Llegaste tú [01]

|C a o s|

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Jace

— Vámonos, necesito que me lleves a un lugar, ahora. — sus gestos y movimientos se vuelven torpes, mostrándose de alguna forma vulnerable, preocupada.

Ella siempre esta sería, burlona, molesta o tranquila, pero nunca así, tan preocupada y descuidada y eso me preocupa. Miro como muerde sus uñas.

— Claro, vamos. — Sostengo el enorme peluche entre mis manos, evaluándola. Dudo mucho que el enorme oso rosa sea para ella, lo veo muy difícil, como si un vampiro te dijera que es vegetariano o Barbie se quede sin empleos.

Si bien, ha cambiado por completo su estilo, no es algo que me moleste o incomode, ¿Por qué debería? El primer día que llegué a ese instituto, la vi.

De verdad que parecía alguien inalcanzable, alguien que nunca me dirigiría la mirada y me cautivó, tal vez la indiferencia que siempre mostraba o su manera de ser con los demás

Me emociona que me diera la posibilidad de entrar en su mundo, de poder conocerlo y conocerla a ella.

Admito que la observé desde la distancia cuanto tiempo pude, la vez que de verdad recuerdo a la perfección, fue en la cafetería donde tuvimos una cita.

Estaba con una chica... ¡Tamara! Si, ese es su nombre, después la chica se fue, parecía enojada o triste.

Llego un chico y comenzó a hablar con Katherine, luego se fue y ella parecía cabreada, no me dio ni una mirada. En una clase de artes le mande un papelito con una chica, ella lo tiro sin darle una mirada, tampoco me miro. Me miro a los ojos y los plasmó en su dibujo.

Algo que tenemos en común es que admiramos los ojos del otro.

— ¿A dónde? — Preguntó cuando llegamos a mi carro, dejo el peluche en la parte trasera, dejándolo de manera que no estorbe.

— ¿Podría conducir yo? — pregunta mordiendo su labio y jugueteando con sus dedos, asiento con la cabeza dándole las llaves.

— Claro. — cedo, se sube al asiento del conductor y la imitó, sentándome en el asiento del copiloto.

Apenas cierro la puerta y arranca a toda velocidad, podemos chocar si sigue así, soy cuidadoso siempre, nunca sobrepaso los límites, sigo las reglas ese soy yo.

Pero ella no, es muy diferente a mí, miro sus manos, que sujetan con fuerza el volante. Gira el volante de forma brusca, evitando un accidente, bueno lo único que me reconforta en estos momentos es que al menos parece saber lo que hace.

Frena de golpe, miro a mi alrededor, estamos en la parte trasera de una casa, es muy grande, dos pisos, un patio trasero grande y todo se ve muy iluminado. Tres minutos con ella al volante y quiero besar el piso.

— Charlotte... — Giro mi rostro y la veo hablando por teléfono. — ¿Tienen todo listo? Bien... no, por ahí no, por la ventana... estoy aquí, yo los atraparé, confíen en mí... bien.

Cuelga la llamada y parece enojada, no con quien estuviera hablando, si no con ella misma, se ve retraída.

— Vamos, me vas a ayudar, me los voy a llevar. — ¿Que? No, estará secuestrando a alguien ¿O sí? — No los voy a secuestrar, son mis hermanos.

Se baja y yo los sigo, se detiene frente a una ventana, una niña de no más de 15 años se asoma, su rostro cubierto de lágrimas se ilumina al ver a su hermana mayor.

— ¿Primero las cosas? Juntamos tus cosas también. — Katherine asiente con una sonrisa, la chica, que creo se llama Charlotte, regresa con una maleta un poco grande, pero cabe perfectamente en la ventana.

A deja caer y la atrapó, en menos de 30 segundos cae otra y Katherine la atrapa, me da las maletas y las llevo a mi auto, las pongo en la cajuela, cuando regreso hay dos maletas más con dos mochilas y una bolsa plástica.

— Jace, ¿Crees poder atrapar a mis hermanos?

— Si, si puedo. — No sé qué pasa aquí, pero me prometí ayudar.

— Sofie, tu primero, te atraparé. — Una pequeña niña muy parecida a Katherine, podría decir que es una mini ella, las tres hermanas son muy parecidas, para no decir idénticas. Todas de piel morena clara, ojos grises y cabello oscuro.

Sofie no tarda mucho en saltar, su hermana cumple con lo dicho y la atrapa, supongo que yo atraparé a Charlotte.

— Jace, atrapas a Charlotte y a James, yo voy llevando esto. — Asiento, entonces no son 3, son 4, son una familia grande.

— Me dejas caer y te daré una paliza. — Bien, estos chicos sí que tienen carácter. En algo más se tenían que parecer a su hermana.

— No te dejare caer. — le aseguro, pasa su cuerpo por la ventana, dejándose caer, veo como cierra los ojos antes de caer a mis brazos. No es demasiado pesada. La deposito en el suelo.

— Ahora voy yo. — Escuchó la voz de un chico, tiene los ojos rojos, está a punto de saltar cuando otra voz lo detiene.

— Primero su hermana y después ustedes, debí suponerlo, ustedes son una copia de ella, una copia renovada. — escupe.

— ¡Vete al infierno! ¡No me interesan tus palabras ni las de ella! — le grita para después aventarse de la ventana. —Lo tienes que atrapar o él te odiará Jace.

Me muevo un poco a la derecha y lo atrapo, bueno esta vez me salve. Por un milímetro.

— ¿Eres el novio de Katherine? Te lo voy a decir de una vez chico bonito, le haces algo y yo personalmente haré tu vida miserable ¿Entendido? — ¿Es normal que un chico de 14 años me intimide?

— Yo no soy su novio, tal vez su cita. — Eso no parece agradarle demasiado pues me mira mal y estoy seguro que si las miradas matarán yo hubiera muerto 10 veces seguidas.

— Vámonos. — No decimos nada ante lo dicho por Charlotte y vamos hacia el carro, la cajuela está llena, Katherine esta de copiloto hablando por teléfono y quien creo que es Sofie quien está sobre sus pies.

—... ¿Sí? ¿Puedo quedarme con ellos o no? — Hace una pausa y suspira, creo que la persona a través de la línea le contesta. — No va a ser mucho tiempo, gracias Tam. Llegamos en seguida.

— Katherine, ¿A dónde vamos? — Pregunta la niña que está atrás con James, recargados en el enorme oso de peluche, usándolo de almohada.




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