No siempre estuve en la cima, tuve que luchar un montón para ser lo que soy hoy.
Luché solo, porque nadie quiso ayudarme, ni tú tampoco.
Ibas por la calle con tu camiseta de gucci y tus tenis de marca y cuando yo pasaba me señalabas con el dedo. Lo siento si no te gustaba como iba, pero prefería gastarme el poco dinero que tenía en comida.
Mientras tú comías fuera y presumías del manjar, yo estuve una semana comiendo arroz con tomate, el único paquete que me quedaba.
A ti te sobraba comida y yo lloraba por tenerla.
Me explotaron, pero no podía quejarme porque necesitaba el dinero.
En mis ratos libres plasmaba mis sentimientos dibujando con un boli y un papel. Una persona vio mis dibujos y me contrató para ilustrar sus libros.
Ambos hacíamos muy buen equipo.
Ahora las cosas han cambiado, esa persona que no conocía de nada me ha ayudado.
Ayudándola en su trabajo ganaba lo mismo que antes, pero sin trabajar tantas horas y haciendo algo que me gusta.
Finalmente creamos una historia que salió por lo alto, tuvo mucho éxito. ¡Triunfamos!
Años más tarde timbraste en mi casa, te abrí con un moño y un pijama.
Ahora eres tú quien necesita mi ayuda.
Y a pesar de que yo estuve mucho peor que tú y no me ayudaste, yo si lo hice, porque no soy como tú.
Soy una persona humilde, que no presume del dinero.