Lo que dejamos al rompernos

Capítulo 1

El encuentro

Fue tan simple que casi parece ridículo decir que ahí comenzó todo.

Yo estaba sentada en aquel café pequeño, distraída con un libro que apenas empezaba, cuando levanté la vista y sus ojos se cruzaron con los míos. No me miró como suelen mirar los demás, con prisa o indiferencia. Me miró como si me hubiera estado buscando.

—Bonita portada… pero, ¿de verdad lo estás leyendo o solo posas con él?

Levanté la mirada, sorprendida. Frente a mí había un chico con el cabello ligeramente despeinado y esa media sonrisa que parecía no pedir permiso para instalarse en su rostro. Me crucé de brazos, intentando disimular el golpe inesperado de nervios.

—Lo estoy leyendo —respondí, seria, como si me hubiera ofendido.

Él arqueó una ceja.
—¿Ah, sí? Entonces dime de qué va.

Podría haberle soltado cualquier respuesta rápida, pero había algo en la manera en que me miraba… como si quisiera arrancarme la verdad más allá de mis palabras. Tragué saliva.

—De alguien que se busca a sí mismo —dije despacio—. Y que tiene miedo de encontrarse.

Él se quedó unos segundos en silencio, sorprendido, antes de sonreír con esa chispa de complicidad que aún no entendía.
—Vaya… no esperaba eso. Pensé que dirías algo como “aventuras” o “drama romántico”.

Bajé la mirada, como si esa confesión me hubiera dejado demasiado expuesta.
—Supongo que me gustan las cosas complicadas.

—Eso está bien. Lo sencillo aburre —contestó, y lo dijo tan natural.

Yo solo fingí seguir leyendo en mi propio espacio, esperando que se vaya pero seguía ahí, cuando levante la mirada me di cuenta de que él me miraba como si hubiera encontrado algo que valía la pena descifrar. Después de eso, se marchó sin despedirse, dejándome con un extraño sentimiento.




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