Lo Que Dios Tiene Preparado Para Ti

XXXI

La pérdida de Antonella, fue algo duro de sobre llevar, Kelling Gadea cada vez que escuchaba las melodías que ella escuchaba, sobre todo “El Puente” era algo que era eficaz para atizarle el llanto y el deseo de poder verla, de escuchar sus consejos y no se podía.

Ese fin de año fue gris para toda la familia materna, todo fue lúgubre. Los días pasaron adentrándose el nuevo año, la jovencita estaba segura que nada en su vida estaba bien, al contrario, estaba consciente que todo podía ponerse peor, pues eso era típico para ella. Pues todo le salía mal últimamente y no podía hacer nada para pararlo, no sabía que haría pues debía el mes de diciembre en la universidad y el padre ya le había dicho que, riales no había, estaba afligida, no sabía qué iba hacer, pero algo pronto, pues en poco tiempo llegaban los exámenes del segundo parcial del tercer cuatrimestre y no podía perderlo, estaba ya en segundo año, finiquitándolo, no podía darse ese lujo.

Eran las nueve de la mañana cuando ella estaba limpiando los interiores de la casa y Virginia acomodaba toda su ropa, cuando en eso el celular de Gadea empieza a sonar, ella se va lo toma y observa la pantalla.

Número Desconocido Llamando….

No tenía ni idea, pero claro contestó.

- Hola buenos días –dijo.

- ¿Hermana Kelling?

Dudó antes de responder, pero lo hizo la joven.

- Sí.

- Soy el hermano Andrés…

- ¡Ah! Si dígame.

- Me dijo su papá que estaba estudiando contabilidad.

- Así es.

- Es que allá donde yo trabajo, están buscando una pasante de esa área y pues yo me acordé de usted y la sugerí.

- ¡¡¡Ah!!!

- Es para mañana temprano… ¿le interesa? ¿puede?

La joven estaba con la boca abierta y un tanto desubicada, pero con un movimiento de cabeza despejó un poco su mente.

- Sí, sí, sí claro… desde luego.

- Bueno, entonces… ¿usted ya sabe dónde trabajo yo?

- Sí.

- Entonces llegue no más tarde que las ocho, yo la estaré esperando en la entrada y la paso ahí donde debe ir, mañana.

- Ok… gra…. Gracias.

- Dele pues, Dios la bendiga.

- Amen.

La llamada concluyó dejando perpleja a Kelling, ella no entendía que había pasado, aun no procesaba la información. Virginia que fue por agua se quedó extrañada al observar el semblante de su hija.

- Oye, oye…

Dijo, pero estaba en el limbo.

- KELLING –gritó, haciéndola reaccionar al fin– muchacha, pero ¿qué te pasa?

- ¡Ah mamá! Lo siento… es que me llamó el hermano Andrés… –sus palabras vacilaron– la cosa es que me dijo que necesitan pasantes ahí donde él trabaja y les habló de mí y al parecer aceptaron porque me dijo que llegara mañana.

- Qué bueno, ya vez sin irlo a buscar.

- Sí, que bien.

Al fin algo bueno– pensó, luego con una sonrisa en sus labios siguió con su quehacer. En un momento que tuvo, tomó su celular y con un WhatsApp se comunicó con Hernán y le contó la nueva, escuchó a su amiga alegrarse por ella.

Kell Gadea

Aun no me creo la noticia… estoy que no sé.

Kell Hernán

¿¿De verdad amiga?? No lo puedo creer

Kell Gadea

Es que ni yo me lo creo… pero me alegro mucho

Es una excelente oportunidad

Y no la pienso desaprovechar.

Kell Hernán

Desde luego…

Me alegro mucho por ti amiga

Te lo mereces.

Kell Gadea

¡¡¡Gracias!!! Solo espero que me valla bien

No te niego, me da nervios.

Kell Hernán

Tú puedes Kell, enserio

Eres muy inteligente.

Kell Gadea

Dios te oiga…

Dale amiga

Cuídate, la verdad que…

Ya necesitaba una buena noticia

Kell Hernán

¿Qué pasó?

Kell Gadea

Te cuento cuando nos veamos

Okis amiga…




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