Mikael De León.
De todos los estudiantes se fijaron en mi para presenciar un parto.
Claramente ginecología no era mi fuerte y el doctor Ledesma pudo notarlo al igual que mi padre Arturo, quien con su azulada mirada me informó lo decepcionado que estaba de mi. Por años he tratado de llamar la atención de mi padre con cualquier cosa que a él me agrade o guste, por él aprendí a jugar golf y solo por él estudiaba medicina. Y lo único que recibo es un desprecio silencioso. Charlie y Timothy al verme salir cabizbajo del área de ginecología comprendieron que no me fue tan bien como ellos o todos esperaban.
Desde el primer año he sido un buen estudiante y hasta la fecha y gran interno en el hospital pero si había un área donde no me adaptaba esa en ginecología, no es mi fuerte y creo que nunca lo será. Mi padre es neurólogo pero decidió bajar de su piso al del Doctor Ledezma solo para observarme.
Y vaya que lo decepcioné.
—No a todos les sale la primera vez, Mika. —. Farfulla un Timothy tratando de hacer que no me sienta mal.
—Sabes que conmigo todo tiene que salir bien o el ogro ha de despertar.
Y como si de alguna señal fuera mi padre sale no sin antes pedirme que lo acompañe a su consultorio en el otro piso, claramente prefiere hablar conmigo acá antes que en la casa.
—Es inaceptable que hayas fallado en tu práctica. —. Inicia totalmente cabreado al entrar a su pulcro consultorio.
—Les mencioné que no soy bueno en ella, que lo mío es neurociencias.
—Un médico le entra a todo, Mikael, no solo al área que cree es la adecuada para él. —. Él se sienta en su silla luego de sacarse la bata. Evade mi mirada a toda costa y comprendo que ahora sea su más grande decepción.— Vete al departamento, no quiero verte hoy.
Lo que más me rompe el corazón es que por él yo daría mi vida y mi juventud, estoy estudiando algo que claramente me gusta y que me emociona compartir con él mientras que solo me aleja. No sé porque decidió adoptarme si así sería nuestra convivencia. Venecia De León para mí es una gran madre para mí, gracias a ella es quien soy pero no puedo decir lo mismo de Arturo.
Devastado me largo del hospital antes de que siquiera acabe mi turno, necesitaba ir a casa de mis padres a buscar unas pertenencias que considero importante. De ahora en adelante al parecer viviría en mi departamento y necesitaba unas fotografías que tenía solo en mi habitación de la casa grande. Al llegar me encuentro con mi hermana mayor en el comedor merendando un pan tostado con mermelada de fresa.
Faith es mi hermana mayor y es la mejor en eso, desde que llegué a la casa de los De León ella ha sido mi cuidadora y ha desempañado un gran papel como hermana mayor. Ella tiene un lindo cabello rubio largo hasta el final de su cadera, ojos azules rasgados que heredó de nuestro padre.
Al verme me sonríe y corre para abrazarme.
—¡Mi Mika Lindo! —. Canturrea al dejar un beso en mi mejilla— ¿Has salido antes? Es raro…
—Lamento informarte que papá nuevamente me corrió al departamento. —. Ella arruga sus cejas entre si y niega reprobatoriamente.
—¿Qué le pasa a papá?
Hice una mueca con mis labios y la observé cabizbajo.
—Me han ingresado a trabajo de parto y la he cagado al no saber nada.
—Pero si eso no es tu fuerte…—. Es increíble que ella sepa en lo que mejor me desempeño antes que mi propio padre y director del área en neurocirugía.
—¡Lo sé, Faith! Pero bueno, se que soy médico y que debo saber cómo atender un trabajo de parto.
Ella me hace verla al tomar mi mentón y elevar mi mirada.
—La próxima será mejor.
La fe que me tiene a veces me asusta, confía más en mí que yo mismo.
—Buscaré mis cosas y tomaré una ducha rápida antes de que él vuelva.
La dejo en el comedor para que siga comiendo mientras que voy a las primeras plantas de la casa, en especial mi habitación para guardar en una maleta mis prendas de ropa y dejando por fuera la que usaría ahorita cuando me bañe. Entré a mi ducha y me di un largo baño para sacarme el estrés que me genera mi discordia con mi padre. Elegí un suéter azul marino para hoy y con mis dedos peiné mi cabello a un lado.
Bajé mi equipaje hasta la planta de abajo para que el mayordomo pueda llevarlo a mi auto en lo que me despido de mi hermana pero al cruzar el umbral la pude encontrar muy cariñosa con Aiden Clark. Se de él gracias a mi buena relación con mi hermana, son pareja desde hace dos años y sin que papá lo sepa han vivido juntos en Alemania desde su primer año juntos. Aiden se me parece alguien bueno y claramente la quiere a ella, no puedo sentirme más feliz por Faith la verdad.
Yo por el contrario me encontraba en una situación algo sensible ya que papá insiste en que debo casarme con Ava la hija de un socio de él, he denegado a esa oferta en varias oportunidades pero insiste que debo contraer matrimonio con ella y hacer crecer el patrimonio de nuestra familia.
La ambición lo consume…
—¡Aiden! —. Le saludo para que puedan verme.
—¡Pequeño Mika! —. Nos damos la mano y él vuelve al lado de mi hermana.— Faith si me había comentado que llegaste temprano…
—Si tengo que venir por unas cosas para el departamento. —. Le dije y él arruga el ceño.
—¿Tan rápido te mudas? Pensé que lo dejarías para cuando estuvieras haciendo la especialidad…
—Lo pensé bien y mejor me mudo, la especialidad la haré en Londres. —. Él al igual que Faith me veían asombrados. Claramente acabo de tomar la decisión.
—¿Te regresas a tu país? —. Faith me ve triste y yo voy hasta ella para abrazarla.
—Londres es mi hogar, y lo sabes, pero acá en España se queda una parte de mi corazón y esas son Mildred, mamá y tu.
Ella hizo un puchero con sus labios y se aferró a nuestro abrazo sin ánimos de querer soltarme, Aiden sonrió enternecido por mi hermana y nuestro momento.
—Amor le cortas el aire al chico. —. Mi cuñado la aparta suavemente y él me ve— Mika, he traído a mi pequeña sobrina para que la conozcan.
Editado: 29.08.2024