Llamada al amor

Capítulo 12: Naila

Termino de acomodar las camisas que entraron hoy y exhalo un suspiro. Estoy agotada luego del día de hoy. Los nervios por la visita de la ifluencer sumado al pedido que llegó hoy, el cual tuve que controlar prenda por prenda asegurándome que sea lo que ordené, me han dejado exhaustivamente satisfecha.

Madeleine Rose quedó encantada con la tienda. Le fascinó los conjuntos combinados con ropa vintage y moderna en tendencia. Se tomó fotos y modeló algunos conjuntos que yo armé y ella armó otros por su cuenta, los cuales decidí exhibir. Se llevó dos conjuntos completos a su elección como parte de pago y otros dos que pagó. Por suerte, no es de las influencers que se aprovechan de la situación y de esas arrogantes que se creen Paris Hilton.

Hizo un vivo donde salí yo y al poco tiempo los seguidores de las redes sociales de mi tienda aumentaron en un treinta por ciento y comencé a recibir pedidos en mi página web.

No hay dudas de que fue una excelente idea. Jake opina igual que yo en cuanto le conté por mensaje como fue.

Jake, mi mente regresa a él porque no entiendo lo que pretende. Dijo que solo sería sexo y no quería nada más. Hoy apareció con comida y hablamos como dos amigos suelen hacerlo, lo cual está bien, hasta que me besó y casi tenemos sexo en mi pequeño deposito/oficina. No pasó porque vinieron clientes.

Me dijo algo como que quería que nos conociéramos y ver a donde llevaba las cosas. No entendí a que se refería. Le pregunté si estaba considerando una relación y dijo que no, que solo deseaba conocerme. No lo entiendo y creo que ni él mismo se entiende.

Lo que yo tengo claro es que no puedo enamorarme de él. Algo me dice que me romperá el corazón y yo seré la culpable por no haber hecho caso a mi sexto sentido de la experiencia y ponerle un freno.

Nika quiere que Jake y yo estemos juntos. Ella cree que él puede cambiar como Gideon, no obstante, yo no estoy tan segura.

Assia opina que debería salir con Dean porque él le agrada y es firme en lo de querer salir conmigo. No busca una aventura, según dijo, aun así no puedo estar segura porque ya he salido con hombres que dicen que quieren una relación y luego cambian de opinión o terminan prefiriendo a otra.

Mi psicóloga opina que no puedo cerrarme a conocer hombres, todo lo contrario, debo salir para superar mis malas experiencias, así termine con el corazón roto. Ella me recordó que no soy la misma Naila del pasado, que he cambiado y eso me llevará a atraer a otros tipos de hombres. Esta vez no estaría buscando un hombre guapo con dinero que me guste para casarme y que me mantenga, en esta ocasión estaría buscando un buen hombre, uno decente, que me acepte por quien soy y me ame.

El sonido de la puerta me obliga a levantar la mirada y me quedo sorprendida de encontrarme a Dean. Viste traje y se ve guapísimo. Y yo justo estaba pensando en escribirle.

—Te dije que no me voy a dar por vencido. Ya terminé mi trabajo y asumo que tú el tuyo, así que podemos ir a cenar.

Arrugo el ceño.

—Estoy cansada.

—Aun así, debes comer. Te prometo que te distraeré para que no te duermas sobre la comida y apenas termines de cenar, te llevaré a tu casa esperando una cita apropiada. Podemos ir al restaurante de acá a la vuelta. No es comida gourmet, pero es buena y el lugar es agradable. No acepto un no como respuesta.

Relajo los hombros y asiento, dejando las dudas a un lado. Debo arriesgarme y como Jake parece estar con sus líos mentales y esta noche no dijo nada de vernos, asumo que estoy libre y siempre es agradable comer con alguien.

Con Jake acordamos exclusividad sexual, no de otra clase.

Agarro mi bolso y las llaves.

—Bien. No tengo auto todavía, así que espero me lleves a mi casa y no sea una treta para tener sexo conmigo.

Sonríe.

—Si quisiera eso contigo ahora, lo diría directamente. Por ahora solo quiero que cenemos y conocerte. Lo del sexo quedará para más adelante.

—¿Por qué quieres salir conmigo habiendo tantas mujeres por ahí?

—No es una pregunta que alguna mujer me haya hecho antes.

Apago las luces, conecto la alarma y cierro la puerta con llave mientras espero a que él responda.

—¿Vas a responder?

Volteo hacia él y caminamos juntos hasta el restaurante.

—No lo sé. Cuando te conocí me atrajiste de inmediato y la poca conversación que tuvimos esa noche despertó un interés en mí. Llevaba meses sin deseos de salir con alguna mujer. Las últimas citas fueron malas. Mujeres obsesionadas por su trabajo, o por su físico, o por casarse para no ser solteronas o interesadas en el dinero. Tú me pareciste honesta, genuina y eso me gustó. Te observé un poco en casa de tu cuñado, dándome cuenta que eres una buena hermana, una tía genial y buena cuñada. Le pregunté a Gideon por ti y me dijo que pasaste por algo complicado en tu pasado y que le salvaste la vida a su hija. Cuando me dijo eso, pensé: una mujer así vale la pena y no puedo dejarla ir sin intentarlo. Tal vez al final no suceda nada entre nosotros y seamos amigos o puede pasar que nos acostemos juntos y no haya química, pero no quiero darme por vencido o descartarlo sin intentarlo. Prefiero intentar algo y fallar antes que no hacer nada y preguntarme: ¿qué hubiera pasado si…? Tal vez terminemos casados y con varios hijos. Hasta tres hijos acepto.




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