Capítulo 4.
Feliz cumpleaños.
Emilia.
—¿Ya te sientes mejor?— Hunter cuestiona mirándome fijamente. Yo me niego con la cabeza mientras mezclo con la cuchara la azúcar de mi te de manzanilla. Estamos en una cafetería a las afueras del campus.
—¿Quieres hablarlo?— Musita. Lo miro con cara de pocos amigos. Por supuesto que no voy a contarle nada. Que hayamos estado juntos no nos hace íntimos amigos. —Bien, no digas nada, ahogate en ese té de manzanilla— agrega levantandose de la silla con rapidez.
—¿A dónde vas? — cuestionó levantandome también de la silla. No quiero hablar, pero tampoco quiero estár sola. Hunter saca un cigarrillo.
—Me estresa mucho ver a las mujeres llorar, mientras tú haces lo tuyo, prefiero fumarme un cigarrillo, cuando estés lista dímelo—
—Dame uno— agregó con frialdad. Hunter alza una ceja incrédulo de que sepa fumar.
—No lo sé, eres un manojo de problemas, capaz te regalo un cigarrillo, te ahogas con el humo y nuevamente vuelve a ser mi culpa tu desgracia — suelto una carcajada escándalosa ante las palabras de Hunter. Todos los presentes me miran mal.
—Joder...— musitó y lo cojo de la manga para que salgamos de ese lugar.
—Al menos mi comentatio honesto te ha hecho reír — dice encendiendo el cigarrillo y dándole una fumada. Le miró soltar el aire mientras el sol le golpea en la cara y se ilumina el Rubio de su cabello.
—No suelo beber, por eso me pongo ebria con dos copas—
—Tampoco te he visto fumar, no dejaré que sigan pensando que soy tu mala influencia — me guiña el ojo.
—Claramente la mala influencia soy yo. Hago mierda tras mierda y cuando pienso que no puedo empeorar mas, yo vengo y me superó. Te sorprenderías — agregó recordando cómo dañe mi relación en un santiamén. Hunter me entrega lo que le queda del cigarrillo.
— Tu ex parece un buen tipo, pero su inseguridad les trajo problemas — Sonrió exasperada, mientras dejo escapar el humo y me relajó. No fumo desde que empecé a salir con Kylian, a él no le gustaba.
—Mi comportamiento errático nos trajo problemas — agregó asumiendo la culpa.
— Dijiste la verdad ese día, el desastre de la habitación había sido obra de Ginny, yo estaba ahí también por ella. Y aunque todo se veía mal, él no supo manejarlo, si me hubiese preguntado yo también le hubiese dicho la verdad, aún así el no me hubiese creído porque los celos le nublaban la razón. —
—Piensas que nuestra relación era así de simple, pero no, hay mucho más de trasfondo. Yo si mentí, oculté aspectos importantes de mi vida por miedo a ser juzgada y señalada, realmente quería encajar— Hunter no puede entenderlo, no conoce toda nuestra historia.
—Si quieres solucionarlo debes preguntarte ¿Por qué lo hiciste?—
—¿Como que por qué?— le miró molesta. — por imbécil, por tarada — agregó estirandole la mano, necesito otro cigarrillo.
— Aparte de todo eso que dices, debe haber algo en tí que te hizo actuar de esa manera — me entrega el cigarrillo y me lo enciende.
—No lo se, siempre he querido ser alguien diferente, sabes, ser mar ruda, aventura, quizás un par de tatuajes. Pero era la princesa de la casa y tenía que comportarme como tal, así que esa parte tuve que guardarla...—
—¿Tú ex sabía eso?— Hunter me pregunta. La verdad es que nunca se lo había contado a nadie, ni siquiera a Benji. No por falta de confianza, sino porque nunca había salido ese tema de conversación.
—Cometí muchos errores en el pasado, Benji lo arreglo todo... Ha dado todo por mi y yo solo, yo solo... Solo le he hecho daño— otra vez voy a llorar. Quisiera no llorar nunca más, pero es que soy problemática y tóxica.
— ¡Joder! No empecemos a llorar otra vez, devuélveme mi cigarrillo— me arranca el cigarrillo de la mano y lo apaga. Ni siquiera protestó, he vuelto a ser un zombie otra vez. — Dijiste que dentro de tí hay una Emilia reprimida, con sentido aventurero, ruda y que quiere hacerse un par de tatuajes ¿No?— cuestiona. Comenzamos a caminar.
—Si ¿pero eso que tiene que ver?— no entiendo nada.
—Pues arriésgate, deja de perder el tiempo jugando conmigo. Tú ex no morderá ese anzuelo tan patético. De hecho tu plan es tan inmaduro que parece obra de Ginny — musita y abro los ojos sorprendida, realmente está estupidez fue su idea. — Lo que quiero decir es que si quieres arreglar las cosas ve a buscarlo. Así de Simple — agrega encogiéndose de hombros.
— Pero estamos en exámenes finales, eso sería muy arriesgado —
— Si los exámenes son más importantes entonces tú discurso de arrepentimiento y amor profundo no tiene sentido... No eres honesta contigo misma Mily— Hunter agrega. Pienso que tiene razón, pero me aterra llegar a dar la cara y ver a Benji con Elissa.
—¿Si me rechaza que haré?— dejo escapar mis miedos en voz alta.
—Seguir llorando, o tatuarte su nombre en un lugar oculto, pero al menos lo intentaste— contesta divertido.
—Parecias ser un gilipolla, estoy sorprendida— confieso de que da mejores consejos que Ginny.
—Y tu una nerd insípida, pero ayer me sorprendiste.— agrega mirándome de forma maliciosa. Me avergüenza.
—¡Por favor olvídate de eso!— le suplico.
—No, puedo. Ha sido increíble, y lo digo enserio — no tiene problema alguno en decir algo como eso.
— Nadie puede saberlo... Es importante para mí que lo olvides, no se va a volver a repetir— aclaró los puntos.
—Puedo guardarte el secreto, y ya más adelante decidiré si lo olvido o no— agrega giñandome el ojo. —Buen viaje Mily — agrega y le sonrió caminando en la dirección opuesta.
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Benji
Después de dos días por fin llegó a casa.
—¿¡Benji!? ¿Eres tú?— la voz de la tía Grace retumba en el salón. Y al poco tiempo se escucha los pasitos de Milán.
—¡Ey Pumpkin!— exclamo y Milán se emociona muchísimo.
—pa...pá, pa...pá— balbucea con esa vocecita tan tierna, que me alborota el corazón.
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Editado: 24.03.2025