Llegaste Tú

Capítulo 7

La Doctora me trata con cortesía, logrando esa empatía que posibilita la existencia, entre médico y paciente, de una comunicación franca y sana. Lloro y acepto que tengo un problema, pues no estoy canalizando adecuadamente mis emociones, pero le miento, a la psicóloga, con respecto a las alucinaciones, porque, aunque estoy asustada y realmente preocupada por mi equilibro emocional, en el fondo, quiero continuar sintiendo esa cercanía de mi esposo, que brinda una supuesta paz a mi alma. Asisto a todas las consultas y hasta se hacen esporádicos aquellos episodios, pero el vacío aumenta, provocando la crisis depresiva que me

mantiene llorando cuando, a solas, su ausencia se vuelve insoportable.

Un día, saliendo de la casa, una joven rubia me intercepta y pregunta:

- ¿Eres Ana, la viuda de Alberto?

La miro con asombro, pero un poco desafiante. Es una mujer bonita y eso, como cuando estaba vivo Alberto, me pone a la defensiva.

-Sí - respondo y después de algunos minutos de contemplación minuciosa de mi parte termino preguntando - ¿tú quién eres?

-Una amiga - responde sonriente.

-¿De Alberto? - pregunto.

-No, tuya - dice presta.



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En el texto hay: romance, mujeres, engaño y amor

Editado: 14.11.2024

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