En el abismo del alma, un susurro final,
donde la tristeza encuentra su caudal.
La oscuridad envuelve, el silencio grita,
y el corazón roto lentamente palpita.
Cada lágrima es un grito en el vacío,
un eco sombrío de un amor perdido.
El tiempo se detiene en su cruel tormento,
dejando al alma en su descontento.
Las sombras bailan en un macabro vals,
recordando promesas y un cruel desdén.
El abismo del alma, un pozo sin fin,
donde la esperanza se pierde en su confín.
Los sueños se desvanecen en la penumbra,
y la vida se convierte en una sombra.
El dolor es un compañero constante,
en el abismo del alma, siempre vigilante.
El frío se siente en cada rincón,
helando los restos de un viejo corazón.
Las estrellas parecen llorar en su brillo,
reflejando un dolor que no tiene orillo.
El abismo del alma, un lugar de duelo,
donde la tristeza alza su vuelo.
Cada suspiro es un adiós silente,
en este lugar de penas latente.
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Editado: 25.07.2024