Lo Nuestro Era Conocernos, Pero No Estar Juntos

Primer Capítulo

A primera vista

–!Oye Isabelle! Hey, ¿Estas en este mundo? – pregunta mi prima Gabriela.

–Ah, ¿Qué decías?

–Te decía que ya llego la banda de Adam –Señala a un par de chicos entrado a la sala– ¡Wow! Y sí que son guapos.

Dirijo mi mirada a aquellos chicos tan guapos como dice mi prima, pero fijo mi atención completa especialmente en uno. Su pelo es de color castaño oscuro, sus ojos color miel, saltones, vivaces y profundos, su nariz respingada, sus labios finos y delgados, de cierta manera parecen unos labios femeninos, pero en él cae a la perfección, de tez blanca y sus cejas no son ni muy claras ni muy espesas. Con una camiseta gris, manga larga, que deja notar sus brazos musculosos, al igual que su pecho, con un jeans y unas converses negras.

–Como que ya lo viste de más, ¿no?

–¿Eh?

Vuelvo a fijar mi vista en mi prima, quien ahora está con una sonrisa traviesa y pícara.

–Te gusta.

–¿Estás loca? –Frunzo el ceño y me cruzo de brazos– ¿Cómo me puede gustar alguien a quien no conozco?

–En primer lugar, si estoy loca –Responde enumerando con los dedos– Y en segundo lugar, el amor a primera vista existe.

A veces pienso y me pregunto ¿Qué haré con ella? Con esa chica loca, divertida, burlona, y fastidiosa. Aunque es igual a mí y a Emily (mi hermanita), hablando de ella, ¿Dónde estará esa pequeña traviesa?

–Patrañas, eso no existe.

Empezamos a caminar entre los invitados, para poder llegar a donde esta Emily, pero por estar de distraída, como siempre, choque con alguien, haciendo que una bandeja con unos cuantos bocadillos caigan al piso de mármol y haga todo un escándalo.

–¡Oh Dios! Disculpa, déjame me recogerlo.

–Oh, no hace falta –comienza a negar con la cabeza, un poco apenada.

–Claro que hace falta, esto fue mi culpa.

Me arrodillo y comienzo a recoger los bocadillos, al igual que ella. Ya sin ningún bocadillo en el piso, me levanto y le vuelvo a pedir disculpa a la joven. Se va, desapareciendo de mi vista, cuando alzó me percato que todos me miran, algunos con una notable expresión de desaprobación y otros con una sonrisa burlona, como mi primo Adán. Pero, entre esas miradas, hay una que me intrigó y como soy curiosa, quise descubrir de quién era y para mi desgracia era la mirada de aquel chico de ojos color miel. Sus ojos color miel, son muy curiosos y muy lindos, siento un escalofríos estremecer me de repente, aparto mi mirada de aquel chico y miró a Gaby.

–¿Ya vez? No me he equivocado, te gusta.

–Gaby deja de decir locuras.

–Cuando termines babeando por él, te voy a decir "te lo dije".

–Como digas.

Sigo por mi camino, ignorando a Gaby, ella a veces es más fastidiosa de lo normal, pero ya estoy acostumbrada a eso, lo he hecho desde que tengo memoria, Gaby es mi prima, aparte de eso mi hermana de otra mamá y de otro papá, mi mejor amiga, mi confidente y mi cómplice. Y adivinen, la mamá de ella, mi mamá y la mamá de Emma –mi otra mejor amiga– son mejores amigas desde la adolescencia, y por casualidad, ahora sus hijas son mejores amigas.

Llego a donde Emily, junto a mi abuela Anaeli y mi abuelo Erick, los tres muy felices riendo de los malos chistes de mi abuelo, me hace tan feliz verlos riéndose y divirtiéndose, ellos ya están en una edad muy avanzada y estar con Emily les hace bien.

–Oh, miren quienes están aquí, mis nietas favoritas –comenta Abuelo Erick con alegría.

–Erick, no se puede tener preferencia –lo regaña Abuela Anaeli.

–Pero, si todas son mis nietas favoritas, de la más grande a la más pequeña –Abuelo mira a Emily y le desordena el cabello.

–Ay abuelo, nunca cambias, ¿Por qué no dices chistes nuevos? –pregunte con diversión.

–Mi niña, esos chistes...

–Son los preferidos de abuela –completamos al unísono Gaby y yo, haciendo lo reír.

–Lo sabemos abuelo, lo sabemos muy bien –comento.

–Isabelle, vamos con los amigos de Adam –me susurra Gaby, mirándolos con anhelos.

–Vale.

Nos despedimos de los abuelos y de Emily, para empezar a buscar ese grupo de chicos, que tan desesperada tiene a Gaby. Pero nos encontramos solamente al chico de los ojos color miel.

–¡Hola!

–Hola –ladea una encantadora sonrisa– Soy Connor.

Me le quedo mirando y observando su hermosa sonrisa, a la vez que el cambia de ceño, esperando una respuesta mía.

–Isabelle, soy Isabelle.

–Mucho gusto Isabelle.

–Igual.

–Hola Connor, yo soy Gabrielle, pero dime Gaby, somos las primas del idiota de Adam.

El mira a Gaby con una hermosa sonrisa, tan hermosa que estoy a punto de derretirme, pero, ¿Qué digo? Mejor voy a dejar de estar pensado locura o si no voy a convertirme en Gaby.

–Pero mira a estas bellezas –se acerca a nosotros un chico con dos vasos muy sospechosos, y le entrega uno a Connor.

Comienzo a analizarlo, este tiene el cabello negro, unos pequeños ojos marrones, él al igual que Connor tiene la nariz respingona, pero alargada, sus labios igual de finos y delgados, pero un poco más voluminosos que los de Connor, de tez algo trigueña y cejas gruesas. El suéter negro de manga corta que tiene puesto deja a la vista muchos tatuajes y unos musculosos brazos.




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