Lo Que Dios Tiene Preparado Para Ti

XV

Josh, se bajó de la camioneta con gran desesperación, entró a su casa corrió hasta el cuarto donde encontró a su madre sentada en el piso junto a la cama bañada en llanto, el cuerpo sin vida de Peter yacía en el lecho con una cobija cubriéndolo. El joven negó con la cabeza en tanto las punzadas de dolor en su pecho se agrandaban, se abalanzó a su madre apretándola con fuerza en un mar de lágrimas, era demasiado fea la realidad para aceptarla. Sin consuelo, madre e hijo lloraron a su ser querido.

Después de un rato el joven se puso de pie, los ojos los tenía hinchados por el lloro.

- Debería ir a acostarse –indicó a su madre que se levantara, pero esta se negó.

 El chico se fue a su habitación a cambiarse la ropa, vistió totalmente de negro, a pesar de que su familia no consideraba eso como una norma para el luto. Cuando salió a la sala, notó a sus hermanitas reparando a todos con sustos eran tan pequeñas, la mayor contaba con siete años y las más pequeña con cinco, ellas no estaban muy enteradas de lo que ahí se daba, lloraban, pero era más por la tensión que observaban.

Qué situación tan difícil, el chico comenzó a recibir a las personas que iban llegando, los de la iglesia, amigos y familia. Pidió a sus tías que lo ayudasen, les entregó cierta cantidad de dinero para comprar pan y café para la vela que se ejecutaría, en tanto, él con Rafael que se puso a entera disposición, fue con él a realizar las gestiones pertinentes, como el acta de defunción, la compra del féretro y demás cosas.

****

John, apareció de lo más normal en casa de Celeste a como le había comunicado a la joven que lo haría, sabía que la chica después de lo sucedido estaría sintiéndose rara y quizás culpable por haber hecho algo incorrecto, además, John se sentía que lo había abrazado la confianza, por eso iba decidido a plantearle el paso siguiente a la joven.

Los chicos se reunieron en el jardín, era un poco raro para la chica tenerlo que ver tan pronto después de lo que había acontecido, pero bueno, era consiente que no había hecho nada obligado.

- ¿Qué querías decirme? –preguntó, Celeste.

- Bueno la verdad quería hablar seriamente contigo –soltó el joven, la chica lo reparó un poco extrañada– viendo todo desde la perspectiva ocurrida –decía el chico, en tanto la joven se le cruzó por la cabeza que si le había resultado como los otros de conseguir lo que quería y desapareces <eso no puede ser> pensó la joven– es que bueno, te lo voy a plantear así, esperando que la respuesta sea bueno la que espero, ya dimos un paso importante, entonces yo quería saber si estas dispuesta a tener una relación ya viviendo juntos en unión libre ¿qué te parece?

Celeste, se lo quedó viendo, hablaba enserio porque así tenía su rostro con esa expresión de formalidad y durante lo conocía nunca le había visto así.

- ¿Entonces? –volvió a insistir.

- Si.

Quizás algunos piensen que es una decisión bastante apresurada, pero, Celeste luego de haber venido de una familia creyente sabía que al intimar con aquel joven formaba un lazo, además de que ella no quería andar en boca de varios hombres diciendo que conocían su cuerpo, además otro factor importante, estaba enamorada de ese chico bromista y parlanchín.

- ¿Entonces nos vamos para donde mi mamá por el momento?

- No, aquí quedémonos… estoy segura que mamá no pondrá obsesión –inquirió Celeste.

- ¿Segura?

- Desde luego.

- Ok, entonces en el transcurso de la semana estaré trayendo mis pertenencias.

****

La noche estaba muy fría, Josh, no terminaba de procesar la idea de que su padre había fallecido, estaba cerca de la cama donde el cadáver reposaba, su madre estaba en la habitación de las pequeñas, pues había tenido que tomar un calmante, ya que sus nervios estaban sumamente alborotados. La mente del joven se trasladó al pasado recordando una de las últimas pláticas de las escasas que tuvo últimamente con su progenitor.

Estaba en la sala viendo un programa, era domingo el reloj marcaba las seis y media de la tarde, cuando en eso Peter se sienta muy cerca de su hijo.

- Josh, ¿cómo te ha ido en estos días? –preguntó el padre.

El chico cambió su vista del televisor para posarla en su papá, soltó un suspiró y se sentó, puesto que yacía acostado en el sofá.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.