Parte 1

"¡LLEGARÁS TARDE!" escuché gritar a mi madre entre sueños, empecé a dar vueltas en mi cama sin preocupación alguna, agarré mi móvil para revisar la hora y ya eran las 8 am suponiendo que tenía que levantarme como máximo a las 7:30, llevaba treinta minutos de retraso; salí de mi cama, me bañé rápidamente y luego bajé a desayunar.

—Buenos días —bajé corriendo de las escaleras.

—¡¡Buenas tardes!! ¿A qué hora pensabas levantarte? —el tono de mi madre era irónico.

—Sabes que tengo un sueño pesado —dije sentándome —además ayer dormí muy tarde terminando un trabajo.

Era un trabajo muy importante que en parte definía mi pase a un ciclo nuevo.

Al terminar de desayunar me despedí, agarré mi mochila y me fui a estudiar. Al llegar intenté pasar desapercibida pero era algo imposible, todo el mundo se encontraba en la puerta principal y cuando me refiero a "Todo el mundo" hablo de las autoridades que tiene el instituto (porteros, auxiliares, etc.), traté de cubrirme con la tarjeta de asistencias el rostro pero fue en vano.

—¿Cuándo será el día en el que llegues temprano? —dijo uno de los auxiliares.

—Lo siento, es que...

—No digas más... Igual tendrás un castigo -ya debería estar acostumbrada a esa palabra "CASTIGO".

—¿Qué tendré que hacer hoy? —pregunté resignada.

—Limpiarás los baños —respondió de inmediato cómo si ya supiera lo que preguntaría.

—¿¿Qué?? No sé si escuché bien pero dijo ¿LIMPIAR BAÑOS? —ese era el peor castigo que había tenido —¿Ambos? —dije poniendo los ojos como platos.

—Ajá y los limpiarás terminando las clases. Así que entra de una vez.

Caminé completamente resignada y haciéndome la idea de lo que me esperaba al finalizar las clases; sin hacer el mínimo ruido entré al salón, no quería interrumpir la clase aunque de alguna u otra forma lo hice, fui directamente hacia mi lugar en donde Aby ya se encontraba sentada.

Aby es mi mejor amiga, nos conocimos a los doce años y desde ese momento somos inseparables.

—¿Porqué tan tarde? —dijo en voz baja.

—Me quedé dormida y la alarma no ayudó.

—Nunca funciona, deberías comprar otra -dijo burlándose.

El profesor levantó la voz mirándonos, por lo cual nos quedamos mirando el pizarrón.

Las horas pasaban demasiado lentas, eso para mí estaba bien, aún no me hacía la idea de limpiar los baños. 
Al finalizar la primera clase ambas entregamos nuestros proyectos los cuales definían nuestro pase y por último venía la clase de Inglés en la cual nos tocó exponer sobre un tema libre, no me sentía segura con ningún tema en particular, así que elegí hablar sobre los lugares turísticos de mi país, mientras que Aby escogió hablar sobre su cantante favorito.

—¿Sobre los lugares turísticos?, como te complicas la vida.

—Traté de buscar un tema interesante pero no encontré muchas opciones —dije recostándome sobre el pupitre —¿Qué hay de ti?, ¿Sobre qué hablarás?.

—Sobre Leo —dijo sonriendo.

—¿Sobre quién? ¿Quién es ese? —levanté la cabeza para mirarla.

—¿No sabes? Siempre te hablo sobre él —dijo mostrándome su fondo de pantalla.

Había olvidado que ella era aficionada a las músicas coreanas; ella hizo que prestara algo de interés por una o dos canciones, pero no lo suficiente como para ser una fan, es más no entendía absolutamente nada de lo que decían.

—¡Aaah tu cantante favorito!; interesante tema —dije volteando los ojos.

Uno por uno salían a exponer, particularmente odio las exposiciones, puedo hacer cualquier tipo de trabajo menos el salir a hablar frente a varias personas; llegó mi turno y me puse muy nerviosa por lo cual se me olvidaron muchas cosas, pero sentí que lo hice mucho mejor que en las anteriores; luego salió Aby a hablar de ese tal Leo, hablaba como si lo conociera toda su vida e incluso conectó su cel hacia un una laptop para mostrar un video en donde él hablaba sobre su familia, hay algo que tuve que resaltar de ese chico es que según lo que traducía Aby, él amaba a su familia y a sus hermanas con locura ¿Pero quién no lo hace? lo que hace diferente a este chico es en la manera de cómo se expresa de ellos. 
Las clases terminaron y era hora de cumplir con el castigo que me habían asignado.