Irene
Algo asustada y sorprendida volteo a los lados para ver si había alguien, pero a lo lejos veo al Vicedirector mirándome fijamente con esos ojos completamente de color blanco, sin pupilas ni iris, parecía que estaba ciego pero no, es más, el es de la categoría "Diamante" por su don tan sutil y complejo... Sus ojos completamente blancos le permitían ver 360° partiendo de su eje hasta 30 kilómetros a la redonda, además de a ver adquirido un cuerpo hiper ágil y flexible.
-Vice... .-Dije en voz baja mientras lo miraba fijamente y movía de forma lenta mi cuerpo para alejarme de la navaja de la compañera.
-Listo .-Expresa con un tono soberbio y arrogante mientras se va acercando lentamente a mí mientras extendía su brazo para ayudarme a levantarme del suelo ya que estaba algo sorprendida y mi cuerpo no entendía muy bien que pasaba, sentía como que no podía respirar pero no era agobiante, no se sentía prácticamente nada, como si mis órganos también estuvieran congelados como los demás chicos.
-Gracias .-Tomé su mano y me levanté del suelo con un pequeño salto el cual me dejo a unos pasos de él, nunca lo había tenido tan cerca, generalmente las personas que tienen un poder superior en esta institución nunca hacen presencia, es más, ninguno de nosotros conoce al Director, solamente escuchamos su voz en todo el colegio diciéndonos que hacer y que no, se ve que uno de sus dones es ese, hablar por todos lados, algo estresante la verdad.
-¿No sabes hacer nada verdad? .-No estaba prestando atención a su mirada, así que enfoque mis ojos en los suyos y me dejó helada, tenía esa expresión en el rostro como de decepción y disgusto, no pude evitar sonrojarme de la vergüenza y el enojo que sentía, la injusticia, que una niña idiota me digas cosas lo dejo pasar, pero ahora un adulto...
Nos quedamos estáticos por unos segundos hasta que sentí como el mundo entero bajó por completo haciendo que callera rendida al césped por la pesadez de mi cuerpo.
Volteo a ver hacía donde yo estaba sentada y ahí estaba, esa filosa navaja clavada en el árbol como si el mismo se tratara de cartón... ¿Qué pasaba si eso realmente me tocaba? ¿Moriría? ¿Si el no venía? miles de preguntas pasaron por mi mente mientras miraba helada ese árbol y con los pies y brazos algo temblorosos.
-Señor, mil disculpas, no pensé que podría llegar a pasar algo así .-Dijo el entrenador con un tono algo pícaro y hasta burlón mientras se dirigía al Vicedirector con los brazos entendidos con una sonrisa muy falsa.
-No puedes controlar a una niña de 21 años con un don tan simple, entonces no puedes estar en este cargo, ya mismo irás a la categoría Esmeralda, si no puedes controlar unas frágiles navajas no me quiero imaginar como encapsulas al fuego que podría generar otro alumno... Decepcionante... .-El Vice se vía muy molesto y serio, en ningún momento cambio ese tono de voz arrogante y soberbio, era asqueroso escucharlo, te causaba hasta inseguridad oír lo que tenía para decirte.
-Pero... mi señor, yo le juro que no sabía lo que podía llegar a ocurrir .-Aquel hombre seguía acercándose al Vice mientras que entre sus brazos aun extendidos como para querer abrazarlo se formaba como una especie de nebulosa algo translucida pero se podía ver perfectamente como se distorsionaba esa parte de su cuerpo a través de su poder.
En un momento siento una fuerte brisa junto a mí y en un segundo desapareció el que era nuestro profesor para tan solo quedar el Vice presente... Estaba algo despeinado y agitado, pero en su mano derecha tenía algo similar a una bolsa de cuero anudada en la punta con un lazo color blanco.
-Para ustedes... .-Lanzo la pequeña bolsa por los aires mientras que de dentro de ella salían pequeñas esferas blancas que se posaban justo arriba de cada alumno excepto a mí... Era muy extraño, cada esfera parecía que elegía de alguna manera a su acompañante para así posarse sobre él y cambiar su perspectivo color al color que se ve que predomina en el poder de cada uno-. Toquen las esferas... Apenas lo hagan quedaran encapsulados con un maestro particular para cada uno, luego de eso, podrán a salir como si nada y la pequeña esfera va a volver a entrar en la bolsa... Todos los días estaré aquí para que ingresen a ella ¿Alguna duda? .-Voltea a ver a todos los alumnos mientras recoge la bolsa de cuero del suelo y la deja muy bien acomodada sobre una pequeña mesa que había en el lugar.
-¿Qué pasa si no podemos salir? .-Exclamo una compañera con la voz un poco temblorosa mientras miraba a la esfera que tenia en la cabeza.
-Estaré al principio y final de cada clase para asegurarme que cada uno entre y sale sin ningún rasguño ¿Algo más? .-Mientras decía eso él se puso a ver a todos los alumnos uno por uno pasando por entre medio de ellos, viendo sus cuerpos, rostros y esferas.
-No señor... .-Dijeron todos con la voz temblorosa mientras agachaban la cabeza de pena.
-Bien... Hoy por lo ocurrido no ingresaran aquí, pero mañana si... .-Voltea levemente a verme mientras yo me limpiaba el césped que se había pegado en mis rodillas para luego voltear y volver a ver a todos los alumnos-. Vayan a sus clases de teoría... ¡Ahora!.- Alzo un poco su ronca voz lo cual hizo que algunos alumnos se sobresaltasen y solo asintieran con la cabeza para marcharse lentamente del lugar mientras que sus pequeñas esferas que estaban sobre ellos se dirigieran automáticamente a aquella bolsa y que por se cerraba sola por sí misma-. Tu vienes conmigo .-Dijo mirándome por unos segundos mientras se dirigía por el sendero opuesto a la institución.
-Voy .-Acomodé rápidamente mi cabello y fui caminando detrás de él... El camino era muy bonito, lleno de arboles que cada vez se hacían mas y mas grandes, algunos tenían flores muy extrañas, unas eran de una forma redondeada color rosa, amarillas y hasta coral, pero según en nuestras clases de Biología contra más bonita y colorida era la flor, más venenosa era... Y no se equivocaba.
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Editado: 17.02.2023