Lo Que Dejaste Ir

ELLA ES MARCELA

 

 

DEREK

6:45

 

Por fin logro salir de toda esa inmensa trancadera,  voy a toda velocidad  para recoger a Marcela, no tenía idea de cuánto podía correr este coche.

Por fin llego me bajo del auto,  voy hacia la puerta impaciente por el retraso que llevo, no obstante me sorprendo por que esta abierta. Vuelven a mi algunos recuerdos de el primer día que acompañe a Marcela a su casa, la puerta también se encontraba abierta en esa ocasión,  me sobresaltó y decido entrar rápidamente. 

 

  • Vete de aquí Diego, te lo suplico- es la voz de Marcela.
  • Abre de una vez, si sabes lo que te combiene- el susodicho golpea y empuja bruscamente la puerta.
  • Ni que estuviera loca, ya vete o te van a romper la cara.

 

Mientras me acercaba cautelosamente pude oír esa "conversación",  vi cómo se alteraba la expresión de Diego con las últimas palabras, podía jurar que estaba decidido a matarla, retrocedió unos pasos para impulsarse y abrir la puerta de un solo empujón, y lo logró.

 

  • ¿Quién se supone que lo va a hacer?- dijo enfurecido, acercando ambas manos al cuello de Marcela.
  • Yo, yo lo voy a hacer- y sin pensarlo dos veces le di un súper puñete en la cara.

 

El susodicho estaba desprevenido así que se tambaleó y de un tropiezo terminó en el pizo, Diego se levantó pero inmediatamente Marcela rompe en su cabeza un florero pequeño que tenía, Diego sin salir afectado aprovecha su cercanía y sorprendentemente la abraza.

 

  • Por favor, no te enamores de nadie más- Diego se vota de rodillas al pizo abrazandola.

 

Marcela por un momento queda sin palabras, suelta una pequeña lágrima que inmediatamente la borra con su mano y se aleja de él.

 

  • Tu no tienes derecho a pedirme eso, no después de todo lo que hiciste- camino hacia mi y se enganchó de mi brazo- Derek, vámonos.

 

Asenti con la cabeza y la seguí, Marcela me condujo hasta la salida sin ver atrás, no obstante podía sentir la tristeza que le invadía.

 

  • ¿Estas segura  de que Diego piense que estamos saliendo juntos?- la sentía tan triste que no tuve más remedio que preguntar.

 

Ella asiente con la cabeza.

 

  • ¿Te molesta?- pregunta ella.
  • Por supuesto que no - acaricio su cabeza - puedes contar con migo... siempre.
  • Vamonos que se hace tarde -dice ella cambiando completamente de un humor negativo a uno muy feliz.
  • Te ves hermosa- le digo corriendo a abrirle la puerta del auto.
  • Gracias, tu también te vez guapísimo- y se sube al auto dejándome completamente nervioso.

 

MARCELA

 

 

Subimos al auto, y no podía evitar estar triste, después de todo había vivido amando muchos años a ese tipo de mal corazón, fue muy doloroso dejarlo de lado para siempre, pero yo no merecía quedarme ahí, con un hombre que no sabe amarme de verdad.

No me cabe duda de que Derek se percató de mi tristeza así que me dio mi espacio para pensar y poder tranquilizarme durante el camino a la casa de su familia, cuando por fin el auto se detuvo, me miró con tristeza.

 

  • ¿Realmente quieres hacer esto? - me mira algo preocupado por mi respuesta.
  • Claro que si.
  • Se que no te sientes bien y..
  • Derek.. - le tocó el hombro- puedes contar con migo.. siempre- digo con toda mi sinceridad- hagamos esto, y hagámoslo bien.
  • Gracias... preciosa.

 

Mientras íbamos hacia la entrada, sentí como poco a poco se me hacía un nudo en la garganta, después de todo iba a conocer a una suegra que no era mía, pero que de todos modos es suegra y eso me ponía nerviosa, rayos en que me metí, el corazón no paraba de anunciarme algo.

Entramos a un bella sala, ahí se encuentran sentadas dos mujeres muy finas, una mucho más joven que la otra.

 

  • Mamá, hermana, ella es Marcela.

 

Ambas se paran para saludar y se acercan a mi.

 

  • Marcela, mucho gusto Derek nos habló mucho de ti-me abraza cariñosamente- llámame porfavor Olivia, o mejor dime mamá.
  • Mucho gusto Sra. Olivia, Derek también me habló mucho de su amada madre.
  • Esta bien, te daré algo de tiempo para que puedas llamarme mamá, pero no te tardes.
  • ¡¡Yeeeei!!, ¡¡cuñada!!- corre a abrazarme- hasta que por fin Derek hace algo bueno, eres hermosa.
  • Muchas gracias- me sonrojo.
  • Yo soy Lisseth.
  • Un verdadero gusto Lisseth.

 

 

Me sentí culpable por pensar que ellas podrían llegar a ser las típicas mamá e hijas celosas y posesivas de su único hijo, por que realmente parecen muy sinceras con ese recibimiento caluroso.

Olivia, una Señora que aparenta ser cautelosa, y muy segura de lo que hace, con un porte muy fino, se nota que es de las que siempre está bien vestida y Lisseth, una jovencita muy bonita con un rostro que muestra mucha inocencia, y nada de maldad en la mirada.

De pronto entra a la sala un joven apuesto.

 

  • ¿Y tu eres? - pregunta Derek, como un interrogatorio algo atemorizante.
  • Oh Jean, ven aquí, llego mi hermano- el joven se acerca a ella y se abrazan- el es Jean, mi prometido, Jean bebé el es mi hermano Derek y su novia Marcela.
  • Mucho gusto, estoy para servirles- se nota que también es muy educado.
  • Bien ahora que todos se conocen vamos a cenar, esta vez pedí que prepararan la cena en el patio por la ocasión especial- hablo Olivia.




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