MARCELA
Había decido cambiarlo todo en mi vida, no puedo negar que mientras dura el amor, todo es muy bonito y emocionante, es un ensueño, pero cuando chocas con la realidad y te da en plena cara, empiezas a darte cuenta de que también necesitas saberte amada por la persona que tu amas. Subí al bus en una dirección desconocida, seria una nueva ciudad y un nuevo comienzo, lo bueno de ser yo a pesar de todo lo que pasó hasta ahora es que soy una chica fuerte que puede comenzar de nuevo donde quiera que se encuentre.
Tenia la cabeza pegada a la ventana del bus, había una magnífica vista de un hermoso lago donde se veían flamencos, con una espléndida puesta de sol, esto sin opción alguna me ponía a disfrutar del paisaje dándole rienda suelta a todos mis pensamientos, ¿sera que hice lo correcto?, ¿y si Derek hubiera podido amar toda mi realidad?, no tiene caso pensarlo ya todo quedo atrás.
Después de unas 4 horas llegamos a la terminal de buses, el lugar al que llegue para empezar mi nueva vida tenía un clima tropical, y al parecer su potencial económico era el turismo, no se si llamarla ciudad, es tan pequeño que parece un pueblo, a simple vista es el lugar perfecto. No sé que hacer primero, si buscar donde dormir o donde trabajar, así que hipnotizada por este lugar de ensueño camino a donde me lleve mi destino.
Agotada por el viaje y por caminar sin dirección, decido entrar a una cafetería pequeña y modesta, me siento y espero que alguien me atienda.
5 minutos después:
Llega la anciana con mi pedido, lo trae en una bandeja preciosamente adornada y no se como describirlo, pero en cada movimiento y palabras que dice esta señora derrama mucho amor, así que estoy segura de que tendré el mejor de los refrigerios.
Miro a la señora con algo de tristeza y vergüenza y respondo:
Me siento más triste aún.
Contarlo todo, sacar ese dolor es algo que realmente necesitaba hacer, pude comprender que llevar los dolores en el alma son una mal remedio para los que se quieren curar, poco a poco te dominan, mandan en ti hasta acabar con tigo.
Me alejo del abrazo, miró a la anciana de corazón dulce.
Un día después :
DEREK
Fue como si la tierra se la ubiera tragado, Marcela no apareció por ningún lado, fui a buscarla por todos los lugares posibles y no pude evitar darme cuenta cuán poco conocia de ella, era muy desesperante no verla, ¿le habrá pasado algo?, el corazón me dolía con tan solo imaginar alguna tragedia, ya no tenía idea de donde continuar buscando, sin embargo no dejaré de hacerlo.