Lo que callamos para no rompernos

Esta vez, soy yo quien se queda

A estas alturas comprendí que nadie cambia; con el tiempo, simplemente dejan de ocultarse. Las traiciones vienen de quienes menos imaginas, y las heridas más profundas las provocan aquellos que creí parte de mi vida, aunque yo nunca estuve realmente en la suya. Me costó entender que no puedo agradarle a todos. Siempre alguien saldrá herido, pero esta vez no voy a ser yo. La decepción pesa, pero no voy a permitir que me apague. Soy más que eso. Puedo brillar con luz propia, sin fingir, sin pedir permiso. Mi esencia no se negocia, mi alma no se adapta. Estoy aquí, y esta vez no voy a pedir disculpas por ser quien soy.




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