hija que lo que a ella le cuesta dejarlos ir. Antes quería irse siempre con ellos, pero ya se acostumbró a que su padre tenga viajar de vez en cuando y Nika trata de acompañarlo.




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