Pasó un largo tiempo,
no estás acá
para sostener mi mano.
Tu sonrisa,
tan refrescante
como una brisa.
Tu voz,
calmante y
exorbitante.
Te extraño,
para qué mentirte.
Pero ese dolor que sentí
al no oírte,
abrazarte,
sonreírte,
qué decirte.
A veces, no existe.
-escribiendoenlasestrellas.