Llegaste tú [01]

|M i e d o s|

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Su sonrisa es lo primero que mi cerebro procesa, después solo mi mirada baja a las rosas en sus manos, ¿Enserio? Antes de verdad que amaría a la persona que tuviera ese detalle conmigo, adoraría que me dieran un ramo de rosas, pero ahora nada, no siento nada al ver que alguien me da un detalle tan hermoso como este.

Sus ojos azules me miran fijamente, detrás de él se asoman cuatro pares de ojos más, unas avellanas, dos cafés y otros verdes. Seth se ve molesto o al menos tenso, Tamara sonríe dulcemente, así es ella, pareciera ser una piedra, pero en realidad es una pequeña masita.

Jorge y Víctor se acercan aparentemente desinteresados, pero sé que no es así, doy un paso atrás y me inclino a tomar el bolillo cuando todos mis miedos y dudas me asaltan.

¿Qué pasa Katherine? ¡Vamos, son los chicos, nunca te harían daño! Me regaño a mí misma, pero es involuntario, no controló ni mis movimientos ni mi mente.

— Vamos, nena, somos nosotros. — Miro hacía Víctor y trago saliva, me regala una de sus sonrisas ladinas, en un intento de hacerme saber que todo está bien, además de intentar tranquilizarme, diciendo el apodo que odio.

— Quisimos traer a Lea, pero se negó. — Murmura Jorge, asiento a lo que dice, intentando controlar mis movimientos y tranquilizarme.

Nada ocurrirá. Todo estará bien, lo estará.

— Está bien, no se va a acabar el mundo si ella no viene. Además, me odia. — Intento bromear haciendo una mueca que pretendía ser una sonrisa.

— ¿Estás bien? — analizo a Jace y asiento, a veces me dan ganas de darle un zape por lo tonto que llega a ser él y sus preguntas.

¡Claro que no estoy bien! Justo ahora tengo un ataque interno. Me estoy desmoronando. No me atrevo a decirlo en voz alta, eso sería aceptar el hecho de que no puedo más, volver esto aún más real, demostrar que no soy fuerte y no puedo con esto, no quiero su lastima, quiero olvidar, lo daría todo por borrar esos recuerdos que dañan mi mente. Los mismos que me consumen todos los días. Esos miedos con los que me encargo de luchar.

Quiero volver a mi vida, donde yo no tenía miedo de perder a mis hermanos, miedo de volver a sufrir, miedo de que me hagan daño, estoy podrida y no puedo repararme a mí misma, no puedo juntar mis piezas una a una y volver a pegarlas.

Tengo miedo en cada poro de mi cuerpo, tengo demasiado miedo y odio eso. Que la situación sea más grande que yo y no pueda con ella.

— ¿Me escuchaste? — Parpadeo varias veces antes de dirigir mi mirada a Seth quien tiene el ceño fruncido y su labio superior inclinado hacia arriba. Formando una sonrisa lobuna.

— Si. — Miento y me hago a un lado, esperando que me dijera que querían entrar, para mi suerte entran todos hacia la sala, haciendo el alboroto de siempre, animando el ambiente. Tamara es quien se queda a mi lado aun cuando todos están por algún lugar de la casa, probablemente asaltando mi refrigerador.

— Sé lo que se siente, Katherine, pero también sé que todos manejamos las cosas de distintas maneras. — Sonríe tristemente, sus ojos me muestran melancolía y tristeza, antes de poder decirle que no quiero su lastima, comienza a hablar. — Me alegra que ese bastado este tras las rejas, pudiéndose, no todos tenemos la satisfacción de saber que esa persona que te arruino este obteniendo su merecido.

— ¿A ti te...? — intento formular antes de siquiera aclarar que eso no era lo que pudo haberme pasado.

— Lo hicieron. — afirma y miro aún más la fortaleza de mi amiga. — Ese vejestorio nunca pago lo que hizo, creyeron que yo mentira, me acusaron de mentir cuando lo único que hice fue ser una víctima. Sé cómo se siente y me alegra que ese asqueroso ser no te hiciera nada.

Sin decir nada la abrazo, sé que lo necesita, yo lo necesito. Al final del día todos necesitamos un abrazo y que nos digan que todo estará bien aun cuando no lo estará, que te reconforten. Tamara es la persona más fuerte que he conocido.

— Yo desde el inicio supe que podíamos formar una hermosa amistad, Katherine, por eso me acerque a ti ese día, no por tu extraña popularidad, me acerque buscando una amiga y aquí está. — Tal vez me equivoque en algo, si tengo amigos y aquí están, están aquí para mí, de verdad se preocupan y me quieren, ellos siempre me consideraron parte de ellos, una amiga.

— Yo... yo me equivoque mucho, Tamara, eso lo sé, lo tengo en claro y es obvio que tengo amigos, que están aquí, frente a mí, lamente no haberlo visto antes. — le digo.

— ¡Lo dijo! ¡Lo dijo y lo tengo grabado! Les puedo pasar el video por una cantidad favorable para mí. — Giro mi rostro hacia Seth quien me mira con una sonrisa divertida, agitando su celular a su lado.

— ¡Idiota! — Grito comenzando a perseguirlo, intentando quitarle el video.

— ¡No tan rápido! — Murmura una voz conocida para mí, tiene sus manos en mi cintura y, no me tenso o me incomoda, porqué se, que él no me haría daño.

— ¡Quita tus sucias manos de la cintura de mi hermana! — Grita James, me giro aun con las manos de Jace en mi cintura, miro como el menor golpea la cabeza del pelirrojo con una sombrilla.

Suelto una risa y doy un paso atrás, Jace quita las manos de mi cintura y las lleva a su cabeza.

— ¡Katherine mira! Tengo nuevo modelo, podre pintarle las uñas. — Suelta un pequeño grito Sofie, mostrando lo feliz y entusiasmada que esta, tiene a Víctor detenido de una pierna, pobre chico.

— Se lo que sientes, ya admítelo. — Escucho la voz de Charlotte, molestando a la persona a su lado. Adora fastidiarlo.

— No me gusta una niñata de no más de doce años. — dice Jorge en un gruñido sonando cansado y fastidiado. Lleva sus manos a su cabeza.

— ¡Tengo quince! — Chilla la menor.

— Y yo casi dieciocho. — repone el pelinegro. — Que me gustaras sería algo... enfermizo, admítelo, eres peor que tú hermana.

— ¡Escuche eso! — reprochó.




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