Después de todo lo que hemos vivido, y el tiempo que ha pasado, sé que vamos a estar juntos toda la vida. Somos inseparables y todos ven que de verdad nos amamos.
Menos el destino, por lo que decidió ponernos a prueba, él vio lo que ni yo ni el resto podíamos ver, quiso demostrármelo poniéndome en lo peor.
Jugándome la vida.
Trágicamente tuve un accidente, el coche empezó a arder y es un milagro que no haya muerto, lo único que tengo son unas graves quemaduras por todo el cuerpo y una silla de ruedas que me acompaña a todos lados.
Lo pasé mal, pero estaba contento de seguir vivo y poder seguir pasando mi vida a tu lado.
Pero tú preferías que hubiera muerto. No te importó que esté bien, sino como quedé.
A pesar de lo que luchamos, empezamos a distanciarnos. No querías salir conmigo a la calle, ni que nadie nos viera juntos.
Ahí me di cuenta de que no me amabas de verdad, solamente te atraía.
Mi corazón no ha cambiado, solo mi físico.
El destino es muy caprichoso. A veces prefiere hacérnoslo pasar mal antes de que vivamos engañados.
Él quiso demostrarme que a pesar de ser feliz, no merezco alguien a quien le atraiga mi físico, si no alguien que verdaderamente ame mi interior.