Anteriormente
Me quedé en medio de la lluvia, llorando por cada uno de esos recuerdos que habían llegado a su final y para así también dejar atrás cada sentimiento amargo que se depositará en mis labios.
Lloré porque sabía, que después de cualquier tormenta un arcoíris brillante sale y me devuelve la sonrisa. Es por esa razón, que aunque este sentimiento no cambié, quiero intentarlo. Ya no quiero rendirme, es por eso que la próxima vez que mi corazón encuentre a esa persona, la amaré con todas mis fuerzas desde el primer día hasta el último.
Sé que llegará… Algún día, hoy no, mañana tampoco pero…. Algún día. Volveré a sentirme completa con ese sentimiento.
Presente
“Adivina dónde estoy” Es una bromita, pero ciertamente después de pasar por un día de lluvía tan duro como ese, esperas superarlo pronto, gracias a Dios fue mi caso.
Esto fue porque…
En un día de lluvia, alguien puso su paraguas sobre mí, me protegió de la fuerte lluvia y me quedé ahí. Al principio dudé sí lo amaría con todo mi corazón, pero puse mi fe en ese sentimiento que desconocía que podía volver a sentir, el amor.
Él era un hombre delgado y alto, su piel era suave y blanca como la leche (hasta me sentía acomplejada) su cabello esponjoso como el algodón de azúcar. El primer día tuve tanto miedo de no ser lo que esperaba y huí despavorida.
Cuando escuché que me nombró, pude sentir que todo el nervio que tenía se me subía a la cara y formó una boba sonrisa.
— Hola…
Es muy difícil explicar qué desde un inicio, fuí capaz de saber que él era “esa” persona que se convertiría en parte de mi vida. Éramos unos niños, saliendo como amigos mientras jugábamos Pokemon, la única diferencia es que yo siempre quise crecer.
Siempre he querido crecer y cumplir mis sueños, nunca me estanque en ninguna de las etapas de mi vida, quizás eso me hizo amargada en algunos momentos y también provocó que me emocionará tanto con detalles que no eran de mi “edad”.
El tiempo transcurrió junto a él, sentados en un parque mientras tomaba mi mano. Rogaba que nada de lo que pasó fuera una mentira, en medio de la confusión de estar volviéndome a sentir enamorada de su boca salió: ”Me gustas. Siempre soñé con encontrar a alguien que me hiciera sentir así”.
El destino esperaba mucho más de nosotros, pero lo veríamos en el futuro. Cuando después del enamoramiento nos tocará afrontar la realidad adulta de la convivencia y la pérdida de un ser amado. Nos dimos cuenta que dejábamos de ser niños y eso, por Dios, asustó.
Los problemas se intensificaron y ninguno sabía a quién pedir ayuda, por un lado, yo sí supe. Fue con mi mejor amiga, sabía que ella sabría que decirme ya que me ayudó anteriormente, su respuesta ante todo lo que le dije fue clara: ¿Por qué sigues ahí? ¿No ves que no cambiará?
Terminar en la lluvia de nuevo, sin un paraguas que me abrigue, sentía que no quería pasar por eso otra vez. Pero me preguntaba a mi misma: ¿No estaré viendo objetivamente lo que ocurre?. Probablemente no, pero tampoco debía escuchar todo al pie de la letra.
Lo hice. Fue mi decisión y responsabilidad, no de nadie más.
Continuará
A tres años de nuestra relación, quedamos los dos en medio de la lluvia. Los meses pasaron más rápido de lo que uno podría esperar, sostener lo que dices por mucho tiempo parecía desconcertante. ¿Sí los paraguas se rompen nunca más volverán a servir? ¿Debes buscar uno nuevo? ¿o debes volver a quedarte en la lluvia buscando estratégicamente una respuesta?
Se encuentra una manera, por supuesto, alguien tan creativa como yo la encuentra. Derramé cada gota de lluvia en ordenar nuestro (mi) cuarto, contactarme con amigos más seguidos (Aunque estos terminarán diciéndome: hiciste lo correcto, Bob), dibujos, diseño de la persona ideal (recuerdo hasta hacer una lista) y los escritos que llenan mi alma, en ese entonces lo fueron (“Vivir con fuego” y “La razón de porque me enamore de ti”).
Tuve que escribir sobre él, siempre le molestó que lo hice tanto por mi anterior amor. Aunque probablemente nunca entendió que amaba la historia que creamos; dos adolescentes con claros conflictos familiares encontrándose repentinamente con el amor.
Todo hubiera seguido su curso, tarde o temprano lo superaría, pero ocurrió una de las mayores desgracias de mi vida - para más contexto lee “Mi Primer Hogar” -. En medio de la penumbra, luego de estar días sin comer y tragarme el dolor de lo ocurrido, recordé que me dijo: “Puedes contar conmigo siempre”.
Lo dude, ¿Eso estaría mal? ¿Es correcto que aparezca en su vida para pedirle un favor?. Aunque yo misma sabía que no terminaría en eso, luego de haber leído y viendo videos para sacar una maestría en el amor, pude entender que claramente no aprendí a dejar de escuchar las campanas a mi alrededor.
Todo el mundo diría que estaba mal hablarle, que era innecesario involucrarlo a mi vida nuevamente, después de todo lo que ya habíamos pasado. Pero… yo misma sentía que me estaba muriendo, nadie podía entender lo valioso que era mi hogar para mí, pero el si.
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Editado: 19.11.2025