Lo Que Dicen Tus Ojos

Capítulo 6

CAPITULO 6

En sus aposentos en el castillo, Vardem contempló la partida de su esposa sintiendo un fuerte ahogo en su pecho, fue hacia la mesa y tomó un gran trago de aguamiel de la garrafa, iba a tomar otro cuando llamaron a la puerta

- ¡adelante!

- mi rey – dijo Carix entrando, quería sondear el terreno que pisaba

- justo a quien menos quería ver – masculló el rey

- mi señor…

- déjate de formalismos, Carix, sé que no me traicionaron; aparte, ella ya se fue, se terminó la farsa

- ¿se terminó? ¿Así nada más? ¿Acaso sigues con la idea de una alianza con el cerdo ese de Duma?

- sabes que eso no es posible, tú mismo no te has cansado de decírmelo una y otra vez; y si lo fuera tampoco lo haría, aunque viniera el propio Duma hincando la rodilla rogándome por una alianza

- entonces…

- ella se fue ¿acaso no te diste cuenta? para ella este matrimonio tampoco importó nada

- yo diría que más que a ti, sí; pero pienso que tu rechazo le pudo más

- ¿tú también crees que no piensa volver? – Sonrió amargamente – vino, se metió en mi sangre y ahora se va

- creo que hay mucho más en todo esto que lo que se sabe hasta ahora, es tu esposa, tienes derechos sobre ella; también deberes; aun tienes tiempo de recuperarla

- eres mi primer general – dijo Vardem con nueva esperanza brillando en sus ojos, después de meditar unos segundos en las palabras de su amigo – afirma tu posición, ¿qué es lo que tu propones y que es lo que opinas de todo esto?

- de alguna manera, yo pienso que las palabras de Duma la contrariaron

- ¿Cuáles? ¿Lo que dijo de casarse con ella?

- bueno, eso de que obligaría a su padre a dársela como esposa, y lo demás; tal vez, Duma va a concentrar sus ataques en Spoks y ella teme por su padre y su familia, también por su pueblo; creo que regresó a su tierra para ayudar a defenderla

- eso es muy sabio querido amigo, creo que has dado en el punto

- lo que aconsejo es que te traslades con el grueso del ejército a la frontera; eso sí, sin dejar desprotegida la muralla, la fortaleza y el castillo, recluta más gente si es necesario. Ten en cuenta entrenar a las mujeres, solo las que quieran; fundamentalmente en el manejo del arco, para que ayuden a protegerse a ellas mismas

- eres un gran estratega, y sigues siendo un gran amigo; todo ese supuesto interés tuyo en Kaira era para abrirme los ojos ¿verdad?

- ¿Qué te hace pensar eso amigo mío? – dijo Carix sonriendo mientras se servía un trago

 - empieza a preparar el traslado, nos iremos en unos 20, máximo 30 soles; creo que es el tiempo suficiente para hacer lo que has dicho; tan pronto regrese Dalfon ponlo al frente del entrenamiento de las mujeres, has correr la voz por todo el reino de que se requieren voluntarias y que se les deja a libertad de decidir. Tú estarás a cargo del entrenamiento de los nuevos prospectos masculinos

- lo haré Vardem. No te dediques a beber, hay mucho que hacer para que estemos a tiempo de ayudar a tu esposa y si es posible, llegar a defenderla; ah, y por favor, después que la veas, en cuanto tengas una oportunidad, escápate con ella y consuma tu matrimonio; no la pierdas

- no lo haré, y gracias hermano

Golpearon con rudeza hombro con hombro apretando la mano del amigo a la altura del pecho, no más palabras, era hora de actuar. Carix abandonó la habitación y Vardem se permitió sonreír aceptando por fin que amaba a su esposa como nunca creyó que fuera posible.

Una vez más, las actividades fueron aumentando de manera extrema; muchas mujeres se presentaron felices de poder aprender a defenderse y contribuir con la defensa del reino, la gran mayoría querían imitar a su señora; la admiraban y reconocían en ella a una verdadera guerrera, una heroína. En el corto tiempo que había estado en Aoxtduzz, había prevenido dos ataques que de concretarlos el enemigo, hubieran sido desastrosos.

Dalfon regresó luego de siete soles y ahora se hacía cargo del entrenamiento de las mujeres, con ayuda de sus soldados; Carix y otros generales, preparaban a los nuevos guerreros que se unían al llamado de su rey, desde que el nuevo sol aparecía hasta que se escondía después del ocaso.

Los herreros y otros artesanos, reparaban y fortalecían las armas y fabricaban nuevas; muchas alabardas, picas, espadas, hachas, dagas, grandes cantidades de flechas, porras, lanzas; en fin, que si Duma estaba preparando el golpe decisivo, ellos también lo estaban preparando.



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En el texto hay: guerreros, romance, amor

Editado: 13.04.2019

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