El suave color de nuestros encuentros
ha mutado en infinidad de tonos
pero nunca en el necesario para
volver a estar juntos.
Esos tonos opacan mi alma, y poco a
poco mi corazón se transforma en la
paleta de dichos colores.
Nunca desaparecerán, ni con la más audáz
de las tintas, pues estos colores
marcan mi vida y delimitan un destino
Sellado...