Llegaste tú [01]

|P r o m e s a|

— Señorita Evans, por lo que parece le disloco el brazo a su compañera. — Levantó mi vista y miro al director, mueve sus dedos de arriba abajo, golpeando la madera de su escritorio.

— Eso parece. — Vuelvo mi atención a mi teléfono, me quedan siete niveles para desbloquear un nuevo dragón.

— Sus padres vendrán. — ¿Quiere intimidarme con eso? ¡Ja! Quisieran, mueve los dedos sobre el dragón, alimentándolo.

— Ajá.

— ¿Qué hizo? — No levantó la mirada y continuó tocando la pantalla, provocando que el dragón mueva la cabeza, atolondrada.

— ¿Yo? Solo alimento a mis dragones.

— Pase por favor señorita. — Dice cuando tocan la puerta, levanto la mirada y veo a Lea cabreada, no puedo evitar reírme. — ¿Qué le parece gracioso?

— Ella.

— Te voy a matar. — Susurra con los dientes apretados.

— Calmada, ya sea por que terminan así. — Dice lo último por lo bajo, pero logro escucharlo. Un carraspeo llama la atención del director.

— ¿Podemos pasar? — Se rompe el silencio que había en la habitación, descontando mi risa, la cual muere con el tiempo.

— Adelante señores.

No me molesto en levantar la mirada, sé qué hay dos pares de ojos mirándome fijamente, unos observan a Lea quien está más que nerviosa en estos momentos, aprieta sus labios, mirándome fijamente.

— ¿Nos pueden explicar para que nos llamaron? — La madre de Lea es la primera en hablar, vistiendo sus habituales faldas formales.

— Tenemos casas más importantes que hacer, así que por favor sea rápido. — Trueno mi lengua, es algo que me gusta hacer.

— Entonces no hubieran venido. — murmuró, pasando mis ojos por las palabras en la pantalla de mi celular, me aburrí de los dragones, ahora leo algo de misterio y suspenso.

— Bien, están aquí porque ambas señoritas se pelearon y ella terminó con el brazo dislocado, ahora nos pueden explicar ¿quién comenzó?

— Fue ella director, le hecho jugo a mi proyecto el cual vale la mitad de la calificación, lo arruinó completamente mire. — Guardó mi teléfono y miro lo que saca, esperen ese es mi proyecto, podría reconocer esa tediosa y perfecta letra en cualquier lugar.

— ¡Maldita mentirosa! ¡Ese es mi proyecto! ¡Te lo encarte para recoger unas cosas y cuando regrese le vaciaste tu jugo con probablemente tú saliva!

— ¡Mentirosa! ¡Me echaste tu sopa en la cabeza! ¡Y este es mi proyecto! — Me levanto mi lugar hecha una furia, la voy a matar.

Levanto mi puño y lo estiro para dar en su rostro, pero me sostienen fuertemente, miro sobre mi hombro, corroborando que es mi padre,

— ¡Suéltame! ¡Dije que me sueltas maldito! — Miro la cartulina y en letra grande veo mi nombre en ella. — Además esa cartulina tiene mi nombre.

— Es cierto, aquí está escrito el nombre de Katherine y Jace, señorita Lea, díganos qué pasó en realidad.

— Bien. — accede de mala manera. — Yo le vacíe el jugo a su proyecto cuando me lo encargo, después ella me hecho su sopa en la cabeza y jugo a mi proyecto, le estire el cabello cuando se iba a ir, y me dialogo el brazo.

— ¡Miente! — exclamó cuando termina de hablar. — ¿Dijo la verdad? Eso fue lo qué pasó.

— Suspendidas por una semana, ambas. — ¿Que no la acaban de decir que son inocente? Achacó los ojos pero no digo nada. — Pueden retirarse.

Me jalan del brazo, llevándome fuera de la dirección. Mi mejilla comienza a arder y siento como el calor sube a mi rostro, me siente acalorada.

— ¿Por qué me llamaste así? ¿Y desde cuando estudias aquí?

— Porque eso es lo que eres y además eso no te importa, a ninguno. — les digo antes de librarme de su agarre y caminar bajo las gradas.

Me voy a saltar las próximas clases para poder hacer el maldito proyecto y que quede igual de presentable que el anterior.

Necesito cartulinas, una maestra vende demasiadas cosas y me párese buena idea, muchos de aquí siempre olvidan sus cartulinas, plumas o lápices y la maestra es quien los salva, teniendo ganancia.

Bien, ya no me voy a meter tanto en cómo la maestra vende sus productos.

— Katherine, hace mucho que no te veo por acá. — Y tiene razón, desde que entramos a clases me he saltado demasiadas y no he venido aquí.

Esta maestra me adora, dice que le recuerdo mucho a su hijo, quien murió el año pasado. Le gusta pasar tiempo conmigo, dice que siente que está cerca de él, dice que él me hubiera adorado, me quiere como si fuera una hija.

— Hola maestra. — Le doy una pequeña sonrisa, sus ojos se achican cuando sonríe.

— Katherine, ¿Que se te ofrece? Escuche que tuviste una pelea con Lea. — Me acercó a su escritorio, tomó una silla y la pongo frente a su escritorio.

— Si, arruinó mi proyecto y bueno, usted sabe cómo soy, le arroje sopa en la cabeza y le vacíe jugo en su proyecto, mi compañero Jace me culpo de todo y mañana le voy a dar su maldito proyecto y hacer el mío. — bufó.

— Sabes que me molesta que digas groserías frente a mí, te voy a ayudar con los proyectos, sabes que me encanta ayudarte y cerrarle la boca a los habladores de tus profesores. — Ven, me ayuda en todo y me apoya, creo que ella es la única excepción en mi reglamento.

— Gracias, yo iré dibujando, es el tema del ADN, creo que Jace subrayó algunas cosas importantes. — Le entrego mi libro y el dinero de mis cartulinas.

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— Katherine. — A la mierda la apuesta, estoy molesta con él, lo único que hice fue entregarle su maldito proyecto.

— ¿Qué demonios quieres Jace? ¿Restregarme en la cara que fue mi maldita culpa? Porque si es así metete tus reproches por donde más te quepan. — Comienzo a caminar hacia mi carro.

— Te quiero pedir disculpas, tenías razón, me contaron lo qué pasó y no sabes lo arrepentido que estoy. — ¿Ahora está arrepentido? Arrepentido yo por no cerrar sesión y haber perdido el capítulo de mi serie en la que me quede. — Por favor, ¿Salimos hoy? Katherine... — Dice en un tono demasiado calmado. Muerdo mi lengua, aguantando las ganas de seguir insultando, pero puedo tomar esto como una ventaja.




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