CUIDARÉ DE TI
DEREK
Con la mente súper bloqueada por lo que mi mamá quiere hacer , sin poder reaccionar, la escucho despedirse.
- Bueno, me siento un poco agotada, será mejor que vaya a descansar, ustedes sigan disfrutando del festejo- mamá se retira muy campante antes de que pudiera decir algo.
- ¡Que bien!, nos vamos a casar juntas y podemos elegir nuestros vestidos juntas, y ver que tengamos la mejor torta del mundo - Lisseth abraza a Marcela muy emocionada- ¿ qué pasa no te alegra casarte?.
- No es eso, simplemente que no me lo esperaba- dice muy timida.
- ¿Mi hermano aún no te pidió que seas su esposa?, pero como es posible, lo hará y será muy bonito, yo le ayudaré con eso, tu ni te preocupes.
- Jeje gracias Lisseth- responde Marcela muy nerviosa- estoy segura de ello.
Se que ella simplemente no quiere ser des cortés con mi hermana, después de todo casarce con alguien que apenas conoce debe sonarle loco.
- Hermano debemos planear la pedida de mano.
- Eh ah...
- ¿Tienes algo en mente?
- No...
- No hay problema para eso me tienes a mi - dice muy feliz- pero de eso nos encargamos después, hoy vamos a aprovechar este lindo ambiente y a bailar- Lisseth encarga de pedir otro tipo de música.
Empieza a sonar la canción Perfect de Ed Sheeran, Lisseth se emociona y se acerca corriendo con los brazos abiertos a su novio, el la abraza encantado y como si estuvieran conectados, se disponen a bailar, se que mi hermana se ve feliz, pero estaré atento a todo lo que pase, nadie debe hacer sufrir a mi hermana.
- Derek, Marcela, ¿que no vienen?- nos invitan a bailar.
Marcela estaba tan hermosa que será un placer bailar con ella.
Me acerco la miro y le ofrezco mi mano esperando que ella depósite la suya en la mía, cuando lo hace siento como unas hormiguitas empiezan a subir por mis manos y corren atraves de cuerpo hasta llegar a mi estómago. ¿Por qué ella me pone así?, tan nervioso, tan feliz, tan eufórico.
Bailamos toda la noche, dos parejas que llenaron absolutamente toda la pista de baile, sin duda alguna fue una noche que jamás podré olvidar.
MARCELA
Si este es un sueño, porfavor no me despierten y porfavor no me culpen por hacer comparaciones, es que aveces el corazón necesita pensar y no simplemente dejarse llevar por los impulsos. Tanto tiempo con Diego y me doy cuenta que jamás conocí a su familia, no signifique nada para el, al menos nada importante por que una persona ama y quiere algo verdadero con tigo empieza por la familia, te presenta a las personas que más ama y se ocupa de conocer a la tuya. Esta noche me sentía tan querida, y solo me ocupé de disfrutarlo, aún que bien sabía que todo esto era mentira.
- Mira la hora, disculpa Marcela debí darme cuenta antes.
- No te preocupes por eso- le dije con una sonrisa.
- ¿No te molesta?
- Claro que no.
- Entonces si no te molesta quédate aquí esta noche.
- Derek, no puedo hacer eso.
- Marcela, es demasiado tarde y en realidad me da miedo que Diego vuelva a molestarte- mira al piso algo avergonzado- quédate ¿si?.
- No podría, no conosco a profundidad a nadie aquí, sería muy incómodo.
- Si yo también me quedo, ¿te sentirías más tranquila?
- No quiero causar incomodidad.
- No incomodas a nadie- dice Lisseth- vamos quédate- me dice tomándome de las manos con un sincero cariño.
- Esta bien, voy a quedarme- digo felíz.
- Disculpen, ya es hora de retirarme- se para Jean.
- Mi amor quédate un poco más- dice Lisseth con unos ojitos como los del gato con botas.
- Ya es bastante tarde amor, debo volver a casa.
- Pero tú también puedes quedarte aquí.
- Ya será cuando estemos casados amor, se paciente mi princesita - son una pareja super enamorada por no decir cursi.
- Esta bien amor- hace un puchero con su boca- solo te dejaré ir por que falta muy poco para nuestra boda.
- Jeje, te amo como a nada en este mundo.
- Y yo a ti.
Jean se despide rápidamente de nosotros y se va hacia la salida bien acompañado, continuando su conversación amorosa con Lisseth.
Mientras tanto Derek me muestra la habitación donde me voy a quedar, y también algunos ambientes de la casa que podría necesitar para sentirme cómoda y por último me deja en la habitación no sin antes disculparse nuevamente por la hora.