Llegaste tú [01]

|R e s p u e s t a s|

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Katherine

Observo por la ventana como Jorge golpea una y otra vez su rostro con el volante, está demasiado frustrado, por lo visto. Me recuesto en la cama sin darle mucha atención, estoy aburrida, muy aburrida.

Muevo mi mano derecha para tomar mi teléfono, me sobresalto al escuchar como comienza una canción a todo volumen, me enderezo y bajo el volumen. Reviso redes sociales durante un buen rato y me entretengo en las discusiones que arma un comentario, tan divertido.

La casa está sola o al menos en su mayoría, solo Charlotte está aquí y esta resfriada, supongo que está durmiendo, así que en este momento ella no cuanta.

Draco.

«Sigo trabajando, a veces el hospital es muy estresante, pero te acostumbras con el tiempo.»

1:30 p.m.✔✔

Katherine.

«Oh, yo no estoy haciendo nada, mi hermana este resfriado y los demás en un curso al que se inscribieron»

1:30 p.m.✔✔

Draco.

«Pensaba que tu ibas a cursos en fines de semana, de igual forma.»

1:31 p.m.✔✔

Katherine.

«Estudio desde casa.»

1:31 p.m.✔✔

Y no recibo respuesta de su parte, supongo que tuvo alguna emergencia dentro del hospital la mayoría de las veces es eso. Draco, también conocido como el Doctor Draco Steven es una gran persona. Él y yo mantenemos comunicación, somos amigos, es buen escuchante y consejero, además de ser alguien que tiende la mano sin esperar algo a cambio.

Para cualquier persona sería el hombre ideal, pero para mí no, es como intentar ver garras donde solo hay plumas, además de que nos llevamos casi ocho años.

Me quedo de pie, es sábado y los pájaros cantan, mientras yo me congeló entera, James se inscribió en un curso de no-recuerdo-que, de igual manera inscribió a Sofie a un curso de baile, Charlotte y yo nos negamos a inscribirlos a algo cuando mi hermano llego con la noticia de que tenía cursos los fines de semana, en parte creo que quiere despejarse de todo. No tiene mucho que ambos salieron, claro, después de arrojar un balón a la cara de Seth.

Mi teléfono vibra indicando mensaje, lo abro y al terminar de leerlo me apresuro para arreglarme para salir, me pongo un pantalón entubado, botas de invierno, una blusa verde de manga larga y con peluche por dentro, una chamarra gruesa, una bufanda y un gorro para cubrir mi cabello enmarañado.

Guardo mi teléfono en mi bolsa trasera y me apresuro a encaminarme al pasillo.

— ¡Voy a salir, es urgente! — grito pasando por el cuarto de Charlotte, sin abrir la puerta.

— Bien. No te abriré la puerta cuando llegues. — responde ella, sin detenerme mucho corro hacia el coche, procurando tomar mis llaves y subo al coche ares de arrancar a toda velocidad, directo a la comisaria.

Necesito respuestas. Y las obtendré.

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— Accedieron a reabrir el caso, decidí primero investigar a la chica. — comienza a decirme el agente. — El hombre, lo tenemos bajo rejas, lo cual facilita la tarea, sus padres estaban en su casa.

— Creyeron demasiado en que su plan no tendría fallas. — agrego y el asiente, dándole un largo trago a su café, hago lo mismo.

— Sí, fueron lo bastante tontos al creerse demasiado. La chica... Lea, fue con quien más batallamos en arrestar. Mantiene un perfil bajo, justo ahora está en la sala de interrogaciones. — me explica. — haremos nuestro trabajo y como solicito podrá estar presente en ellos, pero no será vista por los sospechosos.

— Estoy más que bien con eso. — respondo agradecida. — ¿Cuándo empezara todo?

— ¿Segura que no necesita compañía para esto? Puede ser difícil la mayoría de las veces para las víctimas y...

— Estoy bien, necesito hacer esto sola, no siempre habrá alguien cuidándome la espalda y estoy bien con ello, se cuidarme yo sola, agente. — lo interrumpo.

— Bien. — murmura antes de darme la espalda y hacer una seña, indicándome que lo siga, voy detrás de él.

Comienza a hablar con otro agente, no les prestó atención, muerdo mi labio nerviosamente, quiero escuchar sus versiones, necesito escucharlos.

Después de lo que a mi parecer es una larga charla de viejos amigos reencontrándose después de que no volvieran a verse desde la universidad, sí, demasiado larga fue esa charla.

— Está ahí adentro. — Señala una puerta, por donde entra el mismo personaje que habana con el agente, el cual olvide su nombre. — lleva horas ahí, tuvimos que ficharla, y hacer un papeleo muy extenso. — explica. — además, los interrogatorios están grabados.

— Oh. — me limitó a decir. Entramos a una puerta al lado de la que entro el hombre anterior, es un espacio reducido, pero no demasiado, hay un enorme cristal por el que puedo verla, Lea.

Viste de negro y puedo ver rímel corrido por sus mejillas, está demasiado pálida y su cabello teñido de verde, ahora parece estropeado viejo. Sonrío un poco al verla en ese estado, viéndose tan miserable, como yo me vi.

Una parte de mí, está regocijándose al verla de esa manera, aunque eso no se compara para nada a lo que yo tuve que pasar por ella, por mis padres y por ese hombre desconocido.

Me acerco para ver mejor, cada detalle, por ejemplo, sus ojos están hinchados y se ve demarcada, como si no hubiera dormido en días. Me doy cuenta de que el oficial Moreno está hablándome, si, ya recordé su nombre.

— Ya va a empezar a hacer preguntas.

— Señorita Lee, ¿Se da cuenta de lo que han causado sus actos? — ella no se mueve y mantiene su rostro serio. — Bien, ¿Cuánto le pagaron?

Silencio.

— No voy a hablar sin un abogado presente. — dice ella con un hilo de voz. Maldita.

— Bien. En quince minutos llegara uno. — se mantiene en silencio, viéndola fijamente. Ella pareciera incomoda con el silencio.




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