Alyssa
Llego al apartamento donde me estoy quedando, aún no puedo creer como mi hermana pudo abandonar a su hija, además de la historia que le contó a Samy sobre ese sujeto, será verdad que es el padre, bueno, se parecen, pero por qué le habla a la niña de él cuando a la familia le dijo que este no quiso hacerse cargo y nunca quiso decir su identidad, todo esto es muy raro. Admito que cuando me envió el mensaje diciendo que recogiera a la niña en ese hospital jamás pensé que ella la hubiese abandonado.
— Tía? — la niña me saca de mis pensamientos — toda mi ropa está en mi casa
— Amor, ya envié a alguien a buscarlas, pronto estará aquí todo lo tuyo
— Gracias tía— responde con algo de tristeza y se me parte el alma
— Pequeña— yo me siento a su lado en el sofá — por qué llamaste a ese hombre?
— Mi madre no me dijo que tu irías y ella se fue, pasaba el tiempo y no volvía, lo siento tía, me desesperé, dime, él es mi papá, verdad?
— No lo sé pequeña, lo descubriremos — digo, pero tengo otros planes, no me importa que ese hombre sea el padre de mi sobrina, sigue siendo un desconocido y por alguna razón mi hermana nunca lo buscó, así que haré todo a mi alcance para que él no se lleve a la pequeña.
— Puedo bañarme? — yo asiento, guío a la niña hasta el baño y luego voy a la cocina a prepararle algo para comer.
No conozco de nada a ese hombre, pero lo investigaré, aunque a quien engaño, aunque me digan que es un ángel en persona jamás lo dejaré llevarse a mi sobrina, usaré todo mi dinero y poder para que esas pruebas digan lo que yo quiero. ¿Para qué es el dinero si no es para hacer lo que uno quiera? Tengo dinero y siempre logro lo que quiero, nunca acepto un no y bueno, tampoco nadie nunca me niega algo, soy perfecta y eso todos lo saben. Ese viejo pensaba que yo iba a temerle o a bajar la cabeza ante él, por dios, tengo 25 años y nunca le he rogado a nadie, menos agachado la cabeza, tampoco nunca he pedido perdón, humillarse no está en mi vocabulario y perder tampoco
— Qué preparas? — esa voz hace estragos en mi cabeza y en mi cuerpo, sonrío cuando pone su cabeza en mi cuello
— Un sándwich para Samy
— y no hay para mí? voy a ponerme celoso Alyssa— él deja un beso en mi cuello que me estremece
— Carlos, trajiste todo lo que te pedí de la casa de mi hermana? — pregunto cuando me volteo para mirar sus preciosos ojos marrones
— Sí, logré entrar y traje la ropa de la niña, ya le compraremos juguetes nuevos
— Aún no entiendo cómo pudo pasar, debo encontrar a mi hermana, no somos tan cercanas desde lo que pasó, pero aveces hablábamos y ella quería a Samy, algo no anda bien
— Aly, disculpa que te diga, pero tu hermana nunca quiso a esa niña— lo miro confundida— es la verdad, a tu hermana le gustaba divertirse y todo eso se acabó cuando la niña llegó, ella siempre la veía como un estorbo, tu nunca te diste cuenta porque eres demasiado buena mi amor— expresa mi prometido haciéndome sentir más triste
— Tengo que encontrarla, pedir explicaciones, ella debió irse por algo, moveré cada piedra hasta dar con ella
— quizás esto te haga ver la verdad— Carlos deja una hoja de papel en mi mano— es una carta, estaba en la cama de Samy.
Miro la hoja, comienzo a leer, en ella mi hermana dice que ya no quiere a la niña, que se cansó de jugar seis años a ser la madre perfecta, que esa vida no es para ella y que por esa razón la abandona, que yo me haga cargo y pida la custodia o, sino que busque a alguien más para ello, literalmente mi hermana dice que ya no se hará cargo de su hija y una firma debajo de más palabras hace que todo se derrumbe dentro de mí, ¿cómo una madre puede decir estas cosas? Cómo ella puede ser así? ¿cómo nunca me di cuenta de esto?
— ¿Nunca la quiso? — pregunto con un nudo en la garganta, mi prometido me abraza fuerte intentando darme ánimo, pero la voz de mi sobrina hace que nos separamos
— Mi mamá no me quiere? — ella tiene lágrimas en sus preciosos ojos— ¿me abandonó verdad?
— No pequeña— me acerco a ella— tu mami si te quiere
— Y dónde está?
— la encontraré, ya verás, por ahora tu te quedarás aquí, si? — Samy asiente sin mirarme, yo pongo una mano bajo su barbilla y hago que me mire— tienes algo que decirme?
— Mamá nunca estaba en casa— cuenta mi sobrina — se iba de fiestas, aveces llegaba ebria y me decía que yo le molestaba, que estorbaba, que por mi culpa ella no pudo vivir su vida, casi todos los días los pasaba con la vecina porque
— Por qué? — pregunto con algo de miedo
— porque tenía miedo, aveces mami me pegaba y me gritaba por gusto, tía, juro que no me portaba mal, pero a pesar de eso pensé que ella me quería, yo la quiero— sin saber qué hacer o qué decir, la abrazo, cómo es posible? por qué cuando iba a verla todo parecía perfecto? acaso mi hermana solo fingía delante de mí? por qué Samy nunca me dijo nada cuando estábamos juntas? demasiadas preguntas para un día
— Samy, no eres nada de eso, eres una niña maravillosa y te amo, no lo olvides, a partir de hoy vivirás conmigo, y juro que no volverás a pasar por nada de lo que me acabas de decir— ella sonríe, su mirada se ilumina
— Te amamos Samy — dice Carlos que coge a la niña en brazos haciéndola reír — a partir de hoy dejas de ser nuestra sobrina, serás nuestra hija
— Los quiero— dice Samy que comienza a llorar y yo la abrazo a ella y a Carlos, abrazo que rompo cuando mi teléfono suena, resoplo al ver que es el sujeto ese diciendo el lugar en donde se hará la prueba, sonrío, si él piensa que escogiendo el lugar no podré hacer lo que quiera está muy equivocado.
Acomodo a Samy en una habitación y cuando la dejo dormida voy hasta la habitación de Carlos, este se está bañando, mientras me dedico a leer la carta una y otra vez intentando encontrar algo que me diga que quizás mi hermana estaba en apuros o en peligro, pero no, no parece eso.
— Ya deja eso amor— Carlos me abraza por la espalda
— Pronto iremos a vivir a la casa que compré, ya mandé a prepararla y a preparar una habitación para Samy
— puedes quedarte aquí, lo sabes verdad?
— Lo sé Carlos, pero
— sí, sí— él deja de abrazarme— solo viviremos juntos cuando nos cacemos, no entiendo por qué, pero bueno, respeto tu decisión
— Solo faltan seis meses — sonrío poniéndome sobre él— es poco, en seis meses seré tu esposa y viviremos juntos para toda la vida
— Te amo Alyssa — él comienza a besarme mientras sus manos viajan debajo de mi blusa
— También te amo— expreso deshaciéndome yo misma de la ropa que molesta.
A la mañana siguiente despierto primero que Carlos, dejo un breve beso en su mejilla antes de levantarme, lo amo y no me avergüenza decirlo, luego voy a la habitación de Samy, ella aún duerme así que decido hacer el desayuno, pero el timbre de la puerta me detiene y cuando la abro miro a todos lados, no hay nadie, con el ceño fruncido iba a cerrar la puerta, pero al bajar la mirada veo un sobre ahí, lo cojo con manos temblorosas y rápido cierro la puerta, es un sobre rojo y no es el primero que veo, no quiero mirar esta vez lo que trae, así que lo guardo en mi bolso para hacer el desayuno y relajarme, pero es imposible ya hacerlo
— Joder— digo cuando me corto con el cuchillo y maldigo en voz alta
— qué sucede amor? — Carlos me abraza por la espalda y mira mi dedo que tiene un pequeño corte
— nada, solo me corté
— Alyssa, llevo varios minutos observándote, nos conocemos desde que somos niños y somos novios desde la secundaria, sé cuando algo te estresa, qué sucede amor? — Yo voy hacia mi bolso, saco el sobre y se lo doy, él lo mira confundido, luego lo abre, dentro hay fotos mías en la calle, en restaurantes, con amigas, en fiestas y una nota diciendo lo preciosa que soy y lo mucho que desearía tocarme
— Qué es esto? — Carlos se enfada mientras mira y lee la nota
— No es la primera vez— admito algo que no le había dicho a nadie— hace meses que recibo fotos mías, incluso en mi casa y notas románticas, aveces también recibo llamadas en las que solo se escuchan gemidos y aveces flores, alguien me acosa Carlos y tengo miedo— murmuro y no es mentira, por primera vez en mi vida alguien me provoca miedo, alguien que no conozco y que sé que me vigila.